Intervención en Nutrición y Salud centrada en la Persona y la Cultura

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN

FACULTAD DE SALUD PÚBLICA Y NUTRICIÓN

Intervención en Nutrición y Salud centrada en la Persona y la Cultura

Tarea 1: Ensayo

1509358

Ernesto Jesús Alanís Briones

Grupo 401

Introducción

La alimentación es la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo. Una alimentación equilibrada combinada con el ejercicio físico otorga a la persona un estado de salud óptimo. (OMS, 2018)

Sin embargo, la alimentación se ve afectada por muchos factores e interacciones complejas como la cultura de una región, las preferencias personales, el nivel socioeconómico, entre otros. Debido a esto, cada país cuenta con una gastronomía única.

Una correcta alimentación, además de mejorar o preservar en buen estado la integridad física de un individuo, contribuye a reducir gastos dirigidos a la salud pública, razón suficiente para que los gobiernos intervengan y promuevan a través de recomendaciones una alimentación balanceada.

Estas recomendaciones se hacen a través de representaciones visuales, usualmente utilizando una pirámide, que permite al individuo identificar los distintos grupos de alimentos, así como la cantidad y frecuencia que se recomienda consumir cada uno. Hoy en día las sugerencias no solo se limitan a la alimentación, sino a todo aquello que pueden afectar de manera negativa nuestra salud como la falta de actividad física o el exceso de estrés.

La pirámide es un esquema de lo que debe comerse (o, en su defecto, hacer) cada día. Incluye una variedad de alimentos para obtener los nutrientes necesarios y a la vez la cantidad adecuada de calorías para mantener un peso saludable.

Intrigado por la variedad gastronómica que existe, en el siguiente ensayo se analizarán de una forma comparativa las distintas pirámides propuestas por diversos países, reflexionando sobre cómo ha evolucionado el concepto de alimentación y nutrición a través del tiempo.

Pirámide clásica alimentaria (USDA)

Iniciando con la pirámide clásica de la nutrición propuesta en 1992 por la USDA, esta se basa en los alimentos con mayor consumo en Estados Unidos, qué nutrientes contienen estos alimentos y cuales contribuyen en mejor manera a la salud del individuo.

Esta pirámide alimentaria busca reducir el consumo de grasas, así como el de los azucares, ya que la dieta del estadounidense presenta una ingesta excesiva de ambos grupos, aumentando el riesgo de contraer ciertas enfermedades causadas principalmente por una mala alimentación.

La pirámide se compone de 5 grupos, ordenados de abajo hacia arriba de la siguiente manera:

En la base de pirámide se encuentran los panes, los cereales, el arroz y la pasta, todos provenientes de granos. Estos alimentos proveen carbohidratos, que son una fuente importante de energía, especialmente en dietas bajas en grasa. Además de proporcionar vitaminas, minerales y fibras.

El segundo nivel incluye alimentos que provienen de las plantas: verduras y frutas. Son naturalmente bajas en grasa y también contienen fibra, incluyendo vitaminas A y C, y ácido fólico y minerales como el hierro y el magnesio.

En el tercer nivel se encuentran las proteínas, grupos de alimentos que provienen principalmente de los animales: leche, yogurt y queso; y carne, aves, pescado, frijoles, los huevos y las nueces. Estos alimentos son buena fuente de vitamina B.

La punta superior de la pirámide muestra las grasas, los aceites y los dulces. Estos alimentos proveen calorías, pero muy pocos nutrientes, debido a que su consumo excesivo pone en riesgo la salud de los individuos se recomienda consumirlos con moderación.

Debido al poco impacto que tuvo en la población, se realizaron diversos cambios en la pirámide, unos más notables que otros, como por ejemplo la adición de 8 vasos de agua a la base de esta misma.

Posteriormente se cambió la organización de los grupos alimenticios, sustituyendo el orden jerárquico con cuñas verticales, en los cuales se encuentra el tipo y cantidad de alimento recomendado, además de añadir incluir la actividad física, siendo así el nuevo modelo My Pyramid.

Esto daría paso a lo que hoy se conoce como My Plate, en donde se sustituye la forma piramidal por un plato dividido entre los grupos de alimentos y las raciones recomendadas, siendo más simple y de fácil entendimiento, para que así la población pueda tener una noción más clara sobre las porciones recomendadas de cada alimento.

Pirámide de la Sociedad Española de Nutrición (SENC)

En el año 2007, la SENC presenta una pirámide que incluye ambos, la actividad física y el agua como complemento a la alimentación.

Esta pirámide, Aunque muy similar a la propuesta por la USDA, los lácteos y las carnes se encuentran en niveles diferentes, las carnes se dividen en magras y grasas, siendo las grasas la de menor consumo. De igual forma se dejan a los azucares refinados y las grasas en la punta superior, sugiriendo evitar su consumo frecuente.

Se puede destacar que divide la pirámide en dos teniendo así elementos de consumo diario, así como ocasional.

En el 2016 la SENC propuso una nueva pirámide, en donde la actividad física diaria, el equilibrio emocional, balance energético y técnicas culinarias sanas se encuentran estrechamente relacionados con la alimentación.

Este modelo está más completo, ya que incluye los diferentes aspectos de la vida cotidiana que pueden afectar nuestra alimentación.

Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD)

En el año 2010, la SENC propone una nueva pirámide esta vez incluyendo una serie de recomendaciones enfocadas a disminuir los efectos que causan los malos hábitos como el estrés o la falta de tiempo que pueden afectar nuestra salud. Esta pirámide sufre un gran cambio visual, como base se tienen las frecuencias de las actividades a realizar como lo es la alimentación, la actividad física, entre otras.

Aquí se recomienda tomar como mínimo 2 litros de agua al día junto con infusiones de hierbas. Como jornada diaria, se deben de incluir en la alimentación frutas, verduras, pescados y carnes magras, pastas y arroz integrales, y aceite de oliva virgen, junto con alimentos que contengan lactobacilos, además de optar por un estilo de vida, como por ejemplo utilizar las escaleras en lugar del elevador o caminar distancias las cuales no sea necesario utilizar el automóvil.