Legitimidad de la intervención pedagógica
Enviado por Florsoria • 23 de Agosto de 2023 • Apuntes • 3.926 Palabras (16 Páginas) • 233 Visitas
Legitimidad de la intervención pedagógica
Miguel Ángel Pasillas
1. Educación y pedagogía
"La palabra educación tiene varios significados. Al mencionarla; se suele hablar de un Estado, cuando alguien tiene o ha logrado llegar a la condición de educado; también hablarnos de una Acción, la que realizan las personas involucradas en esa actividad; otras veces se la menciona como una Finalidad, como una empresa a conquistar; además, significa un Proceso, nos remite a mecanismos y procedimientos mediante los que se logra paulatinamente ese estado o finalidad.
Además de referirse a distintas cosas es ambivalente, porque puede sugerir sentidos totalmente contrapuestos. Y esto sucede tanto al mencionar la noción en general, como los distintos significados señalados amiba. La Educación contiene dicotomías. Se la entiende simultáneamente como “Reprimir y Liberar”, como una práctica que asegura “La Reproducción y Transformación”; también como mecanismos de sujetación que a la vez garantizan el desarrollo como la imposición de disciplina que garantiza la creatividad. Entonces se trata de algo que es simultáneamente deseable y -por decirlo de algún modo- “un mal necesario”.
Desde la perspectiva de lo deseable o incuestionable, se puede afirmar que es un atributo, un rasgo constitutivo de lo humano. El Hombre, entre otras cosas, tiene esa condición como producto de influencias educativas y va acrecentando las adquisiciones del género como desde la situación de educado. momento histórico también proporciona, impone y demanda determinados tipos, modos y modalidades de educación, es decir, que se trata de una necesidad y condición histórica.
Si lo vemos como una situación de hecho, resultante de la naturaleza social del hombre y sus instituciones, la educación es componente fundamental que colabora en la constitución del individuo de como sujeto social por vía de la inculcación de lo instituido. Así, se trata de un elemento no sólo deseable, sino también condición inevitable para y de la vida social. Es un rasgo antropológico.
Pero simultáneamente la educación contiene aspectos indeseables que han sido revelados principalmente por disciplinas que no tienen intenciones o compromisos educativos inmediatos y que han aportado planteamientos críticos para reconocer procesos; que desde el ángulo de las teorías educativas aparecían soslayados o desconocidos. En otras ocasiones, el afán de mejorar experiencias formativas por medio de evaluaciones o críticas desde el campo pedagógico ha conducido a la identificación de prácticas y mecanismos supuestamente inexistentes en este ámbito.
Por ejemplo, desde diferentes versiones de la sociología, se han evidenciado mecanismos como: la reproducción de los valores y estado de cosas dominante, adaptación al statu quo imposición de cultura, valores; modos de pensar y actuar diferentes a los del grupo o clase social de procedencia: ubicación en determinada posición dentro de la estructura social. Todos estos señalamientos provenientes de distintas perspectivas conceptuales -y con conciencias analíticas variadas-, indican que lo educativo es también un impedimento para la transformación de la realidad y un fenómeno que, al menos en parte, colabora en retrasar la distribución de riqueza y justicia social.
Desde el ángulo del psicoanálisis se pueden destacar en la educación modalidades de vínculos sociales que no son regidos por motivos exclusivamente altruistas, sino que se trata de mecanismos y dispositivos que por lo menos son ambivalentes, contradictorios. También desde allí se revelan prácticas de sujetación, de vigilancia, que son parcialmente formados por la educación.
En fin, existen críticas radicales que evidencian fuertemente el lado indeseable de la educación; pero hay abordajes menos extremos que sin la intención de descartarla completamente, también han contribuido a su denuncia. Es el caso de los trabajos que, aceptando el valor de lo educativo, efectúan críticas o revisiones de experiencias desarrolladas. Durante este balance, se destacan asuntos que a la larga han mostrado ser más constantes que accidentales; rasgos constitutivos, más que errores imputables a casos o concepciones particulares. Así, por la vía de tratamientos guiados por el interés de superar lo hecho, se han identificado aspectos que muestran la ambivalencia señalada.
Y es precisamente en la coyuntura que abre el choque entre lo deseable y lo indeseable de la educación que encontramos la eclosión de la pedagogía. Se trata de un campo que en buena medida se dedica a criticar, encontrar las fallas, a descalificar la acción e ideales educativos determinados. La pedagogía tiene una actitud básica de sospecha, de distancia, de desconfianza frente a la educación existente. En otro texto (Pasillas, 1950) habíamos caracterizado la relación entre pedagogía y educación, como una relación dual, ambivalente. Ser pedagogo entraña entonces la aceptación, el reconocimiento, la valoración de la educación y también el convencimiento de que algo está mal, que es perfectible, que requiere modificaciones porque no es como debería de ser. En esta lógica se despliega la pedagogía, en la negación de lo que es, en el reclamo permanente de cómo debe ser.
Aunque no en todos los casos encontramos evaluaciones o planteamientos críticos sistemáticos y explicitados, se pueden reconocer en muchos discursos pedagógicos a los contrincantes virtuales, que normalmente, son planteamientos o experiencias educativas, que son consideradas equivocadas o al menos incompletas.
Pero el debate o la descalificación de formas de educación existentes es solo la plataforma de lanzamiento de la pedagogía. Esta emplea mucho de su energía en valorar o contribuir a que se reconozca lo importante, de la educación. Construye propuestas educativas sobre las ruinas de las experiencias criticadas o destruidas. Propuestas que se fincan en el convencimiento de que superan los límites de lo anterior o que resuelven las contradicciones e ineficacias de lo realizado previamente.
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