Principios y valores
Enviado por encer • 30 de Mayo de 2018 • Documentos de Investigación • 4.036 Palabras (17 Páginas) • 447 Visitas
VALORES Y PRINCIPIOS
LIC MANZANO
LIC ENRIQUE CERDA RUIZ
Los valores humanos.
- Introducción.
En antaño nuestros bisabuelos, abuelos o incluso nuestros padres, acostumbraban educar a sus hijos de una forma sumamente dura, reprimiendo o coaccionando con golpes fuera con la mano o con diversos objetos (chancla, cinturón, riata mojada, etc.) o mediante castigos restrictivos (no ver tv, no salir a jugar, no tener novi@, etc.), tanto era el dominio de la disciplina que mantenían que bastaba con una sola mirada para advertir que se estaba cometiendo una falta que podría ser castigada posteriormente; con estas actitudes de control se nos condicionaba o mejor dicho obligaba a a conducirnos de forma educada o apropiada en sociedad, a respetar a nuestros padres o a otras personas, a cumplir deberes que se nos imponían para colaborar en el hogar; se nos tenía en constante observación por parte de los padres abuelos tíos y todos nuestros familiares eran participes de nuestra educación.
Estas situaciones también se observaban en los centros escolares, aquellos maestros que reprimían la mala conducta de sus alumnos por no llevar las tareas o no portarse bien, pasándolos al frente del salón para ridiculizarlos colocándoles orejas de burro o dándoles reglazos en las yemas de los dedos, nalgadas, jalones de patillas o expulsarlos por no haber llevado las tareas o haber participado en una riña escolar con otros alumnos o compañeros de escuela; maestros que te hacían repetir el año porque no tenías un buen desempeño o aprovechamiento académico, y esa era la peor de las reprimendas que podía haberte aplicado la misma escuela pues tus padres habrían de aplicarte sanciones más severas para que corrigieras tu conducta y te aplicaras en estudiar para pasar el año.
En la carga académica, figuraba una materia que se denominaba ética y civismo, en la cual los responsables de impartirla eran los maestros más disciplinados o estrictos; siempre había un maestro o un prefecto que era el más temido de todos en la escuela ya que te haría ver tu suerte si rompías las reglas de conducta del centro escolar. Al final de tu formación académica, te graduabas de la escuela agradecido con aquellas personas que habían participado en tu formación, guardando un recuerdo que aunque no era el más dulce, te dejaba algo positivo o bueno en tu educación moral y ética como persona adulta o como profesionista.
Hace aproximadamente dos décadas con el pretexto de que en la escuela no se educa, se suprimió de los programas de formación primaria y secundaria, la materia de formación cívica y ética, o ética y civismo, dejando a los niños y jóvenes sin esa formación de conceptos que promovían las conductas éticas y morales en el comportamiento de las personas, con la consecuente crisis de valores que tanta falta le hacen hoy en día a nuestra sociedad.
Hoy en día observamos en la calle a jóvenes o incluso a niños que le faltan al respeto a personas de edad avanzada, rayan coches, pintan paredes (con el pretexto de expresarse) rompen vidrios de domicilios ajenos como actividad de entretenimiento, tiran basura en las calles o realizan actos de desorden como la ingesta de bebidas embriagantes, juegan carreras de autos en avenidas concurridas ignorando a las autoridades, etc.
Somos también testigos de asaltos, robos, saqueos a locales comerciales o a vehículos de carga accidentados (incluso llevamos a nuestros hijos a participar en actos delictivos sin ningún remordimiento), nos divierte ver riñas callejeras y hasta apostamos a ver quién gana, sabemos de la venta de droga en las calles o en centros escolares y cometamos que deberíamos hacer negocio para estar mejor con estas cosas; nos enteramos de servidores públicos y políticos que cometen actos de corrupción (desvían recursos, se enriquecen ilícitamente, etc.), y comentamos que nosotros haríamos lo mismo.
Vemos o escuchamos las noticias de un secuestro y hay quienes manifiestan que van a formar un grupo para secuestrar gente adinerada y salir de pobres; tenemos noticia de la desaparición de personas (hombres o mujeres) y sancionamos se lo merece por no tomar sus precauciones o por ser determinada persona.
Los altos índices delictivos que en el día con día escuchamos en los noticieros empiezan a ser algo común en la cotidianidad de nuestras vidas, periódicamente vemos en la televisión a gobernantes que son acusados de haber llegado a ocupar cargos en las dependencias del servicio público, solo para apropiarse de los recursos destinados a la realización de obras y la prestación de servicios para satisfacer las necesidades sociales, sin el menor remordimiento y no nos espanta, se nos hace algo común en nuestra sociedad; justificamos nuestro proceder como sociedad corrupta, mencionando las páginas de la historia nuestros conquistados así eran.
Con relativa frecuencia escuchamos que en varios centros escolares, los maestros exigen a sus alumnos el pago de cuotas para no reprobarlos en los exámenes, o favores sexuales a las alumnas aprovechándose de su posición (relación maestro - alumna), o incluso alumnos que amenazan a sus maestros para obtener calificaciones aprobatorias a cambio de no denunciarlos por la comisión de alguna conducta irreprochable y no tomamos ninguna medida como sociedad para impedir o sancionar este tipo de conductas lacerantes.
Si bien es cierto que al evolucionar las sociedades de los diferentes países, aquellas reprimendas, regaños o castigos, se fueron suprimiendo de nuestras costumbres educativas en el seno familiar o escolar, promoviéndose otro tipo de conductas más flexibles o mejor dicho exageradamente permisivas, hasta el grado de ignorar las conductas deliberadamente irresponsables o delictivas de nuestros hijos, con la premisa de “no quiero que mis hijos sufran lo que yo sufrí”, “no quiero que mis hijos pasen lo que yo pasé”; es decir, nos polarizamos pasando de una época represiva a una época totalmente permisiva.
Ahora, hemos fomentado en las generaciones actuales el crecimiento del materialismo (la gente exitosa es la que más dinero hace), haciendo a un lado o ignorando lo ético o lo profesional (un profesionista que se dedica a mejorar el ejercicio de su carrera más por gusto que por dinero); le enseñamos a nuestros hijos que lo mejor es tener una mujer hermosa, una buena casa, un buen coche, armas, bebidas embriagantes, buenos perfumes, viajes, que el ser alguien ético o espiritual.
Pero ¿Cuál es el motivo de esta situación? ¿Qué es lo que nos está pasando como sociedad? ¿Cómo hemos llegado hasta tanta degradación social? ¿Existen otras sociedades tan degradadas como la nuestra? ¿Cómo evitar que nuestra sociedad colapse con estos niveles de degradación tan altos?
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