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Por qué fallan los pronósticos. Una breve historia de la predicción en las ciencias sociales

Enviado por   •  28 de Febrero de 2024  •  Apuntes  •  5.491 Palabras (22 Páginas)  •  155 Visitas

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POR QUÉ FALLAN LOS PRONÓSTICOS

Traducciones de la MAF: Tomado de: Why Forecast Fail’?: Sloan Management Review, Winter 2010.

Todo el mundo fue deslumbrado durante algún tiempo con las innovaciones financieras asociadas con los títulos calificados como AAA  diseñadas por una nueva raza de gurúes y otros expertos financieros. Pero luego de algún tiempo de exuberante entusiasmo vino la gran catástrofe y recesión global. Inesperadamente todo concluyó, y esos títulos se convirtieron en un eufemismo para las hipotecas suprime; las que eventualmente se convirtieron en instrumentos “tóxicos”. Consecuentemente aquellos de repente se encontraron sin empleo y muchas entidades financieras entraron en bancarrota, fueron absorbidas por otras, o hasta nacionalizadas, dando paso a una aguda restricción del crédito en toda la economía.

Por el momento esta es una historia muy conocida, pero lo que nos fascina del relato de esta crisis es un hecho único y soslayado: Casi nadie vio lo que se nos venía encima, incluyendo a muchos reconocidos expertos, académicos, políticos, e incluso gerentes de las grandes entidades financieras. Por lo tanto, ya es tiempo para que los expertos en el mundo de los negocios y los practitioners se pongan a tono con la nueva realidad y se den cuenta que pronosticar con precisión es simplemente una tarea imposible en el mundo donde ellos viven. Para tratar, en este artículo, de entender lo anterior utilizaremos una analogía de lo que sucede con los desastres naturales, y además examinaremos dos tipos de incertidumbre para que finalmente podamos ofrecer un modelo para tomar decisiones, planificar, y formular estrategias aun en ausencia de pronósticos precisos. Para ello partimos Fundamentalmente de la idea de que los negocios necesitan una actitud completamente nueva respecto a cómo vemos los hechos del futuro.

Una breve historia de la predicción en las ciencias sociales

Para entender nuestra fascinación con las dificultades de la predicción debemos hacer un viaje al pasado hacia un episodio ocurrido en el mundo de los MBAs durante los años 70´s y 80´s. En esos tiempos algunos profesores de finanzas y otros científicos sociales abrigaban una gran esperanza de que las tecnologías informáticas surgidas después de la era espacial, junto con los sofisticados modelos matemáticos, les permitirían lograr con los pronósticos los mismos éxitos que habían logrado sus colegas en la física y las ciencias naturales. Desafortunadamente y por varias razones esas esperanzas resultaron completamente infundadas, y en vez de eso la evidencia empírica les demostró que:

   El futuro a menudo se parece un poco al pasado pero nunca resulta ser exactamente igual. Eso significa que extrapolar hacia el futuro tendencias y relaciones surgidas del pasado no ofrece predicciones precisas.

  Existen muchos modelos estadísticamente sofisticados que pueden ajustarse y aparentemente “explicar” bastante bien los datos del pasado. Sin embargo, esos complejos modelos no necesariamente predicen el futuro tanto como esperaríamos.

  Por el contrario, los modelos más sencillos no explican mucho mejor el pasado  pero lo hacen mucho mejor con el futuro, en comparación a los más complejos.

  La evidencia empírica también ha mostrado que los juicios e intuiciones de las personas lo hacen muy mal al predecir el futuro, y aún más que los modelos estadísticos

  En efecto, un experto no predice con mayor precisión que cualquier persona de a pie razonablemente inteligente o bien informada.

  Los seres humanos a menudo son muy sorprendidos por la magnitud de sus errores de pronóstico. Y seguramente si los modelos fuesen capaces de mostrar emociones también lo serían respecto de sus propios errores.

  Pero en un tono más positivo, al promediar las predicciones independientes de distintas personas, expertas o no, generalmente se mejoran sustancialmente los pronósticos; así mismo, también cuando se promedian los resultados de varios modelos.

Las anteriores conclusiones surgidas de la evidencia empírica ponen en el tapete importantes interrogantes para quien tome decisiones de negocios: ¿cómo puede un gerente experimentado formular una estrategia, o prescindir de un plan, en un contexto de mucha incertidumbre y hechos del futuro que apenas puede imaginarse?

El ingenuo que pudo haber tenido problemas

Antes de intentar dar una respuesta a la interrogante anterior recordemos el que quizás fue el día más nefasto de la reciente crisis, el viernes 10 de octubre del 2008, cuando el Down Jones experimentó su caída más profunda en un solo día de su historia, 679 puntos, y los títulos de muchas empresas se derrumbaron en caída libre.

Unos seis meses antes, Henrry Paulson, Secretario del Tesoro, expresó lo siguiente:

Tengo mucha pero mucha confianza en nuestros mercados de capital y nuestras instituciones financieras ya que ellas, junto con los bancos comerciales y los bancos de inversión, son todas entidades muy sólidas. Nuestros mercados de capital están muy consolidados y son muy resistentes por ser muy eficientes y versátiles.

George Bush, muy eufórico y confiado, expresaba lo siguiente el 15 de julio del 2008:

Nuestra economía ha continuado creciendo, los consumidores continúan gastando, los negocios están invirtiendo, las exportaciones continúan en aumento, y nuestra productividad es muy vigorosa. Tenemos mucha confianza en los fundamentos de nuestra economía a largo plazo y creo que fundamentalmente todo el sistema es muy sólido. De veras lo creo.

 

No obstante, ya para septiembre del 2008, el tono de Paulson había cambiado un poco, y ya advertía de lo siguiente:

Las cambiantes condiciones que actualmente estamos experimentando suponen algunos riesgos para nuestros contribuyentes. Cuando el sistema financiero no funciona como debería quedan amenazados los ahorros personales de nuestros ciudadanos, y la capacidad de los consumidores y de las empresas para financiar sus gastos, invertir y crear empleos.

Sin embargo, el 15 de julio 2008 Bush públicamente se mostró menos prudente, expresando:

“Si no soltamos el dinero, este tonto que ven aquí puede que tenga algunos problemas”

Decir algo como eso quizás pueda verse bien para los políticos; pero y qué acerca de quienes se dedican profesionalmente a formular pronósticos. Desafortunadamente ellos también parece que no lo hicieron mucho mejor que Bush. Veamos los siguientes pronunciamientos del FMI durante esas fechas:

Abril 2007: Al margen de la reciente volatilidad financiera, la economía mundial parece verse bastante bien de cara a un continuado y consistente crecimiento en el 2007 y 2008.

Octubre 2007: Los problemas en los mercados de crédito han sido muy agudos, y mientras la primera fase está concluyendo en este momento aún estamos esperando ver exactamente las consecuencias y el desarrollo de toda esta situación; y al respecto esperamos que el crecimiento global se reduzca en el 2008, pero permanezca a un ritmo boyante.

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