Prospectiva, construyendo el futuro de las comunicaciones satelitales en México
Enviado por Lizbe • 28 de Noviembre de 2022 • Resumen • 4.520 Palabras (19 Páginas) • 240 Visitas
Prospectiva, construyendo el futuro de las comunicaciones satelitales en México
José Enrique Rojas Hernández
Claudia Marina Vicario Solórzano
Margarita Arroyo García
Resumen
La necesidad de conocer el futuro (lo que sucederá) es una práctica social, económica, política y existencial presente a lo largo de la historia. Para satisfacer esta necesidad, en muchas ocasiones el ser humano se ha valido de explicaciones mágicas, míticas o de sentido común. Sin embargo, recientemente se ha convertido en un instrumento racional de la planeación estratégica, con un estatuto científico sistemático y formalizado que permite estudiar innumerables fenómenos buscando conocer las posibilidades de su desarrollo futuro y así, anticiparse a ellas. De esta manera, el presente ensayo aborda el desarrollo de los métodos para estudiar el futuro, desde una perspectiva histórica, contrastando por un lado la técnica Delphi relacionada comúnmente con el forecasting, mayormente orientados al uso de probabilidades y proyecciones estadísticas para intervenir el corto plazo, y la prospectiva, con un mayor enfoque en la posibilidad más que en la probabilidad, a través del método de escenarios. Además de esto, se aborda la aplicabilidad de la prospectiva para el estudio del futuro de las comunicaciones satelitales en México y el rol que esta metodología juega en un estudio en proceso al respecto de este tema.
Main Text
1. Introducción
La mejor manera de predecir el futuro es creándolo, es una famosa frase con múltiples variaciones que suele ser asociada con grandes personalidades como Abraham Lincoln o más recientemente con Peter Drucker. Resuena de manera muy semejante a lo mencionado por Maurice Blodel cuando menciona que el futuro no se predice, sino que se construye. Si bien la verdad detrás de si fueron ellos quienes expresaron estas frases por primera vez pudiera estar en entre dicho, la realidad es que ambas reflejan de manera inequívoca el quehacer de la prospectiva, es decir, el estudiar las posibilidades del futuro para poner manos a la obra en el presente para así asegurar la consecución del futuro deseado.
La Real Academia de la Lengua Española define futuro como “Qué está por venir y ha de suceder con el tiempo” o “Qué todavía no es, pero va a ser” (Real Academia Española, 2021). De este par de definiciones se puede identificar dos elementos principales. Por un lado, la certeza de que, tarde o temprano, el futuro se materializará (o será). Por otro lado, la incógnita sobre el qué es lo que vendrá. Justamente estos dos elementos son los que resultan objeto de atracción para el ser humano al resultar inquietante el hecho de desconocer qué es eso que viene y la certeza de saber que a pesar de desconocerlo, llegará en algún momento y hay que estar preparados para afrontarlo.
Como se mencionó anteriormente, la inquietud por lo que depara el futuro impulsó a las sociedades humanas (prácticamente de todas las épocas) a idear formas de tratar de concebir el futuro y dar sentido a su presente. De esta manera es como surgieron todas las diversas formas de adivinación, algunas de las cuales siguen vigentes en la actualidad incluso en las sociedades modernas.
Si bien el concepto de adivinación pudiera parecer tan simple como adivinar el futuro, lo cierto es que engloba otras prácticas. Lo anterior es mucho más evidente al observar los términos dedicados para este concepto en inglés, pues por un lado se tiene divination y por otro fortune-telling. La enciclopedia Britannica define el primero como “la práctica de determinar el significado oculto o las causas de los eventos, algunas veces prediciendo el futuro, a través de diversas técnicas naturales, psicológicas y otras” (Encyclopedia Britannica, 2021). Por otro lado, define el segundo como “la predicción de eventos futuros o la delineación del carácter a través de métodos considerados usualmente sin base racional” (Encyclopedia Britannica, 2021). De esta manera, la adivinación, en el sentido de fortune-telling, funge como predecesor a los estudios de futuro como disciplina formal.
Incluso cuando algunas de las prácticas adivinatorias más comunes siguen presentes en la sociedad actual (horóscopos, tarot, entre otras), la necesidad de conocer el futuro de una manera más racional y con mayor certeza impulsó el desarrollo de una disciplina que abordara el problema de una manera científica, dando paso a los llamados estudios de futuro en los años 50.
2. Desarrollo
Método Delphi
Algunos colocan el surgimiento de los estudios de futuro en los años 50 (Mojica, 2006) con el surgimiento del método Delphi, resultado de investigaciones realizadas en la Corporación RAND (en Estados Unidos de América) por Olaf Helmer, Theodore Gordon y Herman Kahn, en 1948. Sin embargo, Gordon indica que no fue sino hasta 1960 que se desarrolló dicho método (1992). Siendo así, más allá de que el forecasting haya precedido a la prospectiva, como menciona Mojica con base en trabajos de Hughes de Jouvenel (Mojica, 2006), se trata prácticamente de desarrollos paralelos en distintos puntos del mundo, con necesidades y ambiciones distintas.
Por un lado, el método Delphi, técnica característica del forecasting, es una herramienta diseñada para el establecimiento de un debate entre expertos, eliminando problemas recurrentes observados en este tipo de eventos (por ejemplo, que la opinión expresada de manera más contundente y no la más sólida fuera considerada la mejor o la falta de libertad para expresar la verdadera opinión propia frente a superiores) surgido de los trabajos realizados en la Corporación RAND en los años 60. El nombre fue tomado del oráculo griego que los sabios visitaban para predecir el futuro a través de rituales diversos (Gordon, 1994).
Este método se desarrolló dado que la Corporación RAND estaba interesada en investigar el potencial militar de tecnología futura o la resolución de problemas políticos potenciales a través de la opinión de expertos. El razonamiento detrás de esta postura era que los expertos, cuando están de acuerdo en algo, tienen mayor probabilidad de acertar acerca de cuestiones del futuro que personas no expertas en el campo (Gordon, 1992).
Esta técnica se puede resumir de la siguiente manera (Gordon, 1992):
- Identificar e invitar a los participantes (expertos en el objeto de estudio).
- Desarrollar cuidadosamente el cuestionario inicial (y los subsecuentes con base en la retroalimentación inicial).
- Distribuir los cuestionarios a los participantes, asegurando la anonimidad de los mismos.
- Cuando existen respuestas que difieren en gran medida del consenso, se solicita argumentar la respuesta y estas razones se retroalimentan al grupo en las rondas subsecuentes junto con el consenso del grupo.
- En cada ronda subsecuente, se solicita a los participantes reevaluar sus respuestas con base en la retroalimentación.
Como se puede apreciar, esta técnica traslada un debate regular a un formato escrito que puede ser controlado por los investigadores. En este método, tanto la anonimidad, como la retroalimentación (entre rondas) son dos elementos clave del mismo (Gordon, 1994).
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