“EDUCACIÓN ARTÍSTICA: SUSTANTIVAMENTE “EDUCACIÓN” Y ADJETIVAMENTE “ARTÍSTICA”

“EDUCACIÓN ARTÍSTICA: SUSTANTIVAMENTE “EDUCACIÓN” Y ADJETIVAMENTE “ARTÍSTICA”.

NOMBRE ESTUDIANTE

Facultad de, Universidad

Asignatura

NOMBRE DOCENTE

22 de mayo de 2021

“el desafío de la educación artística consiste en modular de un modo eficaz, los valores de la cultura, los medios disponibles para la educación en las artes y lo particulares perfiles de desarrollo de los estudiantes a educar”, (GARDNER, 1994); son las palabras del investigador Howard Gardner, quien explica que todas las materias educativas deben tener en cuenta los valores, presunción esta que también acompaña al ámbito de la educación artística; máxime cuando la educación artística no es un ámbito por excelencia practicado en la mayoría de instituciones educativas; fenómeno que se presenta tal vez por ausencia de un criterio pedagógico que permita establecer una relación completa entre educación y arte a partir de la idea de que el arte es un reflejo de la cultura, aquella que se logra a través del trabajo creativo, y que en este sentido –educativo-,  también debe aportar al desarrollo de destrezas, inteligencia, actitudes y conocimientos que deben aportar a la capacidad de las personas de relacionarse con la realidad cultural; a partir no solo de un aspecto objetivo, desde los contenidos como el conocimiento de la historia del arte,  que si bien hace parte del ámbito de educación artística, no comportan la totalidad de objetivos dentro de ésta pedagogía; pues conforme lo señalado anteriormente, esta debe ser capaz de alcanzar experiencias de valor, que no solo se limiten a lo cognitivo, sino que también  permitan crear competencias como la creatividad, innovación, emprendimiento, confianza en sí mismo, autoestima y entre otras;  habilidades éstas que al adquirirse capacitan y aportan a los estudiantes para tomar decisiones de vida, sirviendo a su vez como instrumento de su formación personal. En palabras tomadas del artículo “Educación artística: sustantivamente “educación” y adjetivamente “artística”,  base de estudio del presente ensayo, se explica que:

“La educación artística es, antes que nada, educación y, por tanto, como educación, es, en cada persona, un proceso de maduración y aprendizaje que implica, desde las artes, el desarrollo de la inteligencia, la voluntad, la afectividad, la operatividad, la proyectividad y la creatividad, orientado al desarrollo de valores vinculados al carácter y al sentido inherentes al significado de la educación” (Touriñán 2015).

Conforme los postulados enunciados, y al hecho de que la educación tiene diferentes formas de abordarse tales como la pedagogía de las dimensiones generales de intervención, aquella de las áreas de experiencia y las formas de expresión, todas estas con diferentes demandas en la medida en que requieren diversas formas para dominar las competencias correspondientes (Touriñán, 2016); se puede colegir que lo importante radica en que cualquiera de estas áreas, entendidas como una finalidad educativa o como un valor permiten concluir que la cultura y las artes a través de sus diferentes dimensiones hacen parte de una visión integral de la educación que proporciona herramientas necesarias para que una persona pueda desarrollarse plenamente, en suma a que tiene unas finalidades que no solo se encuentran ligadas a las características propias de la educación o a un ámbito general de la misma – finalidades intrínsecas-, sino que además pueden ser un nexo con los fenómenos sociales y políticos en un momento determinado –nexo extrínseco-;  y   en esta medida la educación artística forma parte de una educación integral, convirtiéndose  en un derecho que debe ser reconocido no solo a las personas que hagan parte de un determinado sistema educativo, sino también para todas aquellas minorías que no puedan acceder a la misma.

Ahora bien, es de resaltar que la educación artística requiere de una experiencia particular, además del método pedagógico que podría llamarse generalizado, en tanto se aplica para todos los estudiantes por ser igual en contenido, temática, métodos evaluativos de enseñanza y demás; ahora bien, al referirse a una experiencia particular, ello quiere decir que el aprendizaje será subjetivo dependiendo del instrumento con el cual se ejerce el arte (Touriñán, 2016), sin embargo, esto también puede conducir a una interpretación errónea, en la medida en que no puede presumirse que el objeto o finalidad del estudio artístico a partir de la especificidad en el uso de un instrumento, sea el convertir en artista al estudiante, toda vez que no todos tiene las mismas aptitudes, y en éste ámbito de estudio se permite que algunos sean grandes observadores, críticos,  o que aprecien y apliquen las experiencias pedagógicas adquiridas a su vida personal, mientras otros son grandes ejecutantes de algún  instrumento artístico según sea el caso. En tal sentido, el objeto principal del arte es ser una herramienta que permite la transformación del contenido creativo y de las diversas perspectivas al mundo exterior.  

Por otro lado,  la actividad en materia de educación artística, cumple tal importancia que ha tenido un amplio reconocimiento en diversos estamentos, tales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO -; pues dicha organización especializada ha reiterado en múltiples pronunciamientos las implicaciones de la educación artística en la interpretación política y transformadora de una determinada realidad social; es por ello que ha implementado  programas de acción tendientes a apoyar y promover espacios educativos no solo para aquellos que se encuentren adscritos a una institución educativa, sino a partir de espacios como conferencias, convenciones, estudios, mesas de trabajo, disposición de plataformas electrónicas con información y demás actividades de ámbito nacional o internacional.  En este sentido, la UNESCO reconoce que: