Anteproyecto listo Massiel Mercedes
Enviado por Ledesma • 14 de Abril de 2018 • 6.780 Palabras (28 Páginas) • 646 Visitas
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- Objetivos específicos
- Determinar cómo los directores de cine desarrolla el concepto marca país en las películas dominicanas.
- Describir los beneficios conlleva el desarrollo de la marca país en las producciones cinematográficas locales.
- Identificar los elementos que fueron tomados en cuenta para desarrollar la marca país en la película Sanky Panky.
- Caracterizar los aspectos que determinan la marca país dominicana en Sanky Panky.
- Justificación de la investigación
Con el siguiente estudio se pretende analizar el cine dominicano como medio de comunicación y analizar su aporte en el desarrollo de la marca país, tomando en cuenta la película dominicana Sanky Panky para cumplir con los fines de esta investigación.
La importancia de hacer esta investigación radica en que los cineastas y demás expertos en cine consideren importante propulsar de manera efectiva la marca país en sus películas, logrando así un equilibrio entre lo económico, artístico y cultural.
Los resultados obtenidos en el estudio permitirán orientar a los profesionales y al público en generalsobre la importancia que traería consigo el desarrollo de calidad de la marca país dominicana en las futuras producciones cinematográficas e impulsar el crecimiento del séptimo arte en el país, para así colocar a República Dominicana en los mejores estándares internacionales en materia de cine.
La presente investigación estará dirigida a los profesionales y adeptos al cine, así como también a los estudiantes de Comunicación Social y otros profesionales interesados en ampliar los conocimientos que se consideren importante en este medio de comunicación y que tienen como prioridad el desarrollo de la marca país a través del cine.
Capítulo 2. Marco referencial
2.1 Marco teórico
2.1.1 Origen y desarrollo del cine dominicano
La primera aparición del cine en República Dominicana sucedió en agosto de 1900 en la ciudad norteña de Puerto Plata, donde el teatro Curiel de esta ciudad fue testigo del cinematógrafo de los hermanos Lumiére. La persona a cargo de las primeras exposiciones de esos trabajos en toda el área, fue el industrial Francesco Grecco que, para eso, cruzó el Caribe mostrando esta atractiva invención. En 1915 el camarógrafo puertorriqueño Rafael Colorado hizo Excursión de José de Diego en Santo Domingo, la primera película hecha en la República Dominicana por un extranjero.
En la prehistoria fílmica del cine dominicano se destacan los trabajos del fotógrafo y editor Francisco Palau, que en 1922 al lado del fotógrafo Tuto Báez y Juan B. Alfonseca, hace la primera película de ficción del cine dominicano: La leyenda de la Virgen de la Altagracia, con la colaboración en los textos del historiador Bernardo Pichardo.
Palau la estrenó en la noche del 16 de febrero de 1923, y se convirtió en la primera película dominicana. El entusiasmo de este equipo motivo más adelante la realización de una comedia con tintes ingenuos con el título de Las emboscadas de Cupido (1924). Esta película, contada en cinco actos, narró la historia de un par de enamorados que no tenían el consentimiento del padre de la novia, y obliga al novio a realizar una divertida trama para que el padre pueda aceptarlo. Fue exhibida al público el 19 de marzo de 1924. Gracias al entusiasmo de Palau es que en esta historia fílmica se puede mencionar, al menos, estos primeros trabajos, aunque no constituyeron una línea a seguir.
El régimen dictatorial instalado por Rafael Leónidas Trujillo Molina, desde el año 1930, impone un freno total a las manifestaciones artísticas y culturales, estimulando solamente aquello qué entiende beneficioso para sus propósitos. El primer uso del sonido fue una película de actualidades sobre la inauguración de presidente Rafael Leónidas Trujillo en 1930. El cine, que además de arte es una industria, había sido adoptado por los medios de comunicación masivos en un instrumento ideológico. Por esa razón, en los treinta largos años de la tiranía se realizaron solamente trabajos documentales del país con la exaltación del tirano y sus parientes.
Solamente en 1953, el cineasta Rafael Augusto Sánchez Sanlley (Pupito), produjo con la compañía “Cine Dominicano”, trece documentales para el régimen. Y no es hasta 1963, que el dramaturgo Franklin Domínguez lanzó su largometraje La silla, donde denuncia los horrores del régimen de Trujillo.
Después de esta propuesta fílmica se produjo un lapso de veinticinco años para que apareciera otro producto dominicano que diera respuesta a la voluntad de formalizar una filmografía dominicana. (Lora, F.2007).
Es al productor y cineasta Miguel Vázquez que se le debe el empuje en la nueva etapa registrada en el Cine Dominicano al inicio del nuevo milenio. Miguel con su ópera prima titulada Éxito por intercambio (2003), ofrece nuevamente un estímulo en la producción criolla. La idea de realizar este filme surgió cuando dos años atrás empezó a archivar vivencias de modelos y artistas interesadas en dar lo que fuese por alcanzar el éxito.
Esto estimuló a Ángel Muñiz a realizar su tercer largometraje Perico Ripiao (2003), que se constituía en la suma de varios años de proceso iniciado con Nueba Yol: por fin llegó Balbuena (1995) y continuada con Nueba Yol III: Bajo la nueva ley (1997).
En el 2004 José Enrique Pintor, español radicado en República Dominicana, rodó su ópera prima La cárcel de La Victoria, el cuarto hombre, una suerte de trama carcelaria con el protagonismo del español Paco Luque, el venezolano Julio Mota y el dominicano Richard Douglas.
Esta apuesta en el cine dominicano contó con un reclamo en la búsqueda constante de temas y situaciones que el cine se hace siempre para poder llevar su trayectoria al descubrimiento de lo que siempre se puede aportar en la cinematografía de un país.
Un paso sorprendente en el cine dominicano se produjo cuando Rogert y Frankeli Bencosme, convertidos en cineastas sin previo aviso, patrocinaron sus ganas por una tesis argumental que, aunque no es novedosa, es un aporte más al futuro dentro del cine dominicano.
Andrea: la venganza de un espíritu (2005), rodada originalmente en formato digital y luego transferida a 35mm para su exhibición al público, es una cinta de terror sobrenatural que se despega
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