CONSTRUCCION DE PÁRRAFOS Habilidades lingüísticas

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El lenguaje es la herramienta por excelencia del pensamiento y el aprendizaje. Gracias a las habilidades lingüísticas podemos recibir información, procesarla y expresar sentimientos e ideas. Por lo anterior estas habilidades son de vital importancia para determinar la calidad y precisión de la información que se recibe y se transfiere. Su uso solo puede se realiza de cuatro diferentes maneras, según el propio rol del individuo.

Existen dos tipos de habilidades lingüísticas: las receptivas (pasivas) y las productivas (activas). Se les denominaba así, ya que la acción de hablar y escribir se pueden observar al momento que el hablante mueve los labios o el lápiz, al contrario de cuando se escucha o lee, sin embargo esta creencia es considerada falsa, pues dichas habilidades también realizan operaciones complejas y laboriosas, aunque no se puedan ver.

Clasificación de las habilidades lingüísticas según el papel en el proceso de comunicación:

RECEPTIVAS

PRODUCTIVAS

Escuchar

Hablar

Leer

Escribir

Habilidades Receptivas

Este tipo de habilidades se aprenden y desarrollan primero, así mismo nos ofrecen un mejor dominio de la lengua, podemos concebir un mayor repertorio de palabras y registros. Por otra parte no hay control en el mensaje recibido. Estas habilidades se fortalecen con las llamadas microhabilidades, que pueden ser para la comprensión oral y escrita, por ejemplo la anticipación y la inferencia de información, que a su vez se diferencian de las productivas.

Escuchar

Para empezar porque aclarar la diferencia entre oír y escuchar. Oír es simplemente percibir el sonido. Mientras que escuchar es dar sentido a lo que se oye, por añadidura podemos entender, aprender y comprender. Decimos que realmente escuchamos cuando tenemos la capacidad de escuchar más allá de lo hablado, es poder descifrar sentimientos, emociones e ideas que acompañan el mensaje. Todo esto con el fin de poder entender al hablante de manera clara y precisa, además de lo mencionado, para lograrlo, debe haber cierta empatía entre quienes desarrollan el diálogo, es decir, saber ponerse en los zapatos de la otra persona.

Leer

Para generar el gusto y tener motivación por la lectura, es necesario comprender lo que lee, ya que de lo contrario, el lector puede ver en los textos fastidio.

La comprensión lectora es un factor muy importante, para el buen aprendizaje del niño en todas las áreas del conocimiento, ya sea en el aula, la escuela o en la sociedad que se desenvuelva.

Leer bien nos ayuda a desarrollar la capacidad de observación, atención, concentración, análisis y espíritu crítico, adicional a lo anterior genera reflexión y diálogo.

Esta habilidad involucra dos aspectos principales: Identificación de palabras, mejor conocido como “decodificación” y la Comprensión del significado de texto. Es importante que se lea de manera fluida, para conservar los enunciados en la mente por más tiempo y así generar la comprensión. Se dice que si no se comprende la lectura, no se está leyendo.

La SEP ha definido estándares para determinar y registrar como se encuentran los alumnos de educación básica en los aspectos de Velocidad lectora, Comprensión lectora y Fluidez lectora, a través de 3 interrogantes: ¿Cuántas palabras por minuto lee en voz alta el alumno? ¿Qué tanto entiende el alumno de lo que lee? ¿Cómo lee el alumno en voz alta?

Habilidades productivas

Entre las desventajas que tienen es que hay un dominio limitado de la lengua, el usuario solo puede expresarse con las palabras que domina comúnmente, esto puede ir de lo muy coloquial hasta lenguaje formal, según la persona, además que pueden llegar a depender de las habilidades receptivas, en cuestión de aprendizaje, pues solo se puede decir l escribir lo que antes se leyó o escuchó, inversamente a las anteriores habilidades, en éstas si se tiene control sobre el mensaje que se produce, pues tiene la capacidad de escoger las formas lingüísticas, según las necesidades del código utilizado.

Cuenta con las microhabilidades de análisis de la comunicación, búsqueda de la información, selección lingüística, adecuación a la audiencia, entre otras.

Hablar

Desde antes de haber dicho las primeras palabras, todos los seres humanos, gorgojamos y gorgoteamos. Esto nos demuestra que los bebés son ya capaces de practicar el lenguaje para en adelante poder comunicarse, aun cuando su cerebro ni su aparato vocal todavía no están suficientemente desarrollado para articular palabras. No obstante con el paso de los años, los niños se dan cuenta que los sonidos en conjunto, organizados de cierta manera, tienen un significado. Logrado esto, aprenden que las palabras combinadas sirven para transmitir sus ideas a otras personas. Dichas habilidades por lo general, se integran adidácticamente, solo con escuchar a otras personas y hablándoles con lenguaje claro.

Muchos estudios demuestran que el hablarles a los bebés fortalece ayuda al proceso de adquisición del lenguaje, y aunque cada familia es diferente en cuanto a su comunicación con los niños pequeños, se demuestra que las familias que les hablan mucho a los bebés antes de los 18 meses, tienen mejores habilidades en sus estudios, a diferencia de los que no les hablan mucho.

Desde el punto de vista psicológico, podemos recordar que… “El lenguaje se adquiere desde el punto de vista del Condicionamiento operante. El enlace entre palabra y significado es una asociación que se establece a través de percepciones simultáneas y repetidas de determinados objetos. Por imitación, visión reduccionista” (Teoría conductista. B. F. Skinner, 1957).

Escribir

La escritura es una actividad convencional y codificada, es decir, el fruto de una adquisición. (Ajuriaguerra, 1981). Se define la palabra como el entendimiento de la relación entre el sonido de las palabras que expresamos con las grafías. El niño debe ser estimulado para que lo que hable pueda después representarlo por medio del lenguaje escrito. Esto se puede lograr con ejercicios de maduración, para transitar del proceso pre-silábico al proceso silábico hasta culminar en la