Capítulo I: El espíritu de la vida económica

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Esta economía tiene su coherencia interna en la idea fundamental de una vida basada en el inmovilismo y en la repercusión de lo vital de la yuxtaposición espacial. En mas alto ideal de aquel tiempo, como se desprende del maravilloso sistema de santo tomas, es el alma individual, sosegada en si misma que aspira desde su intimad a la perfección. (Principio de la satisfacción de las necesidades y el tradicionalismo, constituyen el inmovilismo)

El espíritu que lleva a cabo esta transformación, que convierte en ruinas el viejo mundo, es el espíritu capitalista. Se compone de prudencia reflexiva, circunspección calculadora, ponderación racional, y espíritu de orden y economía. (Primer libro como ha sucedido y el segundo libro porque hubo de suceder así y no de otra forma)

Libro Primero: el espíritu del desarrollo capitalista

Primera parte: el espíritu de empresa

Capitulo 3: la pasión por el oro y el dinero.

Este espíritu tiene su principio en la lucha de dioses y hombres por la posesión de oro nefasto. El codiciado y ansiado poder, el esplendor que embarga los sentidos. (ejemplo de la EDDA)

Al comienzo de la cultura solo encontramos el gusto por el adorno, por el esplendor centelleante de los metales preciosos que se utilizan como aderezo. Después el placer consistió en el máximo ornato, de más tarde el placer por la posesión de muchas alhajas. La primera cima que alcanza esta carrera en pos del oro es el placer por la pura posesión del precioso metal. Es la época de la acumulación de tesoros. (lo codiciaban como adorno de guerra, leogilvido hacia el 568 fue uno de los primeros en formar un tesoro y en adoptar vestiduras reales). Joyas de este tipo eran recibidas por el monarca como presentes intercambiados en todo acto oficial. Otras formas eran la rapiña, el botin de guerra, los impuestos.

La iglesia hacia lo mismo invirtiendo sus limosnas en cálices, vasijas, tabernáculos, cubiertos de oro y piedras preciosas. El valor de un tesoro reside en su magnitud: con ello aparece una primera apreciación cuantitativa junto a la primitiva apreciación cualitativa. Esta valoración predomina hasta la alta edad media, hasta bien avanzada la economía monetaria.

La tendencia a la acumulación de tesoros era tan fuerte en la España de aquel tiempo que el rey Felipe III, publico en el año 1600 un decreto ordenado que se fundieran todos los utensilios de oro y plata del país y se acuñaran en monedas.

Esta tendencia era un anacronismo: la evolución general del espíritu europeo había sobrepasado ya el periodo de la acumulación de tesoros que tocara a su fin alrededor del S. XII. a partir de entonces el interés se centro en la forma del metal noble. Pero ahora los montones de oro y plata no se valoran ya el peso, independientemente de su aspecto; lo que se ha empezado a valorar por encima de todo es el dinero, es decir, el metal precioso en su forma más común, en la de equivalente de mercancías, medio de cambio y de pago. La codicia de oro se ve revelada por la pasión por el dinero.

Alberti afirma que la codicia es un fenómeno general entre la clase sacerdotal de su tiempo. En el S XIII van aumentando en Alemania las quejas contra el continuo incremento de la codicia. Para aquellos tiempos lanzaba Dante sus sentencias contra la codicia de la nobleza y de los burgueses de las ciudades italianas, que habían sido invadidas desde el trescento por una intensa fiebre de lucro. “esta madilta sed de oro arrastra a las enloquecidas almas al mal; ciega a la razón, extingue la conciencia, empaña a la memoria, desvía la voluntad, no conoce amigos ni parientes, no teme a dios ni se avergüenza ya ante los hombres “ →es racional y prestigioso el hecho de acumular riqueza →Dinero.

Diversos testimonios evidencia el papel fundamental del dinero en todo el occidente europeo (S XV Y XVI) Erasmo se queja: “el dinero es el dios de la tierra”.

Los cargos se ponen en venta, la nobleza se emparenta con la enriquecida crápula, los estados centran su política en el incremento del dinero efectivo (mercantilismo), las prácticas para la adquisición de fondos son cada vez más numerosas y sutiles, como se verá en el capitulo siguiente. “la codicia es la fundadora de las artes liberales, fomenta la filosofía, la pintura, los espectáculos y otros juegos ““el cebo de la ganancia es el ojo con que se husmea en los secretos del estado”

La codicia puede ser considerada ya como característica constitutiva de la psique del hombre moderno. Nos ocuparemos especialmente de examinar cuales de entre ellas han contribuido a la creación de la mentalidad económica capitalista.

Capitulo 4: Medios posibles de conseguir dinero

El creciente afán de lucro no tuvo en un principio ninguna influencia sobre la vida económica. Se buscaba conseguir dinero y oro fuera de los cauces de la actividad económica ordinaria, incluso en detrimento de la misma. Alberti señala, aparte del comercio a gran escala, las siguientes:

- La búsqueda de tesoros

- La caza de herencias

- La clientela

- La usura (préstamo de dinero)

- El arrendamiento de rebaño.

Los caminos preferidos: el servicio de corte, el servicio de guerra, la alquimia. Se hallaban efectivamente en auge, y poseían una importancia mucho mayor que el comercio, la industria y la agricultura en la escala de valores de los que apetecían la riqueza.

(Algunos cargos que no contribuyeron en la formación de la mentalidad capitalista: carrera burocrática, venta de cargos, la clientela, rentas estatales. Quien elige uno de estos caminos no contribuye, sino más bien tiende a amortiguarlo y a entorpecer su evolución)

1º manera de lucrarse por medio de la violencia

Se refiere al bandolerismo el cual se convierte en una verdadera institución social, en Italia e Inglaterra adquiere el carácter de piratería. Estos actos aislados encierran el germen de una empresa y dan un gran empuje al desarrollo del espíritu emprendedor.

2º manera de lucrarse por medio de la magia

Se trata de la búsqueda de tesoros por medios mágicos, como la alquimia, esto constituyo un verdadero fenómeno en los S XV-XVI. Era un medio prodigioso para la obtención de oro, hallándolo o elaborándolo. El carácter psíquico es la persecución