Como se puede Educar en igualdad y diversidad

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Mientras introducía los papeles en la trituradora, Alejandro pudo leer los escritos de su alumnado, resultándole llamativo que, ya en estas edades, los comentarios más prejuiciosos se refirieran a los árabes, asociándolos con la violencia y el terrorismo.

Objetivos

- Poner en práctica los conocimientos adquiridos en la asignatura sobre estereotipos y prejuicios.

- Identificar adecuadamente las dificultades que podemos encontrar en el aula y comprender sus posibles consecuencias para el alumnado.

Criterios de evaluación

- Se valorará la claridad expositiva en la redacción de la actividad.

- Se valorará la capacidad para identificar y analizar conductas vinculadas a prejuicios o estereotipos.

- Por cada problema expuesto con una justificación adecuada y sus posibles consecuencias: 3 puntos.

- Bibliografía: Hasta 1 punto si está correctamente expresada de acuerdo con la normativa APA.

Extensión máxima: 2 páginas de Word, fuente Georgia 11 e interlineado 1,5.

Tal y como señalan Baron y Byrne, estereotipo es la “creencia de que todos los miembros de determinados grupos sociales comparten ciertos rasgos”. Es un fenómeno negativo que da lugar a una distorsión de la realidad, ya que supone una fuerte generalización.

Según Smith y Mackie, “estas impresiones no aportan sólo la base para el prejuicio, sino también su justificación. El prejuicio es la evaluación positiva o negativa de un grupo social y sus miembros”.

Por otra parte, el estereotipo y el prejuicio conducen a la discriminación, que según los anteriores autores, es “cualquier conducta positiva o negativa dirigida hacia un grupo social y sus miembros”.

A continuación, habiendo dado ya las definiciones pertinentes, analizaremos el caso que se nos propone.

Comenzaremos con Carlos Alberto, colombiano, el cual mientras el profesor, Alejandro, les explica la historia de Cristobal Colón, levanta la mano y dice su opinión al respecto: “todos los españoles son unos ladrones porque robaron el oro de los mayas y aztecas”. Ya partiendo de esa base, Carlos Alberto está generalizando porque considera que todos son iguales. Además, el profesor, al no darles una explicación convincente (no argumenta nada sobre el oro), provoca en el recreo una trifulca. Las consecuencias son claras, y es que deja de ser un debate de aula, dado que la generalización que hace Carlos Alberto lleva a una disputa en clase, y de ahí a una pelea en el recreo, no teniendo en cuenta ni la diversidad funcional que padece Sergio ni sus limitaciones.

El segundo problema que surge tiene como implicados a Cheng, chino, y a Hassan, marroquí. Alejandro explica lo que es el “Día de la Hispanidad”, y las costumbres de las diferentes nacionalidades. Le pide a Cheng, que lleva dos semanas en clase y es muy introvertido, que exponga una experiencia personal sobre alguna festividad similar que se celebrase en su país. Mientras comparte con sus compañeros su experiencia, Hassan dice que “esas costumbres son de tontos y que todo el mundo sabe que los chinos son fáciles de engañar”. Mustapha le sigue el juego diciendo “claro que sí, por eso se dice te han engañado como a un chino”. A raíz de ahí, todos se ríen de él, y Cheng considera esos comentarios como hirientes hacia él mismo y hacia su cultura, lo que tiene como consecuencia un profundo mutismo, además de provocar en Hassan y en Mustapha una superioridad frente a las demás culturas.

En último lugar, Alejandro propone una actividad para alejar los estereotipos y prejuicios de todos los alumnos. Esta dinámica es muy aceptada, pero al finalizar, una de las observaciones que realiza Alejandro, es que muchos de los alumnos han relacionado a los árabes con la violencia y el terrorismo, lo que es un gran error, dado que no se debe generalizar, ya que no todos somos iguales.

Ya para concluir, decir que los estereotipos y prejuicios suponen una de las causas más frecuentes que dan lugar a actitudes discriminatorias, convirtiéndose así en uno de los principales obstáculos a la hora de abordar las diferencias sociales desde una perspectiva intercultural.

La cuestión es: ¿de dónde vienen los estereotipos? En la mayoría de los casos se aprenden de la interacción con los miembros del grupo estereotipado o de la información que otras personas nos dan sobre ese grupo. En gran parte de los casos, los principales agentes transmisores de estereotipos son la familia (a través de la educación que reciben desde pequeños, imitando al adulto), la escuela (en ocasiones por la actitud de determinados profesores) y por último los medios de comunicación, principalmente la televisión.

La mejor manera de deshacernos de los estereotipos y de los prejuicios es conocer a las personas de forma particular. Cuando somos presa de los prejuicios vemos al otro como alguien muy diferente a nosotros, pero si somos capaces de vencer esa resistencia inicial, lo normal es que descubramos que no es tan diferente, sino que es un semejante.

Referencias bibliográficas:

- Smith, R. y Mackie, M. (1997). “Psicología social”. Madrid: Panamericana.

- Baron, R. A. y Byrne, D. (1998). “Psicología social”. Madrid: Prentice Hall.

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