“EL VALOR DE EDUCAR” FERNANDO SAVATER
Enviado por Sara • 15 de Enero de 2019 • 3.074 Palabras (13 Páginas) • 649 Visitas
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Cuando una persona logra ir más allá de este tipo de educación es un logro bastante grande, aunque el extremo en la familia de educar sin control o autoridad no ayuda a las personas a desarrollarse en una libertad responsable. Siendo así, la familia tiende a estar eclipsada en su función formativa y dentro de ésta, la figura del padre es la más eclipsada.
Esto ha sido así, por variados factores, y en algunos países por el incremento de la protección social a madres solteras o divorciadas. Esto ha llevado a la decadencia de la figura de la autoridad y por tanto, al fracaso de la familia en formar como adultos a los más jóvenes. El ideal es que un padre no renuncie a serlo, pero a la vez que aprenda a cómo maternizarse. Otro aspecto a resaltar en esta decadencia de la función educativa de la familia es el auge de la televisión. Ésta ha dejado por lado las anteriores fuentes de información, que eran los libros y las lecciones orales de padres y maestros. En cierto modo, la infancia transcurría ignorando varios aspectos, o se manejaban fábulas sobre temas de la vida. La televisión viene a romper con todo esto, contando todo y a veces de la forma más literal o inadecuada posible. La televisión viene a reproducir algunos modelos de socialización que antes pertenecían a la familia, iglesia: socializa usando de gestos, afecto, entre otros. Así, la función paterna de educación se eclipsa por la televisión que cobra cada vez más auge. Visto así, la tarea actual de la escuela se ve complicada porque debe asumir elementos formativos que antes eran responsabilidad de la familia. Así, la escuela debe ayudar a los jóvenes a organizar la información que recibe o a combatirla, cuando fuere necesario. Y algunos temas que deberían pertenecer a la esfera familia, ahora son abordados por la escuela, entre ellos, la ética, religión, sexo, drogas y violencia. En cuanto a ética y valores, la forma efectiva en que estos aspectos llegan a los niños es por vía indirecta, en los primeros años. Esto deja de ser efectivo más adelante, en donde es necesario que el individuo aprenda reflexión sobre los valores. Recordemos que la definición de ética incluye este aspecto. En cuanto a la religión, la enseñanza de ésta viene a ser libre en las democracias, pero no es adecuado que el Estado lo promueva. En cuanto a la educación sexual, gracias a la televisión y a la mayor libertad en las costumbres, los niños ya casi no tienen ignorancia en este tema. Es buena una adecuada instrucción en los aspectos biológicos e higiénicos; siendo así, la información clara ayudaría a que los jóvenes tengan mejor reflexión, lo cual no significa libertinaje. En el tema de drogas, quizá sea el más difícil de tratar educativamente. Esto, en parte porque es difícil explicar un uso razonado de ciertas sustancias, cuando la autoridad castigo el abuso. ¿Por qué los jóvenes se drogan? La respuesta es que las drogas están ahí, y estarán en el futuro que veamos. La escuela debe enseñar a los jóvenes el uso responsable de la libertad, sin detrimento de renunciar a ella. En cuanto a la violencia, los jóvenes tienden a ser más violentos porque son más fuertes, más impulsivos. No es posible visualizar una sociedad sin violencia, dado que estaría inerte. Sin embargo, la escuela debe recordar que la violencia extrema no trae consecuencias positivas y debe procurar formar gente sensata, dado que no es posible formar santos.
4.- La disciplina de la libertad.
En cuanto al aprendizaje, en realidad ningún niño quiere aprender aquello que le lleva trabajo, o que le quita tiempo para el juego. Es la idea de que educamos a los niños por su propio bien, aunque en realidad lo que pretendemos es preservar nuestra cultura. La sociedad lo que busca en preparar humanos y la aspiración debiera ser formar individuos libres. Esto, en principio, significa liberarse de la ignorancia y la forma es educar al neófito, incluyendo a los niños, quienes no saben lo que ignoran. Es así que la maduración psicológica incluye el adiestramiento y, o la eliminación de ciertas conductas; aunque la mejor educación debe lograr potenciar el mayor número de virtuales que puedan coexistir. Por lo anterior, ningún aprendizaje puede realizarse sin algo de disciplina, por lo que el neófito debe prestar atención a aquel que le enseña, que es quien sabe. Todo este proceso apunta a que la persona sea productiva socialmente; proceso que en el pensamiento de Platón y Montaigne puede realizarse por medio de la enseñanza en el juego. Con todo, muchos de los contenidos no pueden ser aprendidos de esta forma, dado también que el propósito de la educación es lograr que una persona sea adulta, que deje de comportarse como niño. Debemos recordar que los niños vienen a un mundo que no está específicamente diseñado para ellos y que deben asumir cierta cultura; cultura que les es enseñada por adultos, sin lo cual podrían llegar a deformarse. El papel del maestro en todo esto es vital, y éste debe recordar que trata con personas que no son sus iguales y que no son, tampoco, una minoría a la cual se explota. Esto es visualizado por algunos métodos educativos modernos, pero no es realidad; aún más, son los mismos adultos los que llevan a los niños a sublevarse contra sus maestros. Estos aspectos pueden incluye procurar la violencia en los jóvenes; tras lo cual no debe olvidarse que una de las tareas de la educación es humanizar a las personas, sin llegar a extremos de permisividad ni de cuarte militar. Los maestros deben recordar que deben ejercer su autoridad, sin el sometimiento ciego de los más jóvenes, sino procurar llevar los conflictos de una forma civilizada. No deben temerlos, sino afrontarlos.
5.- ¿Hacia una humanidad sin humanoides? En los planes educativos actuales se está tendiendo a eliminar el estudio de las humanidades y esto, para favorecer los conocimientos científicos o técnicos que se suponen son más útiles de forma inmediata. Sin embargo, no debe olvidarse que el estudio de las humanidades pretende favorecer la capacidad de análisis, la curiosidad, el sentido de razonamiento y la sensibilidad para apreciar las esferas del espíritu humano. Este proceso ha estado llevando a favorecer asignaturas en demasiada cantidad, lo cual es contrario a la capacidad de asimilación del alumno; además de que la oferta de maestros no responde a los requisitos del currículo. Aunque es interesante, en este respecto.
Muchos maestros enseñan asignaturas para las cuales no están preparados, ni existían en sus tiempos de preparación, llevando esto a una educación ineficaz, que pretende exaltar el conocimiento propio, antes que el bien del alumno. Algunos maestros, incluso, enseñan con pedantería sus cursos, lo cual no genera aprendizaje,
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