El Capital en el siglo XXI.
Enviado por Jillian • 11 de Abril de 2018 • 1.316 Palabras (6 Páginas) • 389 Visitas
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Este libro muestra que la relación riqueza/ingreso siempre fue menor en Estados Unidos que en Europa, lo que revela la diferencia crucial en las desigualdades. Esto sucedió debido al incremento menor del valor de la tierra en espacios abiertos de América del Norte y aunque había más tierra, esta era muy barata; sin embargo desde el siglo XX una cantidad de capital podía llegar a generar mayor producción en Europa.
Según Piketty, en todos los acontecimientos a largo plazo la relación capital/ingreso tiende al equilibrio y lo representa con la fórmula: β = s/g. No obstante, con el requisito de que en este periodo de tiempo los precios de los activos presenten un cambio similar en promedio a los precios del consumidor.
En cuanto a los ingresos y al consumo, los ingresos de los ricos pueden incrementar por encima del ingreso resultante de los trabajadores si y sólo si la tasa de rendimientos supera la tasa de crecimiento. En palabras de Estrada:
Las riquezas no muestran un efecto compensatorio que reduzca la participación total del capital. Esta tendencia observada con cifras durante tres siglos consecutivos, con el 1 por ciento manteniendo su dominio por encima del resto de la sociedad, no describe fallos institucionales, sino que se basan principalmente en la capacidad de la economía para absorber cantidades crecientes de capital sin una caída sustancias de las tasas de rendimiento.(p.7)
Los ingresos que son derivados del capital poseen mayor concentración que la riqueza, ya que las magnitudes de esta última tienden a aumentar de acuerdo con su tamaño mayor. Cierta parte de esta ventaja depende de los desarrollos de las economías a escala, en donde los inversionistas pueden obtener información importante y mandatos en las organizaciones en las que se toman las decisiones.
Los ingresos de las personas que obtienen los salarios más altos, son considerados como uno de los aspectos más críticos de la desigualdad. Por ejemplo, como afirma Estrada:
Alrededor de 60 por ciento de los ingresos del “1 por ciento” en Estados Unidos provienen de ingresos laborales, y sólo cuando llegamos a la décima parte superior del 1 por ciento que los ingresos del capital comienzan a predominar: 70 por ciento de los ingresos de la centésima parte superior del 1 por ciento se originan en el capital. Esta historia se repite en otros países. (p.9)
En este libro que muestra las semejanzas entre capitales e ingresos del siglo XXI con respecto a las condiciones que se tenían en el siglo XIX, se observa que algunas veces la participación del capital en la economía de un país es mayor que la de los ingresos netos. La riqueza ha cambiado de distintas formas en los mercados financieros; sin embargo, los tipos de riqueza no dependen del trabajo, pero contribuyen a la formación de altos niveles de desigualdad en la sociedad. Estrada presenta las dos tendencias de Piketty para frenar este suceso: (a) elevados niveles de inflación y tensiones en el equilibrio entre los rendimientos decrecientes y (b) el progreso tecnológico.
Finalmente, frente a este panorama de desigualdad, Piketty propone un impuesto progresivo sobre la riqueza que se expanda a todos los países y que imponga barreras a la evasión en los paraísos fiscales; y considera la posibilidad de llevar a cabo un impuesto sobre el patrimonio regional en países desarrollados de Europa y Estados Unidos.
Personalmente considero conveniente la implementación de un sistema tributario, debido a que se daría un gran paso para abordar la desigualdad y para mejorar el desarrollo económico. En realidad, me parece una medida equitativa donde las personas deben dar lo que les corresponde según lo que posean, siempre y cuando se tenga el pleno conocimiento de la capacidad adquisitiva real de cada quien.
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