El hombre en busca del sentido, Viktor Frankl.
Enviado por tomas • 18 de Mayo de 2018 • 3.187 Palabras (13 Páginas) • 737 Visitas
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- ¿“Lanzarse contra la alambrada''?:
Frankl aquí hace mención al suicidio, ya que muchos consideran que ese es el modo más fácil para acabar con el sufrimiento que les precede estar allí. También nos dice que tiempo después, sus compañeros le dicen que él no fue uno de los más deprimidos ante tales circunstancias.
Al día siguiente de la llegada al campo de concentración, un colega de Frankl entro en su barracón con tal de alentarlos y aconsejarlos sobre como “sobrevivir” en aquella situación (afeitarse constantemente, aparentar estar sanos, mantener una posición corporal erguida, evitar que los hombres de la SS viesen ampollas…) y que solo aquellos que ceden ante el cansancio y ante las enfermedades y despreocupación personal, son considerados musulmanes y acabarían en la cámara de gas.
SEGUNDA FASE:
LA VIDA EN EL CAMPO
- Apatía:
Una vez pasada la primera fase, Frankl nos explica que los prisioneros pasan a una segunda fase, donde comienzan a adentrarse en una muerte emocional, tal cosa conlleva a que la muerte de sus compañeros o recuerdos por sus familiares, se vea reducida a cero, cosa que desemboca en la frialdad que ellos tienen ya introducidas en su ser por todos aquellos maltratos causados por los “capos”.
También se menciona que algunos prisioneros, cuando se encuentran mal, tratan de ir donde la enfermería, pero por el mero hecho de ir en el momento inoportuno, son castigados con severidad.
Otra mención es que los prisioneros terminan acostumbrándose a no sentir sensaciones que les envuelven, como el asco, ya que son sometidos a trabajos de limpieza o de penitencias, que les obligan a estar constantemente en contacto con excrementos o inmundicias de su alrededor o el horror de ver aquellas escenas de muerte tras muerte de sus compañeros.
- Lo que hace daño:
Esta vez, Frankl nos explica que ya entrada en la segunda fase, a la muerte emocional, los prisioneros e incluso él mismo, se comienzan a crear una coraza, donde los golpes o los insultos ya no les afecta como antes, sino ya va un paso más adelante. El mero hecho de directamente despreciarlos como personas humanas, es lo que más causaba dolor, ya que Frankl nos explica que, durante su arduo trabajo en las vías del ferrocarril, él decide descansar un momento, pero cual dura poco, ya que el “capo” lo considera una holgazanería, y en vez de llamarle la atención o el mero hecho de pegarle, decide lanzarle una piedra, relacionándole directamente con un animal que simplemente ha de hacer lo que ha de ser, menospreciándolo de su estatus humano.
- El insulto:
Prosiguiendo con lo anteriormente mencionado, un día a Frankl se le acerca uno de los “capos” y le dice que como puede ser que los trabajadores siendo animales, podrán sentir amistad. Al rato otro “capo” de la SS, de buen vestir y de apariencia gorda, le hace preguntas de maneras irónicas, con tal de bajarle la poca autoestima que le queda con el fin de menospreciarlo, a lo cual Frankl le responde de manera segura, pero le conlleva a que el capataz se lance sobre él y le maltrate.
También nos explica que pudo entrelazar una amistad con un capo cual le explicaba sus aventuras de amor, y gracias a esa extraña amistad, Frankl ese día pudo sobrevivir ante el maltrato del capataz.
Cabe destacar que Frankl señala que los “capos” son unas personas que menosprecian a las demás, y que su mirada inflige la sensación que los prisioneros no son más que unas simples bestias.
- Los sueños de los prisioneros:
En este capítulo, Frankl nos explica que los prisioneros tenían ese deseo de poder cumplir sus necesidades básicas, como poder comer, poder disfrutar de una buena ducha, entre otras cosas, ocasionadas por las terribles condiciones donde se encontraban.
También nos dice, que una buena noche uno de sus compañeros de barraca, estaba teniendo unas pesadillas y Frankl, trato de ayudarlo, pero recordó que no hay mayor apatía que la que ya se están dando… entonces prosiguió en dejarlo dormir, ya que eso no era nada comparado con lo que seguirían viviendo.
Nos damos cuenta que en este momento Frankl tubo esa empatía con su compañero, al poder ponerse en el lugar de él.
- El hambre:
En esta parte, Frankl nos menciona uno de los deseos que tenían los prisioneros, que ya mencionado anteriormente en “Los sueños de los prisioneros” era poder comer algo dignamente, entonces eso llevaba a los prisioneros a hablar sobre sus platos preferidos, de cómo prepararlos, pero Frankl se percata que ellos haciendo eso se torturan y engañan creyendo que algún día podrán comerlo.
- Sexualidad:
Frankl nos explica que la sexualidad en los campos de concentración donde solo había hombres, era tan efímera que si en los sueños del hombre, esa mínima idea era inexistente.
- Ausencia de sentimentalismo:
Frankl nos dice que estaban siendo trasladados de Auschwitz a Dachau, cuando de repente ve que estaban pasando por el pueblo natal de Frankl, y desde su más profundo ser, intento hablar con los “capos” que vigilaban el vagón para que, aunque sea le dejaran tocar esa tierra, pero sin preámbulo alguno, le agredieron y que por el hecho de haber nacido allí, ya lo tenía más que visto.
- Política y religión:
En los campos de concentración, de lo único que se llegaba a hablar era de política y religión, ya que los prisioneros expresaban sus ideas e incluso en momentos se contradecían, hasta llegar al punto que lo único que les quedaba era hablar sobre la religión, como último modo esperanzador que les quedaba.
También nos habla de que los prisioneros se enfrentaron a una gran epidemia que causo un gran número de muertos. Uno de los amigos de Frankl comenzó a padecer alucinaciones sobre que tenía esa epidemia, y lo único que intentaba hacer era rezar, pero cada vez que lo intentaba era más difícil, ya que no llegaba a recordar.
Entonces Frankl intento ayudarlo, tratando de darle ya hecha sus plegarias, cual es un modo erróneo de la relación de ayuda, porque no intento hacer que el mismo lo hiciera, sino que le dio todo hecho.
- Una
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