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El hombre en busca de sentido . Viktor Frankl

Enviado por   •  20 de Diciembre de 2018  •  4.924 Palabras (20 Páginas)  •  560 Visitas

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- La vida en el campo

En esta fase los prisioneros cambian a una fase de muerte emocional en la que el prisionero sentía tortura por añorar a su familia y su casa, además de la fealdad de todo lo que le rodeaba. Además, el prisionero se rodeaba de un caparazón por su insensibilidad. Lo que más les dolía a los prisioneros era la agonía mental causada por la injusticia y lo irracional de aquello. Sobre sus comidas, los prisioneros recibían una ración de sopa aguada y un pedazo de pan y una entrega extra, además, debido a la desnutrición, perdían su deseo sexual.

El autor relata, que en el campo de concentración, todos sufrían una “hibernación cultural” con excepción de la política y la religión. Casi siempre debatían sobre política, creyendo que la guerra acabaría pronto, aunque había algunos prisioneros que se mostraban reacios a creerlo. También se plantea que cuando todo se ha perdido, el amor es la meta última y más alta del hombre, por lo que su salvación está en él. El protagonista comprende como la felicidad puede existir con solo ver a un ser querido. En definitiva, se aferra a la imagen de su amada y es lo que le ayuda a seguir luchando. También la intensificación de la vida interior ayudaba al prisionero a refugiarse contra el vacío, la desolación y la pobreza espiritual de su existencia, devolviéndole a su existencia anterior.

El arte también es muy importante dentro del campo de concentración ya que se aprecia más en contraste con lo horroroso del campo. La irritabilidad se hace patente debido a la falta de sueño, cafeína y nicotina.

El autor señala su experiencia de la última voluntad (de que se comuniquen con su esposa) y cuenta como viajó con un grupo de enfermos a un campo de reposo. A continuación señala que el miedo a tomar decisiones era otra característica del prisionero, ya que adoptaba una postura determinista y relata como una vez, ya con el frente de batalla acosando al campo, desistió de fugarse compadeciéndose de los enfermos que rogaban su presencia. Llegado el último día en el campo, las autoridades ordenaron su evacuación, se endureció los controles por la fuga y rondaba la idea de incendiar a éste. Cuando el psiquiatra se decidía a huir por segunda vez, la Cruz Roja llegó a éste y quedaron bajo su protección.

Para finalizar esta etapa en la psicología del prisionero, el capítulo analiza el perfil psicológico de los guardias. En general eran sádicos. También se destaca que algunos de ellos diferían de esta clasificación siendo personas compasivas. Esta característica de polaridad que se presentaba deja la conclusión que el ser humano es el ser que decide quien ser.

También habla de todo lo relacionado con la vida en el campo de concentración, una vez que se ha tomado conciencia de que no se saldrá de allí, sin haber experimentado el sufrimiento hasta las fases más hondas del ser humano, pues aquí, es desprovisto y tratado como un animal, sin la dignidad propia del hombre. Es aquí donde se pone en marcha un mecanismo: el tema del sentido de la vida, pues de acuerdo a como cada prisionero conciba esto, dependerá su visión de la vida en el campo y de un futuro esperanzador y feliz, y es lo que será el motor para seguir sobreviviendo en ese mundo hostil que es el lager.

Es así como enumera las características propias de la vida en el campo de concentración:

- Fase de apatía generalizada que luego terminaba en una ausencia de emociones, y actuaba como mecanismo inevitable de autodefensa. Esto se intensificada con una añoranza por su familia y luego una repugnancia frente a la fealdad que le rodeaba en el lager. Cuando los prisioneros se adaptaban a la vida del campo, sus sentimientos se debilitaban y podía contemplar cualquier escena de manera indiferente. Apático e indiferente podía seguir mirando, repugnancia, piedad, indignación y horror eran emociones vedadas en la psicología del prisionero.

- Lo que hace daño, el prisionero enseguida construía, gracias a esa insensibilidad, un caparazón afectivo que actuaba como un íntimo escudo protector, en esos momentos no es el dolor físico lo que más duele sino la humillación y la indignación provocadas por la injusticia, por la cruda irracionalidad de todo aquello.

- El insulto que acompañaba a la crueldad física era causa de indignación incluso en los prisioneros más veteranos del lager, el trato y la forma en que las personas que ejercían el poder nos miraban era tal como el trato de una bestia, la apatía ya mencionada era más una forma de autodefensa que una forma de síndrome psicológico.

- Los deseos y aspiraciones de las personas se manifestaban claramente en sus sueños "con pan, pasteles, cigarrillos y baños de agua templada", uno de los afanes era conseguirse alimento, pues la dieta diaria se reducía a una única ración de "sopa" y un trozo pequeño de pan. Ni siquiera en los sueños aparecía el deseo sexual. Esto descalifica el psicoanálisis que postula que los deseos inhibidos deben presentarse en los mismos.

- Una característica principal era la carencia fundamental de vida sentimental porque todo lo que no sirviera para conservar la propia existencia carecía de interés. Sufríamos en el lager de una "hibernación cultural" con dos excepciones: la religión y la política. Especialmente conmovían y enternecían las oraciones o los ritos improvisados en un rincón del barracón o en la penumbra del camión de ganado en que regresábamos al campo desde el lejano lugar de trabajo. Las personas de mayor sensibilidad, acostumbradas a una rica vivencia intelectual sufrieron muchísimo (su constitución era endeble o enfermiza), sin embargo, el daño infligido a su ser íntimo fue mucho menor, al ser capaces de abstraerse del terrible entorno y sumergirse en un mundo de riqueza interior y de libertad de espíritu.

- La experiencia del amor era una de las fuerzas o motivaciones que tenía la persona para seguir luchando por su vida: "el amor es la meta más elevada y esencial a la que puede aspirar el hombre". El autor describe cómo el recuerdo de su esposa lo hace aferrarse a la vida aún sin saber si ella vivía. "El amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su sentido más profundo en el ser espiritual del otro, en su yo íntimo". Vemos cómo el hombre a pesar del sufrimiento puede realizarse en la contemplación de la imagen de una persona amada, y así puede saborear la felicidad, aunque sea sólo un suspiro de ella. El amor que sentía por su familia y por su esposa le daba fuerza para continuar luchando. Así, escribiría después; la salvación del hombre sólo

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