El héroe discreto.

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VII CAPITULO

El caso de Felicito Yanaque había llegado a Lima, el coronel Ríos Prado regaño al sargento Lituma y al Capitán Silva, les dijo que averiguaran más sobre el caso y para que no queden en ridículo ante todos. Ellos empezaron a analizar las declaraciones de todos los testigos cuando el sargento Lituma se acordó de un sujeto que dibuja arañitas, pero no estaba tan seguro. Trato de contarle la historia .Se trataba de Josefino rojas un amigo de su juventud con quien se divertía bastante. Al encontrarse con los hermanos León hablaban sobre la situación de Felicito, pero actuaban medio raro. Felicito va a la comisaria diciendo que habían secuestrado a Mabel, el capitán le dice que haga exactamente lo que digan los extorsionadores y así dejarán en libertad a Mabel.

VIII CAPITULO

Micky y Escobita llegaron a la casa de Rigoberto, lo saludaron educadamente, le hablaban de su departamento que tenía una buena vista y era muy acogedor. De un momento a otro empezaron a reclamarle porque no impidió la boda de su padre, que la gente se burla de ellos y que su familia estaba en un gran escándalo y pudo evitarlo. Ellos le propusieron cancelar la boda, incluso darle dinero para que lo haga, Rigoberto se sintió ofendido. Los invito a retirarse de su casa.

IX CAPITULO

El sargento y el capitán estaban preocupados por Mabel, ya que no sabían si estaba viva o muerta y al transportista lo veían sufriendo entonces decidieron llevarlo a un bar. El sargento le dijo que pusiera en el periódico que está quebrado y así podrán soltar a Mabel y en el momento que se dejen ver los atraparán. Felicito acepto y el sargento le dicto una carta. Por otro se sospechaba de José por su actitud cuando los hermanos León hablaban con el sargento sobre el transportista. Felizmente los mafiosos soltaron a Mabel.

X CAPITULO

Rigoberto fue a la sacristía, el padre le sorprendió su visita y él le explico que necesitaba un consejo, ya que tenía problemas con su hijo Fonchito. El padre le dijo que no se preocupe que era normal. Pero Rigoberto insistía en que su hijo parecía el diablo porque veía a un señor llamado Edilberto. Le dijo que lo trajera para conversar con él, y llego a la conclusión de que este tenía una especie de don podía contactarse con personas del mas allá por su alma pura y podía ser un angelito.