El oso maloso.

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El oso mientras se iba podía escuchar lo sorprendidos que estaban los animales por lo que habían presenciado. El oso se sentía un poco triste porque los animales lo consideraban malo, pero a la vez se sentía alegre de al fin poder demostrar que ellos estaban equivocados. A la mañana siguiente al salir el sol, la mama de los pajaritos fue a la cueva del oso, aunque un poco temerosa, a darle las gracias por haberle salvados la vida de sus hijos, el oso al verla se sorprendió porque no esperaba que ella hiciera tal cosa, -solo he venido a darte las gracias por lo que hiciste por mi y por mis crías- dijo el pajarito- y tan bien a disculparme por haberte dicho que eras un oso maloso, sé que no debí decirte eso sin conocerte- a lo que el oso le respondió: -No te preocupes acepto tus disculpas, y no tienes nada que agradecer yo solo hice lo que tenía que hacer-, el oso se sentía muy feliz por dentro pues era la primera vez que hablada de verdad con alguien, pero seguía preocupado por los pajaritos así que pregunto -¿Cómo están sus polluelos?, ¿no les hice daño?, -ellos están bien gracias ti- contesto el pajarito, -claro que no les hiciste daño al contrario- dijo ella, -Me alegra escuchar eso- dijo el oso. Y así poco a poco fueron entablando una conversación aquellos dos, tal que el pajarito al escuchar sobre la vida del oso se dio cuenta que lo habían juzgado mal, el realmente era bueno, simplemente era muy tímido para hablar con los demás y por eso estaba solo, el pajarito quedo muy conmovido con la historia del oso que desde ese día siempre iba a la cueva del oso a platicar con él, con el paso del tiempo se volvieron muy buenos amigos, y gracias al pajarito fue que los demás animales se dieron cuenta que el oso era muy bueno, y fue así que pudo llevarse con todos los animales del bosque.

El oso fue reconocido por su gran humildad y altruismo en todo el bosque ya que en toda su vida y al final de ella siempre se preocupo por hacer el bien, ayudando a los demás. Tanta fue su bondad que al final de su vida su espíritu se quedo plasmado en el cielo en forma de un rectángulo con una colita, que al mirar el cielo por la noche se puede apreciar en ese bosque –donde vivió toda su vida- su espíritu en forma de constelación que esta sobre la montaña cuidando lo que una vez fue su hogar.