Es suficiente agregarle la palabra “militar” para que una palabra con significado lo pierda.

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La sociedad venezolana así como la mexicana tienen una creencia de honorabilidad de las fuerzas armadas, quizás por la falsa idea de que los militares son menos corruptos y que están mejor entrenados para diversas tareas, pero estas tareas son referentes a salvaguardar la paz y no para entrometerse en la educación de todo una sociedad, la educación militar es rígida, pero no busca un pensamiento critico, ya que este causa problemáticas, la educación militar es de un carácter cuadrado.

“Es evidente que la intervención de los militares en la política no depende de normas constitucionales sino de las tradiciones históricas y la cultura política real del país. Por otra parte, frente a la creencia tradicional, que consideraba que en América Latina existía una incompatibilidad absoluta entre la intervención de los militares en política y la democracia, se experimentó y vio que los militares podían ser un instrumento no sólo de modernización sino incluso de democratización” (Leone, 2012) esta dualidad o fusión de lo militar y lo político en Venezuela no es una construcción de Chávez, es una tradición histórica por decirlo de alguna manera, ya esta formula fue utilizada desde los años 40 en adelante, pero no es sino hasta ahora que los fuerzas armadas logran un intrusión fuerte dentro de los aspectos políticos y no por que en años anteriores hayan fallado, sino por que no se encontraban integrados en nuevas tareas, las fuerzas armadas de esos años vieron números cambios en cuanto a profesionalización y actualización tecnológica.

“La recurrente simbiosis militar-civil y político-militar venezolana del siglo XX, se encuentra en un proceso de reestructuración, todavía no plenamente definida en los albores del siglo XXI, o surge una nueva edición de ésta o muta hacia formas ciertamente democráticas y profesionales militares consolidadas, en ese orden. El sector dirigente militar, tendrá que seguir actuando acertadamente en procura de una realidad castrense cada vez más profesionalizada, deslastrando el pretorianismo y favoreciendo el Control Civil. Es ésta la mejor política posible para lograr la seguridad y defensa nacional en el corto, mediano y largo plazo en los inicios del nuevo milenio.” (Irwin, 2000)

En este sentido la inmersión de las fuerzas armadas en las diferentes tareas exigen un compromiso ya no con el gobierno en turno o con un partido o fuerza política, sino con la población venezolana, ya que como lo hemos visto en otros países, la participación militar dentro de la política desencadena en un poder político sin visión, en una violencia desmedida y ensangrentada, incluso llegando a romper las leyes tanto sociales como humanas, todo para lograr la meta de su discurso, permanecer en paz cueste a quien le cueste.

“La propensión de militares en la política venezolana nunca antes fue tan marcada como en el ejercicio de gobierno del presidente Chávez (1998-2008), de manera que es indiscutible “ (Leone, 2012)la participación de los militares en la administración pública en Venezuela que la encabeza el propio Presidente de la República. En cargos públicos de niveles altos y medios se hallan varios centenas de oficiales activos y retirados, en áreas donde no era común el nombramiento de hombres de armas, ocurrencia que hoy les permite el control de sectores neurálgicos de la administración pública” como lo mencione en líneas anteriores la participación de las fuerzas armadas pueden caer en vicios o situaciones que atentarían contra la libertad, tal como la búsqueda por establecer un régimen de partido único, la masificación y promoción de una ideología única y por ende la persecución y criminalización de aquellos que no compartan esta ideología, el poder político en un pequeño grupo, la utilización exagerada del nacionalismo, lo cual hemos observado en distintos países no resulta para nada bien, todas estas situaciones para nada favorables podrían ser el resultado de una militarización de la política venezolana.

Para combatir la crisis política que atraviesa Venezuela se debe buscar reorganizar y reestructurar el sistema de partidos y buscar una mayor participación de los civiles dentro de las tareas gubernamentales, “El ejercicio del poder por parte de Hugo Chávez Frías ha implicado desde 1998 hasta la fecha el desconocimiento, irrespeto y violación de procedimientos, valores, derechos y garantías democráticas y ciudadanas. De tal manera que la titularidad y el ejercicio del poder político en Venezuela bajo Chávez constituye un proceso, etapa y fenómeno regresivo de personalización del poder y de la política, des-institucionalización creciente de los partidos, clase política e instancias de representación” (Leone, 2012).

Bibliografía:

Irwin, D. (01 de Julio de 2000). Red de Seguridad y Defensa de America Latina. Recuperado el 12 de mayo de 2015, de Relaciones civiles-militares en el siglo XX venezolano : http://www.resdal.org/Archivo/d000016b.htm

Leone, J. A. (2012). La experiencia populista y militarista en la Venezuela contemporánea. WP , 3-32.