Establecimiento privativo y establecimiento ganancial

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IV. Los elementos del establecimiento mercantil

7. Los elementos integrantes del establecimiento mercantil

Composición e importancia del establecimiento están en función de la naturaleza y dimensión de la actividad del empresario o de la sociedad mercantil que lo utiliza. No existe un patrón único. Establecimiento es la más humilde tienda como la más sofisticada fabrica. Sin perjuicio de la inexcusable diversidad entre unos y otros establecimientos, en general suelen agrupar y coordinar bienes muebles e inmuebles, corporales e incorporales, consumibles y no consumibles, derechos reales y de crédito, de propiedad industrial y servicios del personal.

Mercancías son bienes muebles, manufacturados o no, afectos al tráfico mercantil. Para el código de comercio son bienes que el empresario compra para revenderlos en el mismo estado y bienes que compra para fabricar o producir otros distintos.

Mercancías transformadas se llaman productos.

Para que el bien sea integrante de un establecimiento mercantil es esencial el destino funcional que el empresario le haya dado. Bienes de propiedad de un empresario no pueden ser considerados como elementos del establecimiento; bienes de propiedad de terceros pueden formar parte cuando el empresario pueda disponer de ellos legítimamente.

La ley prohíbe que, en caso de concurso de acreedores, los acreedores con garantía real sobre bienes de propiedad del deudor insolvente puedan iniciar la ejecución forzosa de la garantía hasta que se apruebe un convenio o transcurra un año desde la declaración del concurso sin que se hubiera hecho la fase de liquidación de la masa activa.

Elementos del establecimiento tienen 2 principios. En el principio de autonomía los elementos patrimoniales integrados en el establecimiento no pierden la propia sustantividad

ni sufren alteración en el régimen jurídico respectivo. En el principio de la mutabilidad, los elementos integrantes des establecimiento pueden ser separados de este a voluntad del empresario para ser sustituidos o no por otros, según las exigencias de la actividad empresarial a la que sirven.

En el establecimiento se renuevan cosas y servicios sin que se rompa la unidad del mismo, en tanto no produzca una disgregación que destruya la organización. Para evitar riesgos que esa mutabilidad ocasiona cuando el establecimiento mercantil constituye objeto de garantía real, la ley obliga al deudor hipotecario a tener en el establecimiento hipotecado mercaderías o materia prima en valor igual o superior al que se haya determinado en la escritura de hipoteca, reponiéndolas debidamente con arreglos a usos del comercio.

8. El fondo de comercio

Organización y buena disposición de distintos elementos del establecimiento confieren a este su peculiar aptitud al servicio de la actividad ejercitada por un empresario. Mismo o similares elementos pueden ser organizados de modo muy distinto. Buena organización de estos dota al conjunto un valor superior a la suma de los valores individuales de cada elemento. Este valor superior es lo que se conoce como fondo de comercio y este puede depender de factores objetivos o subjetivos. Objetivo está basado en mismas condiciones que el establecimiento y es susceptible de permanecer, aunque cambie persona titular. Subjetivo está en función de la capacidad del empresario para crear, conservar y acrecentar clientela. El primero se transmite automáticamente con el establecimiento mientras que el segundo no es susceptible de transmisión. Para impedir que se produzca la perdida de clientela se pueden establecer pactos entre comprador y vendedor.