Gestión de la calidad y gestión del conocimiento en la institución educativa

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Lo cierto es que Ia gestión de la calidad integral, sitúa al estudiante como norte, faro orientador de la actividad institucional; el centro escolar se concibe como un flujo de actividades en torno a los cuales se realiza el trabajo cooperativo, para lograr la plena satisfacción tanto de los estudiantes, como de los padres, madres de familia y docentes en general. En esta dinámica surgen nuevas metodologías de trabajo que facilitan la integración de todos los a entes implicados en el proceso, las cuales obedecen a la lógica de la creatividad y disposición de los miembros de Ia comunidad de aprendizaje.

La gestión de la calidad integral, con sus notas sobresalientes, se perfila como un enfoque pluralista, capaz de superar las contradicciones y limitaciones de los modelos tradicionales de dirección.

Su enfoque holístico y el papel que deben asumir sus principales agentes en relación con la organización, en su doble dimensión de cliente interno o externo, convierten a la gestión de calidad integral en un paradigma integrativo, de sintaxis de los diferentes modelos de gestión, que hoy, reclama la organización educativa para buscar la excelencia.

GESTION DEL CONOCIMIENTO

Desde la década de los noventa, la gestión del conocimiento, se ha convertido en un movimiento de relevancia en el ámbito profesional y académico, reconocido y tratado en múltiples eventos, foros, publicaciones, medios y debates. Frente a este tópico y Ia responsabilidad que nos anima en la publicación, nos parece relevante expresar las siguientes preguntas: ¿por qué debe gestionarse el conocimiento desde Ia organización escolar?, ¿puede responder la gestión al efecto modal?, ¿responde a una nueva necesidad?, ¿qué ingerencia tiene la autoevaluación en esta responsabilidad?, ¿cuál es la relación entre la gestión del conocimiento y Ia política de calidad integral que propicie una organización escolar?

Que el conocimiento es el elemento más valioso para cualquier empresa, organización grupo o persona, no es algo nuevo, Como tampoco lo es el hecho de que Ias inteligencias sean Ia clave que explica el sentido de las transformaciones sociales, científicas y tecnológicas.

El conocimiento siempre ha sido necesario para el funcionamiento de Ias organizaciones y siempre se ha utilizado. La información, el conocimiento y el aprendizaje1 son aspectos consustanciales con las personas. Sin embargo, la gestión del conocimiento en su acepción sistemática, como se entiende en los actuales paradigmas, es relativamente reciente, por lo menos, no tiene más de una década, incluso, aún no es del dominio de amplios círculos académicos y profesionales. No debemos mirarlo como una moda, pero si se trata de un nuevo foque, que busca dar nuevas orientaciones a problemas de antaño, en relación con Ia capitalización, creación y difusión de uno de los recursos más valioso, el conocimiento. Al respecto Rivero (2000, 6), plantea dos aspectos fundamentales que caracterizan este modelo:

a. La profundización y desarrollo de nuevos paradigma relacionados con Ias diversas formas de conocimiento tanto individual, como en grupo y la puesta en práctica de diseño metodológicos para el desarrollo personal y organizacional

b. El avance desmesurado de Ias tecnologías de la información y la comunicación (TIC), propician Ias Condiciones para poner en práctica aplicaciones de la gestión del conocimiento que de otra manera no serían más que planteamientos teóricos, con pocas posibilidades de aplicación.

El conocimiento se convierte en el activo más preciado del que pueda disponer una empresa u organización educativa para enfrentar Ia competitividad. Sin embargo, de esto se conoce muy poco en las instituciones educativas, tal vez se deba al uso exacerbado de Ias lógicas curriculares, que deja de lado la verdadera dimensiones de este bien, a pesar de ser estos centros, los espacios fundamentales para cultivarlos, usarlos y reorientarlo, entre otras concepciones y aplicaciones. La propia generalidad y diversidad del concepto conocimiento provoca escepticismo entre directivos y docentes, la práctica pedagógica ha demostrado que es muy poca la circulación del concepto en los círculos académicos. La mayoría de las personas piensan que el conocimiento es como una especie de receta, un procedimiento definido, para gestionar y enfrentar situaciones rutinarias y concretas. EI conocimiento bien concebido, debe proporcionar Ia capacidad de visionar posibles modos de solucionar diversas situaciones y anticipar el impacto y efecto de las decisiones. El desarrollo de esta competencia en el ámbito institucional, no solo incluye marcos conceptuales, enfoques epistemológicos, métodos y diseños predefinidos, sino nuevas conexiones y relaciones con otros conceptos y modelos mentales. El conocimiento es producto de la reflexión humana y de Ia experiencia individual y colectiva que incrementa la capacidad para tomar decisiones y ejecutar acciones para lograr los fines misionales en la organización.