Guía para el diseño de programas socioeducativos de atención a la infancia

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Destinatarios: colectivo al que va dirigida la acción

Objetivos generales: Conocimientos, habilidades y/o actitudes que deberán alcanzar los beneficiarios al final de la intervención. colectivo al que va dirigida la acción.

Estructura: Descripción general de la acción.

Orientaciones Metodológicas: Atendiendo a las características específicas de la acción.

Evaluación: la evidente y obligatoria, de contraste entre la consecución de los objetivos previstos y los finalmente alcanzados.

Un buen diseño de intervención socioeducativa para la infancia: delimita con claridad y precisión los objetivos que se pretenden alcanzar, abarca los elementos educativos, prevé los pasos formativos necesarios para alcanzar los objetivos marcados, considera la actividad de los niños como fundamental, utiliza metodología y técnicas variadas y adecuadas a los objetivos y al colectivo, temporaliza adecuadamente todas las actividades, incluye criterios e instrumentos para evaluar los resultadas obtenidos, es flexible para adecuarlo a la situación concreta del hecho educativo.

Formulación de los objetivos: formular los objetivos educativos correctamente. El propósito de marcarse los objetivos es establecer desde el principio los contenidos, las habilidades y las actitudes que debe adquirir, desarrollar y/o dominar el niño y niña participante al finalizar la intervención. Los objetivos son el elemento de la planificación a partir del cual se articulan todos los demás.

Tipologías de objetivos según el tipo de conducta deseada:

Cognitivos: comprensión, entendimiento, introspección.

Psicomotores: destrezas especiales.

Afectivos: suponen la manifestación de actitudes, percepciones, relaciones.

Clasificación de los objetivos según su tamaño

1. Objetivos Generales: acciones que se espera que puedan realizar los participantes al final del proceso de formación.

2. Objetivos Específicos: más precisos y concretos, se basan en la temporalización corta, acciones concretas y conducta observable.

Criterios para definir objetivos: hacer referencia a aquello que se espera que los niños y no el educador, consigan ser verificables, evitarse ciertos verbos , especificar condiciones, recoger que se espera, señalarse el nivel de ejecución, contextualizar la redacción de objetivos, evitar palabras que confundan, los objetivos generales y operativos deben estar relacionados entre sí.

Para que un objetivo sea operativo debe reunir características como: realización, ¿qué es lo que el alumno debe aprender a hacer?, condiciones, ¿en qué condiciones se pretende que el alumno lo haga?, criterios, ¿en qué grado de perfección deberá hacerlo el alumno?

Selección de contenidos de intervención: la mayoría de los programas de intervención socioeducativa para la infancia tiene un desarrollo amplio de contenidos, casi siempre acertados y elaborados, en su mayoría, por profesionales que atesoran amplia experiencia en la atención a la infancia.

V. Seguimiento o evaluación de la intervención: la evaluación es un proceso imprescindible de la intervención socioeducativa. nos permite conocer el alcance de los logros de nuestra intervención realizando un contraste entre lo que se pretendía y lo conseguido. Evaluar constituye un proceso sistemático, metódico y neutral que hace posible el conocimiento de los efectos de un programa, relacionándolos con las metas propuestas y los recursos movilizados.

Fases del proceso evaluativo:

Fase inicial: la evaluación inicial o diagnóstica es aquella que se realiza al comienzo o previo inicio del proceso evaluativo.

Fase procesual: la evaluación procesual o formativa es la valoración permanente de la actividad a medida que ésta se va desarrollando.

Durante esta fase se obtendrá información para orientar la intervención en relación con las necesidades, las expectativas y las motivaciones de los participantes en éstas.

Sus objetivos son: comprobar, identificar, determinar.

Fase final: En el desarrollo de esta fase se efectúa la evaluación final de la actividad o programa, centrándose en la satisfacción manifestada por sus destinatarios.

Sus objetivos son: determinar, detectar, identificar, planificar.

Fase de impacto, demorada o diferida: la evaluación del impacto o demorada es una evaluación retardada que se caracteriza por realizarse transcurridos un tiempo tras la finalización de la actividad formativa.

Evaluando el aprendizaje se verifica si se han alcanzado los objetivos operativos y funcionales de la intervención. Se comprueba si las competencias han sido desarrolladas por los participantes y en qué medida.

Técnicas e instrumentos de la evaluación:

Fase inicial: valoración de necesidades.

Fase procesual: la observación, la comparación.

Fase final: los tests, los cuestionarios abiertos y cerrados.

Fase de impacto, demorada o diferida: las entrevistas, las escalas de observación, los cuestionarios abiertos y cerrados, etc.

Con esta información se espera haber considerado los aspectos que el diseño de una intervención socioeducativa para la infancia debe tener en cuenta para alcanzar con éxito sus objetivos de aprendizaje.