Huesped ¿Por qué la gente comete suicidio?
Enviado por Christopher • 7 de Diciembre de 2018 • 3.146 Palabras (13 Páginas) • 368 Visitas
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El tercer caso, divide opiniones al parecer. Alfonso Trejo, alias “El Extranormal”, es una especie de celebridad local, aunque muchos lo ven más como el loco del pueblo. Esta persona se autonombraba como un parapsicólogo, investigador del fenómeno paranormal, de esos charlatanes que creen en fantasmas, brujas y demonios. A manera de reto decidió alojarse en la “macabra” habitación 13. Nadie lo tomo en serio, porque incontables veces fue descubierto en sus farsas, las cuales eran para llamar la atención. (otro dato a considerar). Cada día de los que duró hospedado, se dirigía a su “centro especial extranormal” donde sus otros “investigadores” mantenían juntas y revisaban el material que grababa. Al parecer usaba una vieja grabadora de cassette para captar psicofonías. Según la entrevista realizada a uno de sus adeptos - “Cada día llegaba con un “Nada nuevo bajo el sol mis estimados paranormers , nada nuevo”, hasta el tercer día que llego algo asustado pues había captado mientras dormía el ruido de algo que se movía arrastrándose”. – Algo que no era de este mundo según. A los dos días siguiente no se presentó. Y se repite la historia, lo descubrieron colgado del marco de la ventana. Su ex-esposa, al ser entrevistada mostro un poco de frialdad ante la situación. – “Alfonso siempre estuvo preocupado por sí mismo y por qué la gente le creyera. Debía demasiado dinero, todo gastado en la bebida y en aparatejos para encontrar cosas del más allá. No me extrañaría que hasta fingiera su muerte con tal de desaparecer, era un mitómano, mujeriego, problemas de seguro cargaba”.
¿Histeria Colectiva? Quizás eran personas que buscaban una salida y ser recordados. Que mejor manera que estar presentes que muertos rodeados de misterio.
Es muy tarde ya, y me siento algo cansado luego de leer todo esto. Veo el marco de la ventana “maldita” y no encuentro algún signo de esta histeria. Aunque quizás estoy algo sugestionado. Al acercarme a la ventana sentí como si alguien me mirara desde afuera. Abrí la ventana y sentí la misma sensación. Debe ser el calor y la horrible humedad.
03 de septiembre del 2006.
La ciudad amaneció de nuevo con una densa neblina. Me encuentro algo cansado ya que por la madrugada desperté luego de que escuché un extraño ruido en la pared de afuera. Como si se arrastrara rápidamente. Me pare de la cama y abrí la ventana y solo recibí una oleada de calor horrible. Y otra vez esta estúpida sensación de ser observado. Debo de calmarme y no creer en todo lo que leo.
Hoy la entrada del diario será algo corta. Saldré a caminar y conocer a los lugareños. Pasare un rato en la playa y trataré de pasar un rato agradable. Escuche que hay cerca un restaurant de mariscos con un plato de sopa de pescado y camarón realmente hermoso.
Otra queja para el hotel. Al salir de mi cuarto note un pequeño alacrán muerto. Espero que no haya una plaga.
04 de septiembre del 2006.
Ayer pude platicar con varias personas y no obtuve demasiado. Salvo este extraño dolor de estómago. Al parecer los lugareños le llaman “El callejón de la muerte” a mi poco amigable pasillo vecino que tengo al lado de mi cuarto. Según el lugar es testigo de cosas extrañas que nadie le gustaría ver. Gatos callejeros que entraban y desaparecían sin rastro, Perros que le ladraban a algo no visible. Después de degustar tan sabrosos camarones y algo envalentonado por la cerveza decidí ir a visitar el callejón, para demostrar que solo son habladurías.
El lugar realmente esta feo. Papeles muy viejos manchados de sustancias extrañas se agitaban con la brisa marina, una pila de cajas en una esquina, tambos oxidados, y el fondo del callejón se perdía en la nada. Oscuro. Estaba a punto de caminar cuando una mano se agarró de mi hombro. Pegue un grito. Se trataba de un vagabundo con un olor fuerte a basura que me dijo – “Joven, éstos no son sitios para visitar. El callejón de la muerte es un lugar exclusivo para la gente que no tiene esperanza”. Cuando me volteé para hablar con el vagabundo, esté se estaba alejando, caminando cojamente. No sé si fue el olor, junto con la mezcla deplorable del lugar que subí a la habitación y me encerré. Ahora estoy aquí sin poder dormir y sintiéndome muy extraño. No debí quizás comer los camarones.
05 de septiembre del 2006.
Ayer fue domingo y no salí para nada de mi habitación. Pedí la comida a mi cuarto y me enfrasqué en mi investigación. Tengo que confesar que me siento muy extraño y me empiezo a preocupar por mi salud, la cual no parece mejorar. Además, me estoy dejando sugestionar. He vuelto a sentir el ruido de algo que se arrastra por la pared. Y vi una sombra, algo parecido a un arácnido o algo con varias patas se proyectó en el techo del cuarto.
Hoy parece que va a llover. Creo que tampoco saldré de mi cuarto. Truenos y relámpagos han iluminado el día nublado. Y en uno de esos rayos, distinguí algo ocultándose en el callejón. Una sombra. No sé qué pensar.
Acaba de irse la luz y llueve a cantaros. Tratare de dormir. Espero hacerlo con todo este ruido.
07 de septiembre del 2006.
Ok, me siento muy mal. Hoy desperté y me siento alarmado. Doña Encarnación vino temprano y tocó mi puerta. – “Señor Cárdenas, ¿se encuentra bien? Lleva tres días sin salir del cuarto. ¿Se le ofrece algo?”.
¿Tres días? Ok, soy consciente que no salí el domingo y el lunes, pero ¿qué fue de mi martes? Revise mi reloj y el calendario y efectivamente, hoy es miércoles 07 de septiembre. Le dije que no me sentía bien y que me enviara de comer y agua, mucha agua, ya que me siento sediento. Mi cuerpo lo siento muy pesado, caliente y estoy sudando frío. Acabo de escupir una sustancia de color negro y muy pastosa.
Recapituló y recordé que tuve muchas pesadillas. Soñé que viajaba a los primeros días del mundo. Fui un homínido, después fui un mono y así mutando de cuerpo en cuerpo hasta llegar a una especie de insecto. Después me vi a mi mismo acostado en el cuarto del hotel. Vi como cientos de pequeños animalitos comenzaban a subir por mi cuerpo y empezaban a comerme. Quise gritar, pero mi boca se llenó con muchos insectos. Desperté justo cuando Doña Encarnación vino a tocar y enterarme que dormí más de un día. ¿Qué pasó? ¿Qué fue de mis horas perdidas?
Miles de ojos gigantescos, sustancias gelatinosas, aguijones, pelos ásperos y pinzas. Es lo único que veo cuando cierro
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