Informe lecto.NÚCLEO DE LA CIUDAD

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de alta graduación, profesionales y mercaderes vinculados a las actividades exportadoras e importadoras. De igual modo, el diseñador argentino ratifica que en este sector se hallaban los principales vecinos, comerciantes, mineros y latifundistas más fuertes y miembros distinguidos de la administración colonial.

Se debe agregar que estos pobladores tenían acceso a determinados servicios: Yujnovsky asegura que este era un sitio de uso múltiple de mercado y además donde se desarrollaban las fiestas, procesiones, espectáculos y ajustamientos. Los sistemas de suministro de agua fueron, en un comienzo, el río o de acequias, que obtenían el agua desde una desviación. En cuanto a la iluminación, las lámparas de aceite y velas estaban restringidas exclusivamente a lugares públicos, a las calles céntricas. De manera semejante, Hardoy indica que en este sector algunas calles fueron empedradas y tuvieron iluminación, así como la mayor concentración de fuentes de agua públicas y privadas.

ZONAS ALEDAÑAS

Inmediata a la región central se ubicaba el sector intermedio de la ciudad.

En cuanto a la estructura Romero describe que es una zona adyacente al núcleo de la urbe en la que se ubicaban las chacras, haciendas o estancias, lugares destinados para labranza de tierras. Yujnovsky afirma que alojaba viviendas y edificios religiosos, como iglesias, capillas, beaterios, conventos y seminarios. Estos se situaban cada dos o tres cuadras en relación con los caminos principales de salida, contraponiendo algunas plazoletas o espacios abiertos. Por su parte, Hardoy sostiene que este tramo, es decir, la zona de transición, tenía la cuadrícula parcialmente construida, en la cual las viviendas eran de menor tamaño y el número de iglesias y comercios disminuía.

Respecto de los habitantes del lugar el intelectual argentino indica que allí residían tratantes o pequeños comerciantes además de funcionarios de mediana e inferior jerarquía. El arquitecto confirma que habitaban blancos “de orilla" sin fortuna – comerciantes, capataces, oficios-. De manera semejante, el especialista en planeamiento urbanístico y vivienda manifiesta que vivían los empleados menores de la administración, pequeños comerciantes y artesanos libres, en otras palabras, familias blancas y mestizas de ingresos medios y bajos.

Según Hardoy la iluminación del sitio era prácticamente inexistente. Las calles se encontraban enmarcadas por simples muros blanqueados y rara vez estaban empedradas.

LOS SUBURBIOS DE LA URBE

El último sector la ciudad es la periferia, zona más alejada del centro de la ciudad, la cual estaba destinada a la agricultura y ganadería.

Acerca de su estructura Romero sostiene que era un sector que se localizaba fuera del límite urbano y que se reservaba “para posible expansión y uso común -el rossio o ejido- y otra para propiedad municipal, termo o propios, en Brasil y en Hispanoamérica respectivamente”. De igual modo, el autor de libros de desarrollo urbano plantea que allí se ubicaban edificios y viviendas –ranchos sumamente modestos- en menor densidad así como actividades productivas, tales como molinos, curtiembres, canteras, hornos de cal, de ladrillos y tejas, carnicerías y mataderos, con la inserción de las quintas que rodeaban la ciudad en la zona de ejidos. En coincidencia, el arquitecto describe que era una zona de edificación dispersa, ubicada en función de un diseño que extendía el damero central. Se hallaban granjas con diversas características y con explotaciones propias de la región: viñedos y frutales, tambos, olivares y explotaciones agrícolas intensivas al igual que frutales, cultivos de trigos, maíz y campos de pastoreo.

No sólo Yujnovsky sino también Hardoy señalan que en las afueras de la ciudad se asentaban los estratos populares, es decir, capataces, peones asalariados, indios y esclavos.

Sólo el diseñador argentino hace hincapié en que no existían en este lugar servicios urbanos. Eventualmente había un convento, capilla o ermita y algún almacén en el cruce de dos