Informe de lectura. “La Ciudad – Estado”
Enviado por Rimma • 27 de Noviembre de 2018 • 3.654 Palabras (15 Páginas) • 518 Visitas
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El consejo era el órgano ejecutivo central del gobierno, las embajadas extranjeras solo tenían acceso al pueblo por intermedio de él y los magistrados estaban en gran parte sometidos a su control, podía encarcelar a los ciudadanos e incluso actuando como tribunal, condenarlos a muerte o consignar a los delincuentes a uno de los tribunales ordinarios. Tenía un control absoluto de la hacienda, la administración de la propiedad pública y los impuestos. Sin embargo, los grandes poderes del consejo dependían siempre de la buena voluntad de la asamblea. Los tribunales atenienses eran la clave de todo el sistema democrático y ocupaban una posición que no es comparable a la que tiene los tribunales en ningún gobierno moderno.
Tanto la asamblea como el tribunal eran el pueblo. Los tribunales podían juzgar no solo a un hombre sino a una ley y ambos se juzgaban igual.
El tribunal ateniense carecía del aparato que acompaña a un sistema jurídico técnicamente desarrollado, por lo que los ciudadanos eran jueces y jurados. Las partes litigantes estaban obligadas a defender personalmente sus posiciones. El tribunal se limitaba a votar: primero, sobre la cuestión de la culpabilidad, y luego, si el veredicto había sido culpabilidad sobre la pena que debía imponerse, después de que cada una de las partes hubiera propuesto el castigo que consideraba justo. La decisión de un tribunal tenía valor de cosa juzgada, porque no había sistema de apelación.
Ideales Políticos:
El historiador Tucídides ha expuesto el significado que tenía la democracia para los atenienses reflexivos. Es la famosa Oración Fúnebre atribuida con fundamento a Pericles que era el líder de la democracia y que Tucídides presenta como pronunciada en honor de los soldados caídos en el primer año de la gran guerra con Esparta. Lo que pide a sus oyentes es que vean Atenas tal como es, lo que significa en las vidas de sus ciudadanos, como si fuese una amante de suprema belleza y dignidad, su ciudadanía es la mayor gloria de los atenienses. Los estados modernos son tan grandes, tan remotos, tan impersonales, que no pueden ocupar en la vida moderna el lugar que tenía la polis en la vida de un griego.
La rotación en los cargos públicos, la designación de los magistrados por sorteo y la ampliación de los cuerpos gobernantes hasta el extremo de hacer difícil su funcionamiento, eran instituciones destinadas a dar participación en el gobierno a más ciudadanos. Su gobierno se llama democracia porque la administración está en manos de la masa de ciudadanos, no de una minoría.
En la concepción ateniense, la ciudad era una comunidad en la que sus miembros habían de llevar una vida común armónica, en la que había que permitir tomar parte activa a tantos ciudadanos como fuera posible, sin discriminaciones basadas en el rango o la riqueza. Nadie ocupa un cargo por nacimiento y nadie lo compra, pero todo el mundo tiene una igual oportunidad de ocupar la posición a que le dan derecho sus dotes naturales.
Aun en su mejor forma, la democracia tenía un lado malo, cosa que tuvo tanta relación como sus éxitos con los comienzos de la teoría política. Tucídides pinta un cuadro pavoroso de la marcha de la revolución y las facciones de las ciudades griegas, a medida que la guerra progresaba. Una vez acabada la guerra, Platón dijo: “que toda ciudad por pequeña que sea, está dividida por lo menos en dos ciudades enemigas: la de los pobres y la de los ricos”.
Nuestro pensamiento político más familiar contempla siempre algún equilibrio entre dos tendencias opuestas: poder suficiente para que el estado sea eficaz y libertad suficiente para que el ciudadano pueda ser un agente libre. El filósofo de la ciudad - estado no veía tal oposición ni tal equilibrio. La justicia significaba para él la constitución u organización de la vida común de los ciudadanos y la finalidad de la ley es encontrar a cada hombre su lugar, su posición, su función en la vida total de la polis.
El ideal ateniense encontró un lugar para dos valores políticos fundamentales: la libertad y el respeto a la ley. Las actividades de la polis se realizaba con la cooperación voluntaria de los ciudadanos y su instrumento principal es la libre y plena discusión de la política en todos sus aspectos, como el mejor medio de ordenar las medidas públicas y de llevarlas a efecto, lo que hizo de los atenienses los creadores de la filosofía política
La libertad del ciudadano deriva del hecho de que tiene capacidad racional para convencer y ser convencido mediante el tarto libre y sin trabas con sus semejantes.
Hay un punto en el que están de acuerdo todos los pensadores políticos griegos: la tiranía es el peor de todos los gobiernos.
La libertad y el imperio de la ley son dos aspectos complementarios del buen gobierno; constituyen el secreto, como creían los griegos de la ciudad - estado. El hecho de que ninguno de los pueblos que han tomado posteriormente como ideal el de la libertad cívica ha dejado de verse influido por las instituciones y la filosofía atenienses, constituye la medida de su éxito.
Búsqueda de conceptos, ideas y comparaciones:
Después de leer y resumir la lectura, creo necesario hacer una comparación entre las definiciones de ciudad y estado, que en el pasado fueron una sola pero que por los fenómenos y la evolución desde esos días hasta la modernidad las entendemos como términos diferentes, donde entre lo que se lee y se encuentra de información, la ciudad - estado es un concepto que permite designar a aquel estado que solamente dispone de una ciudad y un escaso territorio a su alrededor. Entre los ejemplos más emblemáticos de ciudad - estado se destaca la Ciudad del Vaticano, este tipo de organización territorial ya existe en nuestro planeta desde hace miles de años. La civilización sumeria fue la primera en imponer este tipo de ciudades.
Características de Ciudad –Estado:
Es un Estado que solamente consta de "una ciudad" y " un exiguo territorio circundante, ejemplos: Singapur o la Ciudad del Vaticano, Mónaco, San Marino, y cuatro ciudades que son parte de países como Hamburgo, Berlín, Bremen y Viena.
Aunque los motivos de su origen son variados, predominan las razones de tipo comercial (sobre todo en la Edad Media) y, en consecuencia, también de tipo político.
Tomemos un caso de la actualidad para entender y comprender mejor los conceptos y fundamentos que componen una ciudad – estado, hablemos de quizás la
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