Juntos y felices , caminaban un grupo de amigos por las vías de una antigua estación de tren

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La noche cayó y junto a ella la oscuridad, todos se encontraban descansando al lado de la fogata, a excepción de Benjamín que estaba despierto observando a sus amigos en la magnífica tranquilidad de la noche. Él era como la mamá del grupo por ser el mayor de todos; les daba consejos, les cocinaba y cuidaba de ellos. Se preguntó ¿Qué iba a hacer él si ellos? pero luego su pregunta se transformó en ¿Qué harían sus amigos sin él. Ninguno era capaz de admitirlo en su totalidad pero sentir el cariño y la preocupación de Benjamín los hacía sentir seguros y estar como en casa.

La madrugada del 07 de Enero los golpeó con fuerza. Jake no podía hacer mucho ya que había comenzado a trabajar en una gasolinería porque estaba cansado de ir de lado a lado buscando un trabajo; se subió el cierre hasta el cuello tras sentir el frío viento y espero a algún cliente. Anna no pudo conciliar el sueño en toda la noche así que se dedicó a jugar con su encendedor; lo prendía y lo apagaba, una y otra vez, contemplado la pequeña llama que se formaba. Salió de su cuarto y se dirigió al estacionamiento para sacar un galón de gasolina para luego esparcirla en su cama, tiró el galón y sacó su encendedor, incendiando su colcho se sentó en este y comenzó a observar las llamas a su alrededor.

Esa mañana, Chase se levantó y observo su rostro en donde lo único que podía ver era el vacío en sus ojos que varias veces se iluminaron como estrellas cuando sonreía. Lentamente se acercó al botiquín y agarró el frasco que encontró. Se tomó todas las pastillas antidepresivas, se cambió de ropa y salió a dar un paseo, estuvo caminando cuando se desplomó en el suelo; luego de unos segundos sus ojos se abrieron débilmente. Joseph llevaba horas dentro de la tina vacía, llorando mientras que leía la carta en su mano. Cada párrafo, cada oración, cada frase, cada palabra, rompía su corazón en mil pedazos. Lleno la tina y se sumergió esperando a quien lo mataría primero, la falta de oxígeno o una hipotermia. Saura caminó por toda la ciudad, necesitaba despejar su mente; caminó cabizbaja hasta una avenida, oyó una bocina entonces se volteó para ver lo que era cuando sintió un ligero golpe y escuchó un chillido sordo. Tres botellas vacías a su derecha mientras que en la izquierda sostenía una botella medio llena; Mason llevaba toda la mañana tomando. Entro a su hogar y vio a su madre discutiendo con su padre, volvió a tomar sus cosas y se fue al único lugar que conocía. El sol se ocultaba y el sentía sus lágrimas caer por su rostro; tomó s celular y marcó el único número que se sabía de memoria. El teléfono no dejo de timbrar hasta que contestó el buzón de voz y con la voz quebrada dijo “Oye… te extraño hermano”.

Ya había pasado casi una semana, se encontraban reunidos cuando Saura vió a Benjamín parado con una cámara rosa. Todos voltearon a verlo y Mason corrió a abrazarlo, Benjamín no entendió el porqué de tanta alegría sin embrago le devolvió el abrazo. Los siete pasaron todo el día en la piscina con Benjamín grabando cada momento. Él tenía una bonita cámara instantánea color rosa; todos se juntaron y se tomaron una foto en la que todos estaban felices pero en especial juntos. Al día siguiente fueron a una playa y se tomaron muchas fotos, jugando, corriendo, etc. De regreso, Benjamín estaba solo en el auto que estaba estacionado frente al mar, recordó todo lo que pasaron ese día entonces decidió observar la foto que se tomaron. Su sonrisa se desvaneció cuando observo la foto. Nadie aparecía allí, solo él. Fue en ese momento que Benjamín se dio cuenta que solo eran recuerdos.

Todos se levantaron temprano y partieron a la guarida; subieron un cerro con muchos pinos hasta llegar a un estacionamiento, caminaron cuesta arriba; Mason, Anna, Joseph, Saura, Chase y Jake formaron un semicírculo frente la lápida blanca como la porcelana, se podía leer el nombre de Benjamín Riva Lamas, seguido por las fechas 05-02-1993 – 11-12-2014.