LA GENERACION DEL 50 EN EL PERU

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2.2. Estrategias del narrador ribeyriano

La narrativa del siglo XIX se caracterizó por el uso omnisciente del narrador que todo lo adivinaba, hacía comentarios, resumía, hacia reflexiones acerca de los personajes e incluso los juzgaba. Con el advenimiento de la llamada “novela moderna”, este modelo decimonónico se revela ya anticuado. El mundo ya no es lo que era. Las certezas absolutas ya no existen.

Un día Oscar Wilde dijo: “El artista es el creador de cosas hermosas. Revelar al arte y ocultar al artista es el objetivo del arte”

Antes, Gustave Flaubert había puesto las bases del nuevo tipo de narrador, al afirmar:

“Uno de mis principios consiste en que no debe uno escribirse a sí mismo en la propia obra. El artista a su tarea debe ser como Dios en la creación, invisible y sin embargo, todopoderoso; debemos sentirlo en todas partes pero nunca verlo”.

El propio Joyce se haría eco más tarde de la frase de Flaubert para referirse a sus métodos de composición; describe al artista dramático como uno quien “como el Dios de la creación, permanece dentro o detrás o más allá o por encima de su obra... cortándose las uñas”.

Vivimos, como dice Nathalie Sarrault, “la era del recelo”. Desde el final del siglo XIX y el principio del XX, el escritor ya no puede pretender delegar el conocimiento absoluto, casi divino, a un narrador omnisciente. Por todas partes han surgido voces a favor de la progresiva desaparición del narrador. Nace entonces lo que la crítica ha llamado “la novela dramatizada” es decir, una novela que se narra por sí misma, sin necesidad de intervención por parte del autor.

En el Perú, la novedad llega con casi cincuenta años de retraso, una vez agotado el viejo modelo de narrador, del tipo del indigenismo, que era apasionado y subjetivo. Los narradores del 50 introducen dos nuevas clases de narrador. Por una parte está Ribeyro como adepto del narrador neobjetivista y, por otra, Zavaleta con el narrador perspectivista. Lo que ya llevaba medio siglo practicándose será recibido en las letras peruanas como una gran innovación. Se trata pues, de examinar con mentalidad de principios de siglo una técnica que entonces significó una importante innovación.

Si por una parte podemos constatar la relativa desaparición de la voz del narrador en Ribeyro, hecho que se pone de manifiesto por medio de los distintos niveles de neutralidad que le confiere, por otra parte también es fácil advertir una fuerte presencia autobiográfica en sus relatos.

Fuente: http://biblioteca.ucm.es/tesis/19911996/H/3/H3045201.pdf