LA LITERATURA PARA JÓVENES Y LOS JÓVENES EN ELLA.

...

Ya aclarando más la interrogante, el escritor aborda el tema del canon y calidad literaria juvenil, aunque la literatura infantil también ha tenido estos problemas, han tenido mejores resultados y conjeturas, pero en cuanto a la juvenil el tema está aún inconcluso, ya que en nuestra era no es posible definir que una obra es de más calidad que otra por su forma, a pesar que muchos escritores y críticos han demarcado y encuadrado la literatura en general, no se puede rechazar a priori una obra que no cuente con sus lineamientos, aun así a pesar de revisarse el criterio estilístico y textual de una obra, no se podría rechazar aún, son fundamentos que van más allá tales como gustos, estéticas, enfoque hermenéutico que aportan herramientas que llegan al público en cuestión, este público final no está lleno de estigmas de catalogación, lo leen si les gusta y ya, no critican el contenido literario, ni la calidad textual y formal, puede llegar a ellos una obra maestra llena de riqueza léxica o armonía y profundidad de sus párrafos, pero si no es llamativo su contenido simplemente no la leen completa y no la recomiendan, más bien obras con pobreza literaria si es de gusto entre este público, ya que logran reunir los factores motivantes, por tal argumentos es claro afirmar que la crítica con respecto a este género es más bien generada por los profesionales literarios y no por su objetivo, tal vez es mejor valorada así por el lector frio que es como denomina a los jóvenes.

Tal es el caso cita una investigación en donde se afirma que los jóvenes no toman en cuenta aspectos estéticos ni literarios, es más ni siquiera opinión de profesores, de esta manera es correcto afirmar que las investigaciones acerca de este género son muy incipientes porque a pesar de ser literatura no se puede juzgar con herramientas propias de ella, porque en si el objetivo no valora esta discriminación, la mayoría de autores y críticos pueden desmoronar una obra, que finalmente el joven la v a apreciar, y desechar aquella que paso por varios filtros literarios, el autor avala la siguiente cita de Colomer “ la consecuencia más importante e inmediata de los cambios de la teoría literaria en los estudios de literatura infantil y juvenil ha sido la reflexión sobre el lector. Así, si los estudios psicoanalíticos habían iniciado la consideración psicológica sobre la recepción de los cuentos, a finales de los setenta fue la consideración literaria de la recepción la que será abordada por diversos autores” (Colomer, 1998, p. 83).

La literatura infantil tiene un avance mayor en estas definiciones, ya que el público de ella está bastante estructurado y por lo cual es más fácil generar catalogaciones, pero la literatura juvenil no es posible abarcarla igual, a los jóvenes no es motivante la riqueza literaria, calidad textual, es interesante la motivación de contenido y no de forma, pero un aspecto crucial es que tampoco se debe caer en generar contenido solo para demanda; de todas maneras ya existen muchísimos contenidos tanto de calidad como sin ella.

Es necesario enmarcar el público en cuestión y definirlo, la etapa de la niñez va hasta los doce años, y el joven de los trece a los diecisiete años, por lo tanto este es objetivo de la literatura juvenil, al que se quiere llegar, la transición antes de la etapa adulta, antes de adecuar una obra al joven por intereses propios, se debe llenar y preparar al joven de elementos y competencias literarias antes de degradar una obra, la etapa lectora en esta edad asciende, no por convicción propia sino por presión de los educadores.