La condena de los Buendía
Enviado por poland6525 • 10 de Noviembre de 2018 • 2.110 Palabras (9 Páginas) • 569 Visitas
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La maldición de los Buendía, bueno aquí está claro que es una de las temáticas más importantes del libro, en donde parece ser que por el hecho de que dos personas de la misma familia se aparearon, terminan condenando a toda su descendencia con la miseria de la soledad, que llevaban cada uno de los personajes en su interior a lo largo de sus respectivas historias. Parecía ser un final del que no podían huir, condenados por 100 años de soledad. Con tal exageración, que cada personaje partícipe de esta familia, muere de una forma u otra.
Las desgracias de Macondo: La ciudad, en contraste a la del inicio del libro, en donde encontramos gente emocionada, motivada, y ambiciosa por prosperar, llenas de un grato ambiente de juventud, a medida que pasan los años, termina cuesta abajo. Desde el momento en que la población comienza a envejecer, ingresa la política al pueblo, e incluso, se hace comercial al momento de la llegada de los extranjeros por vía férrea, condenada por la desdicha de sus fundadores, citaré la última parte del libro que a mi parecer refleja muy bien la trama en sí de la novela:
“Estaba previsto que la ciudad de los espejos sería arrastrada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres (...)” porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra” (Gabriel García Márquez, 1985, página 410)
La cruz de los Aurelianos: Esto en sí, marcó la condena a muerte de cada uno de los 17 Aurelianos hijos del coronel Aureliano Buendía, quienes fueron mandados a matar uno tras uno. Aquí dejaré el momento exacto en el que su bautizo terminó siendo su propio entierro al ingresar oficialmente a la familia. El miércoles de ceniza, antes de que volvieran a dispararse en el litoral, Amaranta consiguió que se pusieran ropas dominicales y la acompañara a la iglesia. (à) el padre Antonio Isabel les puso en la frente la cruz de ceniza. De regreso a casa, cuando el menor quiso limpiarse la frente, descubrió que la mancha era indeleble, y que lo eran también la de sus hermanos. Probaron con agua y jabón, con tierra y estropajo, y por último con piedra pómez y lejía, y no consiguieron borrarse la cruz. En cambio, Amaranta y los demás que fueron a misa se la quitaron sin dificultad (Gabriel García Márquez, 1985, página 207)
Las flores y mariposas amarillas representan suerte. En ‘Cien años de soledad’, Gabo narra que, cuando le tomaban las medidas del ataúd a José Arcadio Buendía, durante toda esa noche llovieron minúsculas plantas amarillas. “Tantas flores cayeron del cielo, que las calles amanecieron tapizadas de una colcha compacta, y tuvieron que despejarlas con palas y rastrillos para que pudiera pasar el entierro”, dice el texto. A Gabriel García Márquez, la flor amarilla se le convirtió en amuleto.
El último descendiente de la familia, el pequeño Aureliano, hijo de Amaranta Úrsula Buendía con su sobrino Aureliano Babilonia, quien en su nacimiento con cola de cerdo, declinaba el fin de la dinastía y se cumplía el miedo que pasó por tantas generaciones. De mito a realidad fue el fin de la familia. Más la despreocupación de los padres tras la muerte de uno, sumado a la desesperación del otro, culminaron en el almuerzo de las hormigas, lo cual llevó a terminar con la vida del pequeño cerdito. Adjunto aquí, la cita que marcó un fin en la historia de los Buendía: Sólo cuando lo voltearon boca abajo se dieron cuenta de que tenía algo más que el resto de los hombres, y se inclinaron para examinarlo. Era una cola de cerdo. (Gabriel García Márquez, 1985, página 390)
La peste del insomnio, con la cual los que la contraen dejan de dormir y olvidan el nombre de las cosas, personas y de su propia identidad. Ésta culminó mágicamente con la llegada de Melquíades al pueblo, quien trajo la cura a la ciudad. Para luego consolidarse en ella, después de que todos lo creían muerto. Sin embargo, es curioso destacar el hecho de etiquetar cada objeto y cada cosa de las casas, un gesto sencillamente genial para remarcar lo poderosa que es la mente humana.
La lluvia de los 4 años: Llovió cuatro años, once meses y dos días. Una locura sencillamente.
Desaparición de Remedios, la bella: Sin duda, este es uno de los momentos más épicos de la novela, por el sin sentido que nos deja a los lectores. Creo que es tal vez, el más característico de lo mágico del personaje en sí. El que, por su belleza, ya había matado a más de un hombre, tenía una actitud bastante inmadura y contemplaba una esencia muy peculiar de inocencia pura, que nos entrega una combinación sencillamente genial. No presenta tanta participación, pero definitivamente, nos queda en la mente a todos: “Mientras Remedios le ayuda a Fernanda a doblar una sábana, Fernanda nota que está pálida y le pregunta si se siente bien. Remedios le contesta que nunca se había sentido mejor y de repente comienza a levitar con la sábana y se despide de Fernanda con la mano mientras se eleva al cielo.” (Gabriel García Márquez,1985, página 225).
En conclusión, las citas anteriores pueden demostrar claramente la presencia de lo real maravilloso en esta novela. Sin embargo, esta magia que transmite el autor, al mezclarla con tal habilidad, la presencia de un narrador en tercera persona, una historia tan extensa y difícil de digerir, más un amplio léxico que se adecua más que bien al contexto dan como resultado una majestuosa obra digna de admirar, que sin duda es más que recomendable a cualquier amante tanto de la literatura latinoamericana, como de la poesía de la literatura presente en las representaciones que conllevan presentes en esta novela, criticando desde la tonta idea de luchar por una idea (crítica hacía la política) llegando a criticar la mismísima moral al tomar la pasión, la infidelidad, el incesto, el orgullo, el ego, la soledad e incluso la miseria y el suicidio (De Pietro), nos dan a ver un obra transversal a los pecados que todas las personas conllevan sea uno u otro en nuestro interior y nos condenan no de forma letal a una soledad interna que presenta el autor, tal vez desde su propia experiencia hacía todo lector que en verdad le allá dado una interpretación de su debido criterio.
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