La definición de Salud de la Organización Mundial de la Salud y la interdisciplinariedad

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Existen condiciones que en la actualidad podrían muy ser no ser consideradas como enfermedad o como un problema relacionado con la misma, ya que en ciertas épocas las misma fuerzas sociales y políticas, determinaban si una condición es o no una enfermedad. Un caso ilustrador a esto es la homosexualidad, el cual se consideraba un pecado para ciertas religiones e incluso un delito en algunas legislaciones, y como sucedió en Alemania nazi. Más tarde la psicología concluyo que los homosexuales eran unos desviados de su conducta, por ello entro en la clasificación internacional de las enfermedades. El criterio se mantuvo estático, no fue refutado a pruebas científicas, sino los movimientos sociales de los homosexuales, conjuntamente a los movimientos feministas, prestaron desde el punto de vista político a la homosexualidad simplemente como una situación libre de elección, como un derecho de cada persona consagrado, y protegido por la ley.

Si bien existen patrones sociales aceptados o deseables, construidos a partir de la interacción e interdependencia compleja de múltiples fuerzas y hechos sociales, referidos a lo que es normalidad. El peligro político y social de lo anterior es la discriminación de aquellos a quienes no se consideren como normales, induciendo al rechazo social de determinados grupos o personas en base a criterios establecidos por grupos de poder antidemocráticos e intolerantes.

En relación con la identificación de la salud con el bienestar, con esto queda claro que la salud es un fenómeno que transciende al campo exclusivamente médico, por lo que requiere de la intervención de otras disciplinas, como las ciencias sociales, para estables análisis, síntesis, diagnósticos más acertados y con mayor utilidad explicativa. Esto permite la creación de sistemas institucionales para dar asistencia, recursos y capacitación humana en pro de mejorar las condiciones de calidad de vida de los ciudadanos.

Por otra parte, en lo referente a las ventajas de la definición de salud de la OMS, se entiende que la misma supere el enfoque asistencialista sanitario predominante en gran parte de los países. Este enfoque tenía una noción negativa, pues la entendía como la ausencia de enfermedad o lesión. De esta forma se expresa “la preocupación general de considerar a la salud como mucha mas que una simple colección de negaciones, el estado de no padecer ninguna situación indeseable concreta” (Evans y Storddart, 1996, p. 29).

La salud se considera asi como un fenómeno complejo que debe ser abordado a través de las interdisciplinariedad, pues para poder comprenderla en su multidimensional dad es necesario que concurran diversas disciplinas que interactúen y se integren en sí. Se recalca entonces, la necesidad de hacer un mayor énfasis en que “ las intervenciones salubristas incluyen no solo los servicios clínicos que se centran en su mayor parte en lo somático y lo psicológico, sino también en las intervenciones sociales tales como las de la producción, distribución de la renta, consumo, vivienda, trabajo, ambiente (Navarro, 1998 p.49), es decir, no solo se limita solo a la mirada biomédica (Moreno-Altamirano, 2007, p 68). Entonces en este punto, la economía, la política, la ecología, la antropología, la arquitectura, entre otras, se suman para contribuir a la preservación de la salud, a través de un enfoque interdisciplinario y post-positivista.

La salud deja de ser un fenómeno exclusivamente médico, encerrado en el interior de los hospitales, para conformar un tema que les interesa a toda la sociedad, siendo una medición cuando los gobiernos están haciendo las cosas de manera acertada en el sector salud desde un política de estado que sea eficaz y perdure en el tiempo. Por otra parte, si bien hay que tener claro que la OMS da una definición amplia de la salud, la misma “es una meta que hay que tratar de alcanzar, más que un estado que se pueda alcanzar; sin embargo, es útil porque proporciona un marco para establecer objetivos de salud” (Rodriguez y Goldman, 1996, p.12).

El proceso salud-enfermedad, se dice que cada quien tiene salud, en algún grado, bien sea excelente, medianamente bien, con algún malestar, o definitivamente mal. Detrás de toda condición salud y enfermedad está el riesgo de su alteración más o menos constante. Estas condiciones “son procesos continuos; una lucha por parte del hombre para mantener su equilibrio contra las fuerzas biológicas, físicas, mentales y sociales que tienden a alterar ese equilibrio de salud” (Freitez, 2001, p. 2). No existe un límite preciso entre salud y enfermedad, pues ciertos eventos fisiológicos o patológicos suceden silenciosamente durante periodos prolongados, mientras los cuales el ser humano puede funcionar de manera aparentemente saludable dentro de la sociedad. Entonces decimos, la salud y la enfermedad conforman un binomio; dos áreas entrelazadas que se tocan y se diferencian al mismo tiempos.

Se habla de salud de una población, la cual se define como “el conjunto de problemas de salud identificados, explicados y jerarquizados, que son las consecuencias de las condiciones económicas, sociales, políticas y culturales de la población” (Castellanos 1998 p.81). A partir de esto permite establecer estudios comparativos entre diversas poblaciones en los que respecta a sus problemas de salud. Existen tres dimensiones que aborda la realidad, las cuales son: el estilo de vida de cada individuo, hábitos, costumbres; las condiciones de vida, hace referencia a las prácticas de diversos grupos sociales, bien sea colegas, amigos, compañeros, vecinos, entre otros; y el modo de vida, que abarca el medio natural o las condiciones ecológicas, el sistema económico, régimen político, la cultura, y la historia.

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