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La participación en el desarrollo comunitario

Enviado por   •  22 de Enero de 2018  •  2.274 Palabras (10 Páginas)  •  456 Visitas

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que ponen el énfasis en lo imitativo y reproductivo indudablemente lastrarán el desarrollo individual de las personas y con ello el de la colectividad. Son mecanismos sociales que alimentan la uniformidad y la imitación de modelos o el mimetismo, más que la interiorización reflexiva y crítica que permita la construcción de una identidad y proyección auténticas de la persona. (D´Angelo, 1999). En este mismo sentido, Carolina de la Torre subraya cómo con algunos modelos la relación afectiva será tan positiva que generará una identificación análoga a la del otro, mientras que en otros casos lo único que los modelos podrán lograr, mientras más se empeñen, es el deseo de ser diferente (de la Torre, 2001:118).

Es a partir de estos presupuestos que valoraremos la importancia de la participación en la actividad relacionada con el trabajo comunitario. “Los hombres – apunta Paulo Freire –no se hacen en silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión”. (Freire: 1973:104) La participación debe convertirse, entonces, en un ejercicio que brinde los medios de intervenir en el desarrollo y permita ir creando espacios físicos y potencialidades de autogestión y solución de conflictos que afectan los espacios comunitarios.

Extensa es la literatura que aborda el tema de la participación. Hemos seleccionado tres autores para abordar los niveles o dimensiones que puede alcanzar.

Rebellato (Rebellato, 2000:97-121) nos habla de dos modelos: el asistencialista o de beneficiencia y el de la autonomía. El primero refuerza su sentido utilitario a partir de hacer de la participación un hecho más simbólico que real, caracterizado por su desarrollo tutelado, tras el cual no es difícil advertir el propósito de encubrir el mantenimiento de formas de sometimiento. Reduce la participación a la propuesta de adhesión e integración a un plan diseñado desde fuera por alguien que unidireccionalmente sabe lo que es bueno e instrumenta los medios adecuados para el logro de tal finalidad.

El segundo se sustenta en el principio fundamental del respeto a la autonomía y la toma de decisiones comunitarias, lo que exige estimular, facilitar e incrementar el poder de la gente y sus organizaciones.

Para este autor una concepción integral de la participación debe contener tres de los sentidos principales que connota el término:

 FORMAR PARTE

 TENER PARTE

 TOMAR PARTE

Formar parte de un todo que lo trasciende puede ser visto como limitado, se usa para aludir la concurrencia a una movilización, la asistencia a un evento, el uso de un servicio, con énfasis en lo cuantitativo sobre lo cualitativo. Sugiere que podríamos ver un sentido más profundo: la base sobre la cual es posible el despliegue de otros procesos, a partir de que el sentimiento de pertenencia contiene el germen del compromiso con el todo en el cual uno se siente incluido.

Tener parte supone jugar un papel o tener alguna función en ese todo del cual uno se siente parte. Sugiere el juego de mecanismos interactivos de adjudicación y asunción de actuaciones, del interjuego de posiciones y deposiciones, de procesos de cooperación y competencia de encuentros, comunicación y negociación mutua.

Tomar parte es identificado con la conciencia de que se puede y se debe incidir en el curso de los acontecimientos, a partir del análisis crítico de las necesidades y problemas, la evaluación lúcida de las alternativas y el balance de los recursos disponibles – la participación es un derecho. La toma de decisiones colectivas encarna la concreción de la participación real y constituye la vía para el ejercicio del protagonismo ciudadano.

Carlos Núñez señala dos formas de asumir la participación: la reactiva y la sustantiva. A la primera forma se refiere cuando la participación se produce ante emergencias o coyunturas especiales; “(...) no expresa una cultura y práctica cotidiana de participación (...) se reacciona sólo ante emergencias, provocando lo que yo he llamado “pedagogía del desastre”. (Núñez, 2000: 90). Para Núñez “participación es tener la capacidad de decidir, controlar, ejecutar y evaluar los procesos y sus proyectos; si no hay capacidad de decisión y de control estaremos hablando máximo de participación reactiva... pero nunca sustantiva.” (Núñez, 2000:91) Deja bien claro, no obstante, que para llegar al logro de este nivel de participación es necesario “generar las condiciones” y dentro de estas nos remite a la necesidad de trabajar por la formación de una “cultura de la participación”.

El colectivo de autores cubanos ofrece una clasificación de lo que denomina niveles de participación, a partir de los grados en que los actores sociales acceden a la toma de decisiones en un proyecto de acción específico:

• Movilizativo y de consumo: Proyectos de acción ya elaborados en sus aspectos esenciales, a los cuales sólo resta ejecutar o consumir.

• Consulta, discusión y/o conciliación: Proyectos de acción elaborados en sus aspectos esenciales sobre los cuales se pide el parecer, opinión y contribución. Se concilia y se llegan acuerdos o incluso a decidir algunas alternativas de elementos no vitales

• Delegación y control: Transferencia de poder para aplicar un proyecto ya elaborado en sus líneas esenciales. Pueden hacerse variaciones de acuerdo con las condiciones particulares del escenario en cuestión siempre que no se traicionen sus postulados fundamentales.

• Responsabilidad compartida y co-determinación: Intervención en la toma de decisiones que incluye todo un proceso que va desde la identificación de las necesidades y los problemas, la articulación de los objetivos, la formación y negociación de propuestas para la solución, ejecución y evaluación de las acciones y el reparto de los beneficios. Este nivel de participación parte de la acción conjunta de personas y organizaciones de la comunidad creada por sus pobladores, con sus instituciones de gobierno, centros de investigación, enseñanza y producción. (Linares,1996:72-73)

Lo hasta aquí expuesto no agota la diversidad de clasificaciones y reflexiones acerca del controvertido concepto de participación. Hemos utilizado la de autores de la región porque su perspectiva de análisis se acerca a su utilización en nuestra realidad nacional y a partir de ello, precisar algunas ideas que pueden ser útiles para los propósitos del trabajo en la comunidad.

Es preciso hacer énfasis

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