Las fuentes de la Celestina
Enviado por Ledesma • 19 de Junio de 2018 • 5.670 Palabras (23 Páginas) • 316 Visitas
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Todas las cosas que parecen heterodoxas o sorprendentes en La Celestina se han querido atribuir a esos orígenes conversos del autor, y mostrar así, su molestia o inquietud. Américo Castro sobre todo es quien quiere atribuir esto a la molestia de la conversión descreída de Rojas. Se conserva el inventario de los libros de Rojas. Se sabe también que se hizo enterrar en la catedral de Toledo, como cristiano sincero.
El consenso de la crítica ha llegado a pensar que el primer auto de La Celestina es probablemente profesor universitario o que se movía en el ambiente universitario, seguramente con una cultura teológica, que se maneja con texto filosófico-morales en latín, por todas las sentencias que aparecen.
En cuanto a la autoría, nadie ponía en cuestión que había dos autores hasta el siglo XIX. Quien más fervientemente se ha opuesto a esto fue Menéndez Pelayo, hijo del Romanticismo. Su discípulo Menéndez Pidal, en cambio, en su análisis lingüístico, diferencia ciertos rasgos leoneses de los castellanos. También cabe decir que Fernando de Rojas pretende aproximarse a su predecesor, al autor del auto I. Así, la mayoría de los hispanistas aceptan la tesis de la doble autoría.
Auto I
+ XV = XVI Comedia
XIV +V TC
La Celestina es la obra literaria española más traducida.
LA CELESTINA
Es una obra que se difunde gracias a la invención de la imprenta. La Celestina es un texto que durante unos años fue inestable: por un lado, está el auto primero que Rojas se encuentra y al que el añade 16 actos más para crear La Comedia de Calisto y Melibea (título por el que fue conocido en la época[1]). La edición más antigua es una publicada en Burgos aparentemente en 1499. Pocos años después, según nos dice Rojas, sus amigos le dijeron que la obra se acababa demasiado pronto, que la historia de los dos amantes apenas ocupaba espacio. En consecuencia, añadió cinco actos más: estos cuentan otra trama, Calisto y Melibea tienen encuentros durante un mes y ahí suceden sus pasiones. La ampliación en realidad no supone el añadido de 5 actos por el final, sino la incrustación en el acto 14 de 5 actos nuevos. En lo que en La Comedia era el final del acto 14, se convierte en el final del acto 19. Lo que en La comedia eran los actos 15 y 16, pasan a ser los actos 20 y 21 de la tragicomedia. La versión que cambia la comedia de la tragicomediason esos actos añadidos. Cada uno de los actos añadidos tienen un argumento al principio mucho más adecuado al contenido de lo que viene a continuación que todos los anteriores. En resumen, hay tres estadios: auto I -acto- (el del autor anónimo), comedia y tragicomedia.
Circula por el mundo con el nombre de Fernando de Rojas, un jurista algo documentado de origen converso, quien cuenta desde el principio que él no es el autor de la obra completa, sino que encontró un primer acto que le gusto tanto, que se dedicó a continuarlo. Nos dice no saber quién es este primer autor. Sabemos que fue jue de Talavera de la Reina, poseyó varias casas allí y no parece que escribió nada después de la Celestina, la cual tampoco le dio mucha fama. Quien más ha profundizado en la vida de este ha sido el hispanista norteamericano Stephen Gilman. El abuelo de Rojas pudo tener serios problemas con la inquisición (por converso) y sus generaciones posteriores también: limpieza de sangre. Su linaje ha llegado hasta nuestros días.
Rojas recurre a un procedimiento para afirmar su autoría incompleta de la obra que era muy común en el Renacimiento: el acróstico. Este es un texto poético en el cual se encierra un mensaje en la primera letra de cada verso; es un procedimiento poético que se utiliza desde siempre (Biblia). En ella el autor declara su nombre, origen y que acabó la comedia -no que la escribió-. Muchas de las cosas coinciden con el primer autor, pues Rojas reconoce que lo admira y en cierta parte lo imita.
En el acto primero hay muchas fuentes latinas, pero en el segundo Rojas sigue como fuente a Petrarca. Ambos autores son castellanos. En general, las fuentes que aparecen en la obra son latinas. Experimenta un placer especial en la lectura cuando se encuentran las pequeñas píldoras de sabiduría.
En la comedia, en La carta al amigo, Rojas dice que el manuscrito no tenía nombre pero en tragicomedia ya dice que puedo ser Mena o Rodrigo de Cota (esto viene de dos debates y especulaciones de la época). Un estudioso de la obra descubrió que el manuscrito se encontraba al lado de la casa donde vivía Rodrigo de Cota, la cual se ubicaba entre camino desde el pueblo de Rojas hasta Salamanca. Esto es raro porque Rodrigo de Cota llevaba ya un tiempo muerto. Todo lo que hay respecto al otro autor son hipótesis (descartando lo de Cota), la crítica piensa que se trata de un profesor universitario y con mucha cultura teológica, que manejaba libros que en la época no solían manejarse.
Desde el punto de vista de la autoría, nadie parece haber puesto en duda que había dos autores hasta el siglo XIX con el Romanticismo con Marcelino Menéndez Pelayo. Pero su descendiente Menéndez Pidal sí que encontró diferencias: había rasgos leoneses en la primera parte.
La Celestina es puro diálogo desde el principio hasta el final: está más cerca del teatro que de la novela: no hay verbo dicendi, no se ve la palabra del narrador, etc. La presencia del espacio se hace a través de las palabras de los que hablan. El diálogo es propio de teatro. El problema es que en esta época el teatro no estaba desarrollado, solamente se había desarrollado un teatro religioso sin conexiones de la antigüedad, pero comparando con otros países, prácticamente no estaba nada desarrollado.
Calisto y Melibea son parecidos a los protagonistas delas novelas sentimentales: Grisell y Mirabella, etc. Tal vez habría que clasificar con la ficción sentimental pero como un caso especial de ficción sentimental. También se dice que es un intento de escribir una comedia humanística en castellano, quizá sea a lo que más se le acerca, aunque es bastante más larga que una comedia humanística. Por lo tanto, es un género que sería un experimento literario. Una tercera alterativa sería la novela dialogada, aunque este es un fenómeno muy posterior al Renacimiento. Por otra parte, la vocación de innovar no es tan rara en la época (por ejemplo en las obras de Juan de Flores o en las de Diego de San Pedro).
Los nombres de los protagonistas son de origen griego, y los criados tienen nombre de criados de latinos (Plauto, Terencio, Sempronio).
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