Los historiadores José Ramón Vergara y Fernando Baena al hacer alusión a El Prado

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El 12 de marzo de 1920 se construyo formalmente por escritura publica la Compañía Urbanizadora de “El Prado”. Esta entidad presento al H. Concejo Municipal todos sus planos y especificaciones, y además, como una patente demostración, la primera cuadra de la proyectada Urbanizacion, debidamente pavimentada, con cunetas y andenes, tal como debería de quedar todo el resto del proyecto. Hubo algunos reparos y objeciones al hecho de que las calles y avenidas no tenían la rectitud que entonces se consideraban indispensable; fue menester comprobar los argumentos que adujo el ingeniero proyectista, Mr. Wyrick, a favor de su tesis por las conveniencias de los dreanjes y de la dirección de los vientos, para convencer a todos de las ventajas que se hace necesario aprovechar al hacer los planos de una sección de una ciudad, de acuerdo con las practicas modernas en las mas bellas ciudades nuevas de California. Una vez obtenida la aprobación del H. Concejo Municipal el Dr. Victor Sojo Carmona autorizo los planos y se dio comienzo a las aperturas de las calles y construcción de pavimentos, bordilos y andenes de cemento, amplios y solidos, con grama en el espacio entre unos y otros. Colaboraron en esta obra, en su turno, los nuevos ingenieros de la ciudad de aquella época, los jóvenes Luis Carlos Baena y Antonio Moreno Vives; mas tarde ingresaron también a la Compañía Ernesto Thevenin y Federico Prieto, además de algunos ingenieros americanos y el australiano Noel Parsons, quien le toco colaborar durantes muchos años.

No tardo la ciudad en exteriorizar sus entusiasmo por esta innovación de un barrio de solares situados en lugar fresco, con calles anchas y modernas, con reglamentos restrictivos, de manera que se conservara la uniformidad en el orden y la belleza de las construcciones; y poco a poco, todos los ciudadanos que estaban en condiciones económicas de hacerlo, compraban sus lote de terreno con el propósito de levantar sus residencia, lejos del calor y del bullicio de la parte central de la ciudad.

El señor Karl C. Parrish, a la vez que dirigía, como ingeniero que era, la parte técnica de la urbanización, organizaba asimismo la parte comercial y financiera de la empresa, asesorado por Manuel Jose y Enrique A. De la Rosa, Gonzalo Conde Galofre, Dr. Marco T. Mendoza Amaris y Dr. Pedro Otero D´Costa.”

Cabe comentar, para finalizar, que actualmente, para los efectos de la conservación del contexto urbano y de los inmuebles del barrio, se mantienen algunas restricciones contempladas por el consejo Nacional de Monumentos.

El barrio El Prado, junto con los colindantes Bellavista y Alto Prado, es en Barranquilla el primer sector urbano declarado como Monumento; y hoy, recientemente, el Distrito Central, que espera iniciativas para su recuperación.