Manuel Alcántara Sáez y Flavia Freidenberg, “Organización y funcionamiento interno de los partidos políticos en América Latina”.

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- El ámbito externo. El partido como organización legislativa

Integrada por los afiliados electos como diputados o senadores, en esta cara los objetivos pueden estar contrapuestos a los de la organización o sus afiliados. No existe relación entre el grado de influencia y el número de escaños, pues pueden contar con recursos como el chantaje o la intimidación en el sistema político. Los miembros de esta cara son los más expuestos hacia la opinión pública y representan el comportamiento del partido en el escenario público.

- El ámbito interno. El partido como organización burocrática

Una de las caras menos estudiadas. Los miembros son profesionales del partido con características de otras burocracias: permanencia, jerarquía, especialización. Sirven tanto a jefes gubernamentales como extra-gubernamentales, lo cual genera conflictos de lealtades. “Viven de la política más que para la política”.

- El ámbito interno. El partido como organización voluntaria de miembros

En oposición al partido como organización gobernante, está caracterizado por la supremacía del “congreso” del partido (cúpula o dirigencia), que formula las políticas, y por el dominio de la dirigencia (partido extra-gubernamental) sobre los miembros que ocupan cargos públicos (partido gubernamental). Además, esta cara es permanente y la obtención de votos no es su meta básica. Debido a que, actualmente, los partidos están menos interesados en captar más miembros que en captar más votos, se caracterizan por un modelo “catch-all” (atrápalo-todo), maximizando los votos aunque la base de afiliados deje de ser extensa. Esto ha afectado la calidad de la adhesión de afiliados y provocado un descenso cualitativo del partido. Por otra parte, los líderes como miembros del partido representan la cara más visible del partido, con suficiente capacidad para manejar la incertidumbre organizativa, las relaciones con la oposición y con los miembros del grupo, con base en un mínimo de estructuras y reglas que permiten organizar las actividades, tomar decisiones y satisfacer las exigencias del régimen y el partido. Por último, esta estructura implica la existencia de una red de relaciones entre la cúpula y las élites, articulada jerárquicamente; así como relaciones entre el grupo dominante y los otros miembros del partido.

- La estructura de la obra

Ninguna de las caras son actores unitarios, siempre deben ser analizados como partes de un todo mayor, de un sistema político. A través de la interrelación de cinco caras se lleva a cabo la política del partido. El estudio de los partidos políticos como organizaciones supone analizar las características organizativas de la agrupación y sus relaciones con el entorno que le rodea, para ello se observa a los partidos como sistemas y se analiza su comportamiento, partiendo de la idea que el entramado formal no explica por sí solo el funcionamiento interno de una organización.