Noche de luna llena (Modelo de redaccion de cuento)

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Antes de salir al lugar, volví a sentir ese choque que me paso en la playa ese día, esta vez era mucho más fuerte, casi como si fuera en carne propia, no pude dejar de pensar en eso durante unas horas, no obstante, Nicole no se dio cuenta de lo que me estaba pasando. Por poco había pensado que iba a morir, aunque solo era un pensamiento.

Tras haber llegado al lugar, comencé a sentir algo raro, pero Nicole parece que había hablado con el dueño y este nos dejó el sitio totalmente para nosotros. Era una playa increíble, arena totalmente blanca y el agua parecía en un momento que cambiaba de azul a verde, algo normal debido a que había algas cerca de la orilla porque hace unos días había pasado una tormenta. Lo que me pareció raro era la soledad, demasiada para este hermoso lugar.

En nuestro último día en la casa de playa, Nicole me conto que deseaba quedarse una noche más allá conmigo y que en la noche tenía algo para enseñarme, más como una sorpresa y claro que acepte porque me gustan las sorpresas.

Llegó la noche, la luna estaba en su punto, nos iluminaba como si estuviéramos justo al lado de ella, cenando con una enorme vela blanca. Nicole me había pedido que nos acercáramos a la orilla, me enseño una caja blanca que contenía algo en ella. Una vez la abrí, me sorprendí de su contenido, era un cuchillo de un color extraño, debajo del cuchillo tenía una nota, para leerla tuve que entregarle el cuchillo a Nicole. Al final de la carta, decía “MIRAME Y GRITA” después del “te amo”. La mire y ella clavó su cuchillo en mi cuerpo como si fuera una lonja de pan. No encontraba una manera de hablar, sus ojos me paralizaban, mi piel se erizaba y mi cuerpo caía en la orilla de la playa con suma lentitud, me estaba muriendo. Nicole había cambiado totalmente, su sonrisa cambio al quitarse un diente. Se quitó un parque en su mejilla que ocultaba un tatuaje de un número. Ella tomo el cuchillo y se cortó la mejilla, como marcando un nuevo digito en el tatuaje. Se me acerco al oído y me dijo “Espérame unos minutos, pronto tu y yo seremos uno” y se marchó con suma velocidad a la casa.

Trate de sacar mi celular pero no tenía señal, llamaba y llamaba pero nadie contestaba. Poco a poco el frio me cubría mi cuerpo con un abrazo en el que no quiera salir de él. Trate de sacar una foto de donde estaba, pero el color del agua se teñía de rojo en lo que Nicole se acercaba hacia mí. Lo único que pude hacer fue eliminarla de mi Facebook, no contaba con las veces que me había apuñalado ya no podía sostener mi celular, esa noche tan hermosa y tranquila, fue la noche en la que había muerto.

- Otro poeta sin sentido