Redacción de un cuento
Enviado por Ledesma • 24 de Enero de 2018 • 839 Palabras (4 Páginas) • 374 Visitas
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¿Pollos por el bosque? –Se preguntó el “extraterrestre”.
Camino hacia donde escuchaba aquellos sonidos y encontró dos ositos muy adorables y pollito muy chonchito y tierno
– ¡Ows! Que animalitos tan mas tiernos – Dijo mientras agarraba al pollito y este empezaba a piar desesperadamente
– ¡AUXILIO! ¡VA A COCINARME! – Grito el pollito a sus amigos
– ¡Hazte el muerto! Tal vez te deje en el suelo –Contesto Korilakuma
Kitori muy obediente cerro sus ojos y dejo caer su cuello en el hombro de aquel extraño ser para ellos
–Oh, ¿Qué tienes amiguito? – Le pregunto el extraterrestre al pollito – ¿Te he hecho daño?
El ser extraño llevo rápidamente al pollito a su tienda de campaña con la esperanza de saber que le pasaba
– ¿Qué haremos Rilakuma? Se está llevando a Kito, ¡Tenemos que ayudarlo! –Dijo muy preocupada la osa
–No sé, pero no es un extraterrestre, mi mamá me ha hablado de ellos y son más feos –Contesto Rilakuma muy pensativo – ¡Es un humano! Y no es cualquier humano ¡Es un hombre que siempre deja pudin!
Cuando Rilakuma volteo a ver a Korilakuma estaba corriendo en círculos con sus garritas en la cabeza, muy desesperada.
– ¿QUE HACES OSA TONTA? –Le grito Rilakuma – Deja de correr y ven conmigo a ver a Kito
Ambos osos fueron por el mismo camino que el humano que vieron hace unos minutos.
– ¡Oh vaya! Parece que estas mejor pequeño amiguito –Dijo el humano – ¿Te sientes bien?
Kito asintió muy alegremente pues, le había dado un poco de pan y le había gustado mucho como lo había tratado: con mucho cuidado y amor. De repente por la cortina de la tienda de campaña se cayeron Rilakuma y Korilakuma
–Vaya, ¿no son los osos de hace un momento...
El humano se quedó callado un momento
–Este osito café yo lo conozco – Le sonrió mientras buscaba algo en su mochila – A ti te gusta esto, ¿cierto? – Saco un botecito de pudin y se lo mostro a Rilakuma
– ¡Oh vaya, es pudin! –Grito emocionado Rilakuma mientras corría hacia el pudin que le ofrecía aquel hombre – ¡Ah! Están delicioso, ¿Por qué no vienes Kirolikoma? ¡Comamos pudin!.
La osa se acercó a donde estaban ya sus dos amigos y aquel hombre que, según Rilakuma era muy buena persona y regalaba pudin.
FIN
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