Rebeldes cuento

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Celeste y Rebeca quedaron totalmente impactadas, no podían creer todo lo que habían escuchado, parecía todo muy raro pero el jefe de los rebeldes parecía muy seguro de todo lo que había dicho, así que Celeste decidió hablar:

-Entonces si nos unimos con ustedes los rebeldes podremos detener a la monarquía y a la gente de primera clase para que deje de reclutar y asesinar jóvenes.

El jefe de los rebeldes contestó:

Claro mientras más seamos será más fácil detenerlos, nuestro plan no es quedarnos sin gobierno, nuestro plan es tener un gobierno transparente con leyes que nos beneficien a todos y claro nuestro objetivo principal es detener el reclutamiento de todos los jóvenes.

Después del encuentro todos fueron a su casa y pensar muy bien lo que tenían que hacer respecto a la monarquía.

Pasaron dos días para la reunión de ambos bandos, ahora ya solo uno, la reunión fue en el cuartel rebelde ubicado en el sur del país. Durante la reunión se propusieron varias ideas muy buenas y otras no tan convencedoras. Al final un chico llamado Tony propuso:

-Hay que dejarnos de ideas locas y safadas, hay que poner los pies sobre la Tierra y hacer algo congruente y eficaz ante ésta situación, mi propuesta es levantarnos en armas contra el gobierno y hacerles saber de una buena vez que tienen que parar, hay que convencer a toda la gente de esto y así estar todo el pueblo unido y no dejarnos vencer.

Todos se quedaron en silencio pero apoyaron la idea de Tony, entonces dieron tiempo de una semana para el levantamiento y no había marcha atrás.

Durante esa semana los rebeldes no pararon de hablar con la gente para que se uniera a ellos, estuvieron consiguiendo armas, organizando grupos y preparándose con toda su valentía.

Llegó el día del levantamiento, cada uno tomo su lugar fuera del Palacio de Illea y comenzaron a pelear en contra de los guardias, en cuanto tuvieron todo controlado, tomaron el castillo y el jefe de los rebeldes juntos con Celeste entraron directamente al despacho del rey, y Celeste protestó:

-¡Alto! Queremos justicia para este país, queremos que detengan el reclutamiento de jóvenes de la calle, por favor, esto no puede seguir así.

El Rey muy molesto se puso de pie y se dirigió a todos en su despacho:

-A mí nadie me levanta la voz y menos en mi Palacio así que pueden retirarse, como si de verdad me preocupara que unas personas como ustedes puedan hacerme daño.

Los rebeldes enfurecidos decidieron comenzar pelear en contra de los guardias, en cuanto Celeste terminó de escuchar al rey dio media vuelta fingiendo irse, pero en un momento el Rey se distrajo para ver lo que sucedía afuera y fue ahí en donde Celeste le quitó la espada al guardia y se la clavó justo en el pecho, el rey se desvaneció lentamente, al ver este acto los guardias no tuvieron otra opción que dejar sus armas y apoyar a los rebeldes.

Pasaron dos días de aquel enfrentamiento, el pueblo no sabía que sucedería con el país, ni quien lo gobernaría, así que los rebeldes tomaron el control y decidieron proponer un gobernante.

El gobernante electo fue el Jefe de los Rebeldes, se crearon nuevas leyes a favor de todo el pueblo y fueron liberados los jóvenes reclutados, la gente de primera clase fue enviada a la cárcel.