Ordenamiento Territorial en la Planificación de la Biodiversidad.

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y descripciones de ella, respondiendo más a una tendencia simplificadora de la realidad, por rubro o recurso suelo, agua, flora, vegetación, fauna que a tomarla como parte integrante de un sistema, con la complejidad que ello ocasiona. En otras palabras, y bajo un criterio más actual, se hace posible y necesario analizarla con una mirada holística, dinámica e interdisciplinaria. Esta conjunción es muy posible de realizar ya que ambos conceptos poseen en común varias características. La biodiversidad posee un gran valor intrínseco, es importante como elemento básico para la supervivencia de la humanidad, es relevante como objeto de estudio científico y, posee una alta significación social, económica, cultural y educativa.

Por otra parte, el Ordenamiento Territorial, es un proceso que apunta a elevar o mantener la calidad de vida de las poblaciones, por satisfacción de las necesidades básicas sociales, económicas y culturales, en un marco de sustentabilidad y de desarrollo. En ambos casos, el objeto último es el desarrollo total, pleno y armónico del ser humano.

El proceso de ordenamiento del territorio, a su vez, tiene por objeto el manejo de conflictos por el uso del territorio y su elementos constituyentes, para poder así asignar usos del mismo de una manera adecuada, basada en el conocimiento de sus potencialidades y de sus limitaciones, y por sobre todo teniendo en cuenta el factor social y aquellos otros que, necesariamente, son imprescindibles de proteger como determinados ecosistemas, especies o paisajes.

La inserción del concepto de biodiversidad en la formulación de planes de Ordenamiento territorial, es de particular relevancia para la implementación de una estrategia conducente a su conservación en el marco del desarrollo sustentable. La planificación participativa en el ordenamiento territorial es fundamental para cualquier estrategia de conservación ambiental. El mantenimiento de fracciones representativas, viables y sustentables de los distintos ecosistemas y hábitats es el objetivo primario de las políticas públicas de conservación.