PAÍSES EN LOS QUE SE DESARROLLA LA HISTORIA:

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—¡Vaya Abuelo! Tú que sí eras un holgazán ¡Jajá!

—Déjate de tonterías, ¿Quién sabe lo que quiere uno cuando es joven? ¿Quién no está perdido? Por ser yo tan joven y hallarme todavía tan lejos de todo comienzo, aún no tenía la paciencia para hacerle frente a todo cuanto en mi corazón anidaba, todas las preguntas que aún no había resuelto.

—Sentía que la vida era un libro escrito en un idioma muy extraño, que no me podía dar todo aquello por lo que luchaba. Vivía en constante duda, y así como tú mi querido nieto, poco a poco llegaron las respuestas adecuadas. Mejor presta atención a los detalles que ahora viene lo interesante.

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“Las matemáticas, vistas correctamente, poseen no sólo la verdad, si no de belleza suprema, una belleza fría y austera, como la de una escultura, sin apelar a alguna parte de nuestra naturaleza más débil, sin la maravilla parafernalia de la pintura o de la música, pero pura de un modo sublima y capaz de una perfección severa como sólo el mayor arte puede mostrar” Russell.

Estas letras estaban inscritas en el cartel de entrada al hotel donde se llevó a cabo la cumbre de los intelectuales, habíamos llegado en la madrugada; por cierto había alcanzado a mi maestro en un tren justo en la frontera de Francia con Italia, por ello llegamos juntos al lugar donde Florence fue vista por última vez.

—Habrá que entrar a interrogar a los empleados del hotel, alguien debió haber visto algo.

—Por fin tienes una buen idea Samos, vamos no perdamos el tiempo e interroguemos primero al recepcionista.

El recepcionista de nombre Yin ju era un asiático de baja estatura, demasiado esbelto para su edad aparentaba tener unos cuarenta y cinco años, después de presentarnos y realizar un leve interrogatorio, nos informó que después de lo sucedido hace dos noches casi todos los miembros de la cumbre habían abandonado el hotel, con excepción de un hombre llamado Xuan Shih-Chieh quien era un famoso banquero de la baja china y que había asistido también a la reunión, sin embargo, a mi maestro le pareció extraño que un banquero estuviera en una reunión de matemáticos reconocidos, por lo que decidimos ir a su habitación, con ayuda del recepcionista, por algunas respuestas.

Encontramos a Xuan Shih-Chieh en su habitación, era la 402, estaba escuchando alguna clase de música tradicional china, al tocar la puerta nos recibió calurosamente y nos dijo:

—Buenas tardes caballeros ¿En qué les puedo ayudar?

—Lamentamos interrumpir su concierto-dijo el señor Hoffman- pero estamos investigando acerca de la desaparición de la señorita Florence Nightingale y nos dicen que usted tuvo contacto con ella ayer por la noche, ¿Nos permitiría hacerle unas preguntas?

—Por supuesto, pero les informo que mi única intención era la de hacer negocios.

—¿Qué clase de negocios?

—Pues verá, ella trabajaba en un teorema algebraico muy interesante, sobre la distribución de los números primos en un modelo matemático, que servía para el cálculo de las fluctuaciones monetarias de los bancos. Y yo deseaba comprarle los derechos de dicho teorema.

—¿Y ella accedió?-pregunté repentinamente

—Samos, nadie te indicó que podías comentar en este interrogatorio.

—Calma señor detective no es ninguna molestia, pero no, por desgracia ella tenía la intención de publicarla abiertamente al público, para que cualquiera pudiera utilizarlo.

—Ya veo, ¿Usted vio a alguien más que estuviera con la Sra. Florence?

—Mmm—el Sr. Xuan acarició su barba en forma pensativo y respondió—creo recordar a un par de hombres que estuvieron con ella, uno era el Dr. Aryabhata, amigo mío, no creo que le haya hecho algo a la Sra. Florence, y el otro era un matemático indio, creo que se llamaba Mohamed o algo por el estilo.

Después de realizar unas preguntas más, procedimos a retirarnos:

—Parece que va bastante serio el asunto, señor detective.

—Lamentablemente tiene bastante razón pero sin más que decir, muchas gracias por su tiempo señor Xuan Shih-Chieh, sus respuestas nos sirvieron para solventar algunas dudas.

Mientras salíamos de la habitación, el Sr. Xuan sacó una pequeña tarjeta de su portafolios y regresó en dirección a mi maestro.

—Disculpe detective Hoffman, quería hablar con usted sobre negocios pero como veo que tiene prisa, aquí le dejo mi tarjeta, ¿Habrá algún momento en el que nos podamos sentar a platicar?

—Claro, no creo que haya problema. Samos ¿Cómo está mi horario para el jueves de la próxima semana?

—Déjeme ver—saqué rápidamente una libreta que traía siempre en el bolsillo izquierdo del abrigo, hojeé unas cuantas páginas y respondí—pues a las siete tiene que ir con la señorita Isabel para devolver el préstamo que le debía, dos horas después tiene el desayuno con su padre, luego tiene las tres entrevistas para el puesto de asistente que usted dejó vacante tras despedir a la Sra. Hills y finalmente debe ir a Liverpool para ver el despacho del Sr. Harry.

—Bueno, entonces es hora y media con mi padre, cuarenta y cinco minutos de entrevistas, hora y media de viaje y otras dos horas con el Sr. Harry, déjame ver…

Mi maestro mientras pensaba, empezó a hacer alguna clase de dibujos en el aire y repente el Sr. Xuan respondió:

—A las 5:45 entonces, o mejor 6:00 para que le dé tiempo de llegar a mi oficina.

—Exactamente 5:45, pero estoy de acuerdo en que nos veamos a las 6:00.

Yo sorprendido por tal destreza con los números me apresure a preguntar:

— ¿Cómo supo la hora adecuada para mi maestro tan rápidamente?

Ambos se voltearon a ver entre sí, soltaron una ligera carcajada en sus bocas y entonces mi maestro me respondió con aire de sabiduría:

—Samos, mi joven discípulo, lo que acabamos de hacer