Rechazando lo real: Pedro Páramo y el Realismo Mágico

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La novela carece narración lineal, la organización ordinaria de un texto realista, cuales generalmente tienen un orden narrativo cronológico. La estructura de la narración salta entre puntos de vista y etapas de tiempo, haciendo que el lector se desoriente y se frustre. Este sentimiento emula los sentimientos de Juan, el es el personaje que primero conocemos y quizás con el que más resonamos, ya que sabemos que antes de morir, debía estar vivo. Juan, primeramente, siente curiosidad por Comala, deseando cumplir las órdenes de su madre. Después, está confundido y asustado, ya que descubre los secretos del pueblo fantasma. Últimamente, él acepta que ha muerto, y acepta su lugar con Dorotea. Estas emociones reflejan las del lector al ser enfrentado con las diferentes divisiones del libro. La narración de Juan, sin embargo, especialmente comparado con los saltos de personajes como narradores, aun es cuestionada cuando se hace aparente de que Juan interactúa con personajes entre sueños y apariciones. La historia no solo manipula la realidad en Comala, un lugar triste, con dimensiones dobles, pero también manipulando la línea narrativo física en el papel para el lector, casi como para ridiculizar a uno y a la humanidad.

Pedro Páramo sigue siendo una novela que explora temas aparentes en nuestras vidas, y lo hace exitosamente, aunque tiene elementos que no se encuentran en el mundo que conocemos. Rulfo toma los elementos del realismo mágico para poder impactar a la audiencia, y hacerlos enfrentarse con el hecho de que ignorantes y absurdos pueden ser los humanos y sus vidas. El escenario, los personajes, y la estructura de narración son ejemplos claros de las características del realismo mágico, cuales son relacionales aunque a la vez irreales. Aunque el género ha evolucionado mucho desde entonces, influyendo a muchos autores grandes, todavía podemos analizar los rasgos de sus orígenes en la novela.