Reseña "la metropolis y la vida mental" de Georg Simmel
Enviado por Kate • 3 de Abril de 2018 • 923 Palabras (4 Páginas) • 750 Visitas
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y al mantenerse en ese mismo ámbito, no pueden acumular otras nuevas. A su vez, otra actitud característica de los individuos que viven en las grandes y que surge de la economía monetaria se basa en la insensibilidad ante la diferencia de las cosas: el significado y el valor diferencial de los casos se ignoran al no ser considerados importantes. El surgimiento de esta actitud en la economía monetaria recae en que este tipo de sistema genera un vaciamiento del valor individual de las cosas, todo se simplifica a la pecuniaridad del objeto. A razón de estas actitudes, Simmel plantea que los individuos metropolitanos viven inmersos en una conducta de reserva, de antipatía, evitando contacto con casi todos los que lo rodean, lo que le da un especio de libertad individual e independización. A partir de esto toma como en las formaciones sociales nacen desde grupos cerrados con fronteras bien delimitadas con respecto a otros antagónicos. Estos círculos generan poco espacio para el desarrollo individual, pero a medida que el grupo crece las fronteras se van borrando y los individuos tienen cada vez más libertad de movimiento, lo cual genera la necesidad de una división del trabajo dentro de ese ámbito. Con este modelo en mente, y luego de mencionar varios casos históricos en los que la libertad de acción era prácticamente nula, analiza como la importancia que tienen las grandes metrópolis nunca dependen exclusivamente de los individuos que la componen. A partir de esto (y aquí es donde más vigentes se me hicieron las ideas de Simmel) los individuos, en función de poder generarse un lugar en donde pueda aportar algo a la ciudad y, principalmente, lograr un puesto en el que no se vaya a ver desplazado por otro, se especializarán en algo en concreto a fin de encontrar una fuente de ingresos que no esté agotada en una competencia ultra concentrada. A raíz de esto y ya en el final, menciona cómo la cultura moderna está preponderada por un "espíritu objetivo" y no por un "espíritu subjetivo". Esto quiere decir que la cultura "de la sociedad" cada vez progresa y se llena más y más de cosas, mientras que la intelectualidad y el progreso culturar de los individuos queda cada vez más lejos de la primera. La división del trabajo es la causante de este problema, ya que esta le demanda al individuo logros que en este tipo de sociedades no serán nunca verdaderamente suyos. La organización dada en las metrópolis se "apropia" de esos logros y forma una cultura que trasciende por completo a las personas, que en un intento desesperado por mantener su personalidad intacta exagera esa particularidad que lo caracteriza
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