Resumen de El Alquimista

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en el oasis se encontró con un hombre el cual lo puso a prueba su valentía y saber si en realidad conocía el lenguaje del mundo, ese hombre era el alquimista y le menciono que le ayudaría a realizar su Leyenda Personal, lo llevaría a las pirámides. El muchacho no estaba convencido de ir en busca del tesoro ya que tenía 50 monedas de oro y a Fátima que para él era mucho mejor que cualquier tesoro ya que en ella había encontrado el amor y no quería dejarla, pero recordó que ella le decía que toda mujer del desierto debía esperar a que su hombre volviera. El muchacho acepta y con algunas monedas de oro compra un caballo para salir al desierto, viajan durante semanas, pero con el miedo de encontrar algún asalto de la guerra de los clanes. Al pasar por un campamento son detenidos por unos hombres, que los acusan de llevar información a otros clanes y el alquimista les explica que solo están viajando para buscar la Piedra Filosofal y el alma del mundo y que el muchacho es un alquimista que se puede transformar en viento. Después de llevaros al general del campamento pidió ver aquella transformación de la que hablaba el alquimista, le ofrecieron las monedas de oro para que el general accediera a darles tres días para que el muchacho se transformara en viento. Pasaban los días y el muchacho estaba nervioso por que le mencionaba constantemente al alquimista que él no sabía transformarse en viento y el le respondía que debía escuchar su corazón y entendiera el lenguaje del mundo. El tercer día el general y sus hombres se acercaron al muchacho quien se encontraba en una montaña y les explicaba que tardaría un momento en transformarse en viento y empieza a hablarle al desierto mediante el lenguaje del mundo y le explica que no tiene poder para transformarle en viento y que tiene que hablar con el viento, el viento también le explica lo mismo y que tiene que hablar con el sol. El sol avergonzado de no poder hacer algo le dice que hable con la mano que lo escribió todo, el muchacho entiende que ninguno de ellos entiende que es el amor y que el alma del mundo es el alma del Dios y que esta es su propia alma. Y que por eso podría realizar milagros, después de esto él se convirtió en viento y el general los dejo ir al día siguiente y ordeno a una escolta que los acompañara a donde ellos quisieran.

Llegaron a un monasterio en donde el alquimista pido al moje que le permitiera usar la cocina y enseño al muchacho a transformar el plomo en oro, cuando el plomo se volvió liquido saco de saco de su bolsa un extraño huevo de vidrio amarillento, raspo y la envolvió en cera y tiro al recipiente, se mezcló y ya una vez frio mostro que aquel plomo estaba convertido en oro. Aquel pedazo de oro lo dividió en 4 partes y dio una a cada uno y la cuarta parte se la entrego nuevamente al monje para cuando el muchacho perdiera por tercera vez el dinero se lo diera. El alquimista menciono al muchacho que debía seguir solo que solo faltaban tres horas para llegar a las pirámides. Después de las tres horas el muchacho llego a donde se encontraba su tesoro y empezó a cavar, de repente llegaron unos hombres que le dieron una paliza preguntándole que hacía en ese lugar y le quitaron la pieza de oro que el alquimista le había dado, el muchacho tendido en el suelo les platico sobre aquel tesoro y lo que había pasado, no creyeron una sola palabra de él y uno de los hombres le platico que el también hace tiempo había tenido un sueño repetido en donde se encontraba en una iglesia abandonada y destruida en España y encontraba un tesoro, pero que él no era lo suficientemente tonto para atravesar todo el desierto por un sueño repetido, en ese momento el muchacho se dio cuenta que había encontrado su tesoro.

Con el pedazo de oro que el alquimista había dejado al monje el muchacho volvió a España al lugar en donde había tenido su sueño solo que ahora ya no tenía ovejas y en su lugar solo tenía una pala y empezó a cavar, una hora después tenia ante el un baúl de viejas monedas de oro españolas, pedrería, máscaras de oro con plumas blancas y rojas, ídolos de piedra con brillantes incrustados. Recordó a la gitana a la cual había prometido la décima parte del tesoro, el viento soplo y venia de África, le traía un perfume que conocía bien y el sonido de un beso que fue llegando hasta sus labios. Era la primer a vez que ella hacia esto, y el respondió ya voy Fátima.