UN VIEJO SABIO.

...

El guerrero valiente acepto porque se creía un buen jugador. Así que el viejo sabio sacó su tablero y se pusieron a jugar los dos bajo la sombra de un gran árbol, con la espada al lado.

Después de unas cuantas jugadas, el guerrero valiente había perdido un alfil y una caballo. Luego de quince jugadas perdió una torre; y después de veinte jugadas, perdió su reina. Y cuando se encontraba a punto de perder a su rey, se detuvo a observar al viejo sabio, quien seguía con la sonrisa en los labios y reflexionando a cada jugada.

El guerrero valiente empezó a sentir temor. Sentía que llegaba la mano fría de la muerte sobre su cuello, cuando de pronto empezó a recordar todo lo que el viejo sabio le había enseñado. Así pudo dar alivio a su alma, encontrando la paz interior y la lucidez de mente necesarias para enfrentar la situación.

Desde ese momento la situación del guerrero valiente fue muy brillante: pudo salvar a su rey, organizar una buena defensa, y luego contraatacar. Empezó a tomar el control de la partida, ganando varias piezas del viejo sabio: un alfil, un caballo, luego una torre; y así finalmente logró el empate, tomando a su reina. La victoria estaba cerca, que podía tocarla con la yema de los dedos.

Con sólo un desplazamiento de su rey, podía hacer un jaque mate a l viejo sabio.

Con mucha sed de venganza, levantó la torre y se dijo:

-Ahora sí, viejo embustero, ¡te voy a cortar la cabeza!- Pero de pronto, un nuevo sentimiento se apodero de su corazón. Se quedó paralizado y pensó:

-¿Qué me ha hecho este pobre hombre para merecer la muerte? Estoy seguro que él ha hecho todo lo humanamente posible para que yo pueda aprender algo. Me ha ofrecido todo cuanto sabe, con tal que yo logre poner mi vida hacia la paz y la sabiduría. No, no puedo matarlo; no puedo hacerle eso, porque él me ayudo bastante.

Pensado esto, dejo la torre nuevamente en su lugar y movió un peón cualquiera. Enseguida el anciano sabio echó todo el juego al piso; dirigiéndose al guerrero valiente.

-¿Comprendiste la lección? Verás:

Primero hay que vencer todos los temores que tenemos dentro.Sólo después estaremos listos para albergar un poco de amor en nuestros corazones.

Desde aquel día, vemos muy feliz a nuestro valiente guerrero hombre. La tan ansiada paz que necesitaba va de la mano con al sabiduría, llegó a su vida. Y por fin se desaparecieron esas imágenes de gritos y llantos y puedo encaminar su vida en paz y vivir muy feliz.

FIN