“Un triste sueño que se hizo realidad”
Enviado por Ledesma • 8 de Enero de 2019 • 2.366 Palabras (10 Páginas) • 401 Visitas
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Dos días después, la familia decidió salir de vacaciones, sentían la necesidad de despejarse y disfrutar los días de descanso antes de reiniciar las clases del otro ciclo escolar. Así que se fueron a una playa, todos la pasaron muy bien en familia, se distrajeron, jugaron, bailaron y rieron como nunca antes; sin duda se habían convertido en las mejores vacaciones.
Al pasar estos días de diversión, se llegó el día en que todos reanudaran sus actividades laborales y escolares. Don Juan se retiró a su trabajo muy contento como siempre; la señora Aurora alistaba a los pequeños para llevarlos a la escuela, Melisa estaba muy contenta pues comenzaba un nuevo ciclo escolar en segundo grado de primaria, mientras que el pequeño Rodrigo muy feliz preparaba su lonchera, puesto que este día comenzaría la educación preescolar. Por otro lado, Adriana se alistaba para su primer día de facultad. La madre tan orgullosa, se dispuso a llevar a sus hijos a la escuela.
Así pasaron los días, todo era felicidad en la familia. Hasta que un día, no todo fue alegría, Melisa se levantó con fiebre alta y una hinchazón en el cuello; además de esto, tenía una inflamación en las encías, vómito y diarrea. Todos estaban muy preocupados, puesto que un día antes todo estaba normal. Sus padres asustados llevaron a Melisa a la clínica; el médico consideró que tenía gastroenteritis, una enfermedad en la que se inflama la membrana interna del intestino causada por un virus, bacterias o parásitos; así que le recetaron algunos medicamentos para curar esta enfermedad, pero le advirtieron que si presentaba un síntoma diferente o no veía cambios en su salud, acudieran nuevamente.
Sus padres un poco más tranquilos regresaron a casa, Melisa reposó todo el día y comenzó con el tratamiento recetado por el médico. Las medicinas lograron calmar el dolor estomacal, pero nadie se esperaba que lo peor apenas comenzaba. El ánimo de Melisa empezó a cambiar radicalmente, no comía, no dormía, se puso anémica y todavía se negaba a ir al médico nuevamente. Así que sólo seguía con la dosis recetada, aunque esto ya no estaba haciendo efecto.
Adriana platicó con algunos de sus maestros médicos lo que estaba ocurriendo con su pequeña hermana, por lo que ellos le aconsejaron que la llevaran a revisar de forma urgente, pues probablemente su enfermedad era otra. Llegando a la casa, Adriana le comentó a sus padres lo que sus maestros habían dicho, así que rápidamente llevaron a Melisa a las urgencias de la clínica. Cuando la atendieron, el médico manifestó que la niña estaba muy mal, pero que no se atrevía a diagnosticar nada sin antes realizarle unos estudios y analizar los resultados.
En la mañana siguiente, Melisa fue sometida a unos exámenes de sangre que permitieran conocer aquélla enfermedad que se había desarrollado en su cuerpo. El médico les dio una nueva cita dentro de dos días para analizar los resultados arrojados. Al llegar a casa, no podían evitar mostrar preocupación y tristeza, puesto que veían como Melisa decaía por esa supuesta enfermedad.
No tuvieron que pasar los dos días, pues a la mañana siguiente recibieron una llamada de la clínica, desafortunadamente había malas noticias y debían presentarse rápido para conocer lo que sucedía. Al llegar y platicar con el médico, la terrible noticia devastó a los padres, Melisa tenía cáncer de estómago. Lo peor de todo es que se encontraba en etapa avanzada, por lo que las esperanzas de cura eran escasas.
A pesar de que eran pocas las esperanzas, los padres de Melisa prometieron dar todo el esfuerzo posible por su hija. A partir de este día, todo cambió, los padres se sentían destruidos, Adriana sentía impotencia al no poder ayudar a su hermana que tanto decaía por esta terrible enfermedad. Sin embargo, frente a Melisa ellos intentaban mostrar alegría, ella no sabía lo que pasaba.
Valientemente, Melisa comenzó a vivir las quimioterapias como tratamiento de su enfermedad, inyectaban medicamentos en su vena para atacar ese famoso cáncer que había llegado a cambiar su vida; eran momentos de dolor y debilidad pero se podía ver cómo ella ponía todo su empeño por curarse.
Las quimioterapias no lograban combatir el tumor, así que los médicos decidieron realizarle una cirugía para extirpar dicho cáncer. La cirugía salió muy bien, aunque tiempo después, se dieron cuenta que esta operación no había sido suficiente, pues el cáncer ya se había expandido y comenzaba a dañar otros órganos.
La situación empeoraba cada vez más, la tristeza abundaba en toda la casa, Melisa estaba cambiando por completo, ya estaba demasiado delgada, pálida, cansada y su cabello caía constantemente. Ella se sentía triste al ver lo que pasaba con su cuerpo, pero su familia no perdía la esperanza, hacían todo lo posible por alegrarle sus días, incluso cuando ella perdió la totalidad de su cabello, todos decidieron cortarse el suyo, de tal manera que Melisa no se sintiera sola en esta situación.
Melisa hablaba muy poco, la mayoría del tiempo la pasaba durmiendo por tanta debilidad que sentía. Un día por la noche, toda la familia se recostó en el jardín y platicaban mientras veían las estrellas, Melisa le agradecía mucho a sus padres por hacerla tan feliz, por aquellas vacaciones que disfrutaron tanto como familia, mencionó que jamás lo olvidaría. A su hermana le dijo que estaba muy orgullosa de ella, que no se cansara de ayudar a los demás y que trabajara siempre con el corazón; mientras que al pequeño de su hermano sólo le dio un beso en la frente y le dijo al oído que lo amaba. Sus padres y Adriana derramaron un par de lágrimas, pues sentían las palabras como una despedida, a lo que Melisa les dijo que no lloraran, que ella se sentía feliz. Posteriormente, todos fueron a dormir a sus habitaciones.
Al día siguiente, todo parecía ser un día normal, la señora Aurora preparaba un rico desayuno mientras les hablaba a sus hijos para que bajaran y tomaran su lugar en la mesa. Entonces bajaron Adriana y Rodrigo, lo extraño fue que Melisa no salía de su dormitorio; así que su madre subió preocupada, pues imaginaba que tal vez había amanecido decaída.
Este día fue el más triste para toda la familia. Melisa no seguía dormida, ella se encontraba ya sin vida. La señora Aurora llorando como nunca gritaba a su esposo, todos subieron para ver lo que ocurría, pero ya nada se podía hacer, Melisa había dejado este mundo para no volver nunca más. Para la familia todo cambió, no asimilaban lo que estaba pasando, lloraban tanto por la gran pérdida que ahora tenían.
Con el paso del tiempo, fueron superando lo sucedido, platicaron
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