Antología: Función de la educación en el s. XX y la educación global
Enviado por Stella • 5 de Marzo de 2018 • 17.743 Palabras (71 Páginas) • 357 Visitas
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Palabras clave: Política educativa, sistemas educativos, reforma educativa.
Introducción
En la última década del siglo XX el sistema educativo mexicano (SEM) ingresa a una nueva etapa de su desarrollo. La firma del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica y Normal (ANMEB), el 18 de mayo de 1992, es el acontecimiento detonador de un amplio proceso de reforma de la educación básica y de la formación de maestros. Este hecho no es aislado, se inserta en un contexto más amplio de la Reforma del Estado mexicano y significa uno de los pactos políticos más importantes del siglo veinte al plantear decisiones sobre dos asuntos fundamentales para el desarrollo futuro del SEM: la descentralización del sistema educativo y una reforma curricular y pedagógica para la educación básica obligatoria y la formación inicial de maestros.
La descentralización de la educación básica y la formación de maestros es una decisión política y ha provocado que los estados asuman sus nuevas responsabilidades de muy diversa manera. El proceso de descentralización y la reforma educativa han producido una nueva gama de problemas, escenarios inéditos y heterogéneos, así como una combinación inestable de consensos, rechazos, expectativas, incertidumbres y viejas prácticas que apenas empiezan a explorarse. Al ingresar nuevos actores en el escenario de la política educativa nacional aparecen o se hacen evidentes nuevas dificultades y obstáculos o nuevas posibilidades para la conducción del sistema educativo y para su desarrollo futuro.
El sistema educativo, la política educativa y los actores implicados en su desarrollo son temas de interés de la opinión pública, los políticos, los investigadores y los educadores.
El propósito de este ensayo es presentar un análisis crítico de algunos elementos que han caracterizado el devenir del SEM, en particular de la educación básica, en la última década del controvertido siglo XX. El trabajo centra su atención en las razones de la descentralización y la reforma educativa; en los retos y tensiones que es necesario enfrentar y superar, en especial lo que se refiere a la gestión institucional del sistema y, finalmente, se aborda un planteamiento inicial de cuáles son los escenarios posibles del desarrollo futuro del SEM. Antes de entrar en materia se precisan algunos conceptos clave.
Por sistema educativo entiendo el conjunto de políticas, instituciones, procesos, sujetos y actores, cuyo propósito es ofrecer un servicio que garantice el derecho de toda persona a la educación; en términos actuales se trata de asegurar una educación de calidad con equidad para todos.
Siguiendo el trabajo de Reimers (1995), las políticas educativas hacen referencia al conjunto de decisiones y acciones tomadas con el propósito deliberado de cambiar los insumos, procesos y productos de un sistema educativo. El funcionamiento de un sistema educativo manifiesta un conjunto de políticas educativas que pueden ser explícitas o implícitas. Las políticas explícitas son aquéllas diseñadas para producir ciertos estados en el equilibrio del sistema, mientras que las implícitas son las que, por omisión, por no decidir atender o cambiar ciertos aspectos del sistema, equivalen a la decisión de mantener un estado presente de acciones. La reforma de las políticas educativas hace referencia al conjunto de acciones deliberadas por cambiar el "equilibrio" de un sistema educativo, mediante la configuración de insumos, procesos o productos.
Cambio, reforma e innovación son los tres vértices de un triángulo cuya geometría aún no conseguimos descifrar plenamente. Pero valga una sencilla diferenciación. Por reforma educativa nos referiremos a las intervenciones de política propuestas y conducidas "desde arriba", a nivel macrosistémico y son diseñadas o impulsadas desde los estados/gobiernos o los organismos internacionales. En tanto que la innovación se refiere a las intervenciones que tienen lugar "desde abajo", en el ámbito local o lo estrictamente institucional de una escuela. El término "cambio" se referirá a los efectos observados como resultado de procesos de reforma, de innovación o de ambos (Torres, 2000a, 2000b).
Procesos es un término que se refiere al "conjunto de fases sucesivas de un fenómeno natural o de una operación artificial" (Real Academia de la Lengua Española, 1994). En los sistemas educativos es posible clasificar los procesos en: pedagógicos, administrativo-burocráticos, técnico-profesionales y políticos.
Otro concepto importante es el de "actor" del sistema educativo, el cual se vincula con la noción de sujeto cuya comprensión es ineludible para entender el rumbo que adquieren las políticas educativas en un contexto y tiempo determinados.
Es posible encontrar a muchos actores:
[...] buscando un sentido a la educación y a la trama que en ella se teje entre políticas, instituciones, procesos y actores. Para algunos la trama parece enmarañada, como si se tratase de una dramática comedia de enredo en la que se puede quedar prisionero o alienado. […] la idea de cruce de caminos nos posiciona en una cartografía que permite una opción, una elección: podemos como actores, elegir. […] La educación puede pensarse entonces como el territorio de lo posible, entendiendo que lo posible es aquello que incluye al deseo, a sabiendas de que no será totalmente realizable. Lo posible toma formas de pequeñas cosas concretas y cotidianas que podrían ofrecer, para todos, un futuro más digno. Lo posible se define en la reflexión y la acción -en términos arendtianos de los sujetos/actores- (Frigerio, Poggi y Giannoni, 2000, pp. 10-12).
Cuando hablamos del "actor" nos referimos siempre a un sujeto que tiene márgenes de libertad para:
desplegar prácticas y discursos en las instituciones, para dar cuenta de la posibilidad de crear, inventar y escapar a las contradicciones y a los determinismos. La noción de sujeto adquiere sus notas distintivas tanto desde el campo psíquico/subjetivo, como desde el objetivo/social. […] El sujeto/actor atribuye a sus prácticas no sólo la posibilidad de reflejar el mundo, sino fundamentalmente la de transformarlo, aun cuando esta transformación pueda ser mínima o parcial [a los ojos de otros autores] (Frigerio et al., p. 12).
El término "actor" requiere articular su significado con el de "ciudadano", en el cual se fundamenta y sostiene la democracia. Así, "actor" remite necesariamente
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