Diálogo social: Lecciones de la experiencia.
Enviado por Eric • 22 de Enero de 2018 • 4.864 Palabras (20 Páginas) • 388 Visitas
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- Una buena parte de los participantes no tenían representatividad formal y, por lo tanto, sus acuerdos no comprometen a importantes partes interesadas.
- No se define adecuadamente el financiamiento de las reformas y la temporalidad en que se conseguirán las metas establecidas; generando problemas en la fase de implementación de los acuerdos logrados.
- Los participantes –especialmente los miembros de organizaciones sociales- no siempre conocen los temas a tratar y/o se carece de una asesoría profesional y confiable. Así, los diálogos se vuelven ejercicios rituales, con muy pocos logros concretos.
Sin embargo, a pesar de éstas y otras limitaciones, los ejercicios de diálogo, y en general una mayor participación de la sociedad civil en los asuntos públicos, son procesos que han producido resultados de orden cualitativo que no se pueden subestimar, siendo uno de ellos una relación directa y periódica entre los distintos actores sociales, lo que sin duda es un factor que favorece las soluciones democráticas y fortalece la gobernabilidad de las reformas que se buscan implementar.
Adicionalmente, en varios países donde estas Comisiones se han utilizado ampliamente, han mostrado ser una gran fuente de innovación en políticas públicas. Sin embargo, su carácter temporal y acotado les impide mantener una labor de largo plazo, haciendo que muchas veces las expectativas de su trabajo resulten demasiado altas en relación a los resultados. De allí que, si se trata de definir e implementar políticas de Estado, parezca mas adecuada la institucionalidad propia de los Consejos Económicos y Sociales (CES).
Los Consejos Económicos y Sociales (CES) son la forma más recurrente que han adquirido las instituciones orientadas a fomentar el diálogo social en América Latina. Los CES, o similares, son un espacio formal (creado por ley o decreto) de diálogo social con funciones de monitoreo, propuesta y asesoría en materia de políticas públicas de contenido económico y social, siendo sus interlocutores principales el Gobierno y el Congreso.
Así los CES se constituyen en un foro fundamental para las deliberaciones y la resolución de asuntos sociales y económicos de importancia nacional con la participación de las organizaciones sociales más representativas de la vida nacional. Su composición, de entre 15 y 40 integrantes, se específica al momento de su creación, siendo en general de trabajadores, empleadores, gobierno y representantes de la sociedad civil o, el así denominado, tercer sector. Los individuos pueden ser nombrados en forma independiente por sus organizaciones de origen o por el gobierno, teniendo un plazo fijo de duración en el cargo.
Estos Consejos tienen como objetivo principal institucionalizar el diálogo social, de manera que los agentes sociales tengan un lugar de mutuo conocimiento y construcción de acuerdos. Si ello se logra, estas instituciones representan la voz de la sociedad civil en temas relevantes, de una manera independiente a los partidos políticos y los poderes del Estado. Adicionalmente, normalmente, producen un informe sobre la situación y desafíos socio-económicos de cada país. Este informe hace que se genere una visión común, entre sus miembros, sobre la economía y la sociedad del país, facilitando la posibilidad de un pacto social que aborde los desafíos planteados.
2.- Siete condiciones para el éxito del diálogo social.
Antes de enumerar las tareas requeridas para asegurar la operación efectiva de estas instancias de diálogo, conviene resaltar siete condiciones generales que deben estar presentas para que los CES cumplan con su cometido.
i.- Participantes diversos, representativos e interdependientes en la consecución de los objetivos nacionales. Al diálogo debe concurrir representantes de todas las partes interesadas. La robustez de las conclusiones del diálogo dependerá directamente del nivel de representatividad de los que en el participaron. Por otra parte la diversidad de opiniones enriquece la calidad y representatividad de los acuerdos que se logren. Finalmente es imprescindible que los concurrentes al diálogo entiendan que es posible llegar a acuerdos que beneficien a todas las partes y que las soluciones sean superiores a las que cada actor lograría por separado (interdependientes). Por lo mismo, la primera tarea para iniciar un diálogo es realizar un mapa de actores, conflictos y acuerdos posibles. Ello permite saber con certeza que todas las partes interesadas están convocadas y que existen ámbitos de acuerdos posibles que satisfacerían a las partes.
ii.- Institucionalidad formal y representativa. Segundo, contar con una institucionalidad que cobije y facilite el diálogo; y que incorpore equilibradamente la multiplicidad de intereses y desafíos que existen en toda sociedad. Por lo mismo, estos procesos no tienen un formato único, por el contrario, este debe adecuarse a las características del momento y a la idiosincrasia de los actores que participan en él.
La institucionalidad de diálogo social puede adquirir múltiples formas, pero mientras más formal y representativa sea el proceso de construcción de los acuerdos, más efectivos y perdurables estos serán. Por formal se entiende un acuerdo que surge de un proceso institucionalizado de diálogo y que cuenta con el apoyo explícito de los actores que en el participan (y compromete a las organizaciones que representan). Por representativo se entiende la concurrencia a este proceso de los principales actores sociales y económicos de un país. Mientras mayor sea la formalidad y la representatividad, más fuerza tiene el compromiso de los actores y más validez los acuerdos que se logran. Así esta instancia se convierte en un referente obligado para todos los actores de la vida nacional.
iii.- Confianza entre los actores que dialogan. Una tercera condición general es crear la confianza entre los actores que concurren a el diálogo; solo así este será posible y conducente a resultados. Para que ello ocurra se requieren, al menos tres condiciones básicas:
- Legitimidad. Que los actores se conozcan y respeten entre si (todas las partes se entiendan como legítimamente representativos de un sector cuya opinión importa para la consecución de resultados).
- Reciprocidad. Que los intereses de todos los actores sean considerados y comprendidos por todos. Es importante situar el diálogo en torno a intereses y no a posiciones respecto de un tema en particular. Ello permite la construcción de acuerdos que representen a todas las partes.
- Igualdad. Que todos los actores concurran al diálogo en condiciones equitativas de información
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