El nuevo modelo

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De ahí que el gran reto sea saber filtrar la información, conocer las fuentes fiables e identificar los intereses comerciales, ya que el modelo de conocimiento colectivo avanza a un ritmo exponencial y vertiginoso, donde el ciudadano participa de la opinión y de la información.

El avance tecnológico introduce herramientas que además de hacernos la vida más fácil, nos vigilan, haciendo que sean los propios usuarios quienes deben ser responsables sobre el cómo, con quien y para que facilitan sus datos personales y hábitos digitales

A diferencia de las empresas tradicionales, que establecen el precio de sus productos o servicios dividiendo el número de ventas por los costes más el margen de beneficio, el bajo coste nace de explorar el entorno para reducir la estructura de costes, concentrándose en lo principal, despreciando servicios accesorios por los que el cliente no está dispuesto a pagar. O se utilizan proveedores más baratos, o se prescinde de canales

de comercialización física que encarece el producto o servicio o tienen costes salariales más ajustados.

La marca blanca es un concepto que nació como alternativa a las enseñas del fabricante para llegar al consumidor a precio más reducido, gracias a su ahorro en costes como la publicidad y el “packaging” (embalaje).

No solo es el precio el que hace decantar al cliente por uno u otro producto, sino que entran en juego otros factores como el embalaje, la innovación y las propias características de las elaboraciones o sus líneas estéticas, por ello los productos del distribuidor se están convirtiendo en un elemento por el que transmitir también la filosofía y valores de la empresa.

En los centros de innovación se trabaja junto a los clientes para mejorar los productos o desarrollar nuevas situaciones ya que el consumidor tiende a ser bipolar: buscan el máximo ahorro en el producto global y acceder artículos de calidad superior.