Innovación en el producto.
Enviado por Stella • 3 de Abril de 2018 • 2.084 Palabras (9 Páginas) • 403 Visitas
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4. Enfrentar la resistencia. Cuando planteemos cualquier iniciativa relacionada con la innovación es casi seguro que encontremos grupos, sectores o personas que se resistan, explícita o tácitamente. Tendremos que averiguar lo mejor que pueda qué los motiva. La innovación a veces genera en ciertas personas miedos o incertidumbre sobre la carrera individual y el papel dentro de la empresa. Elimine los miedos infundados, explique, tranquilice. Por sobre todas las cosas, enfrente esos bolsones de resistencia, que pueden ser la causa de que la innovación no se arraigue en su empresa.
Como fomentar la innovación en tu equipo de trabajo
La innovación es el resultado de un proceso mental en el que intervienen nuestras capacidades, actitudes, motivaciones y conocimientos. Por este motivo, la innovación durante el trabajo en equipo adquiere una dimensión especial teniendo en cuenta que las capacidades individuales pasan a integrarse en una estructura más compleja. En dicho contexto algunas variables como el número de participantes, los roles adoptados, sus estilos de comunicación, etc. pueden condicionar claramente los resultados que se obtengan.
Estos son algunos consejos que sugiero podrían ayudar a mejorar los procesos creativos eh innovadores durante el trabajo en equipo:
1. Ayuda en la definición del problema. Una mala conceptualización del problema generará desorientación y posiblemente se traducirá en bloqueos creativos. Todos los participantes deben tener claro qué queremos solucionar.
2. Crea un clima de libertad en el que se puedan expresar las ideas sin temor a ser ridiculizado. Un entorno profesional en el que los miembros se sientan seguros y respetados contribuye a la generación de ideas pero es importante no confundir libertad con ausencia de sistema. La libertad debe ser un atributo del sistema al igual que puede serlo la transparencia, la colaboración, etc.
3. Presta atención a la diversidad y a las minorías. La capacidad de pensar no es exclusiva de un determinado colectivo sino del ser humano en general. Por tanto, los equipos con diversidad de perfiles (profesionales, éticos, raciales, etc.) suelen generar ideas más enriquecedores.
4. Anima a pensar fuera del marco. Es muy saludable y estimulante ayudar a que las personas vean las cosas y a si mismos de modo diferente. Comúnmente lo enunciamos como “ponerse en los zapatos de otro”.
5. Juega con la estructura del equipo. Como regla general los equipos más productivos están conformados por entre cuatro y seis personas pero puedes incrementar o disminuir su estructura hasta dar con la más adecuada en cada caso.es recomendable alternar entre momentos de reflexión individual y pensamiento grupal.
6. Diseña un espacio físico cómodo e inspirador. No estoy hablando de poner una mesa de billar en mitad de la oficina. Bien es cierto que el aspecto lúdico puede ayudar a la creatividad del equipo pero determinados estímulos también pueden afectar negativamente dependiendo de la fase en la que se encuentre el proceso creativo. A veces, pequeños cambios como los relacionados con las normas de vestuario (obligatoriedad en el uso de corbatas, trajes, etc.) pueden ser un primer paso. De hecho, este aspecto que podemos considerar aparentemente tan trivial suele ser sintomático de un cierto adoctrinamiento a la hora de pensar. Plantéate si realmente este tipo de normas están justificadas por la actividad que desarrolla la empresa. Personalmente conozco pocos casos en los que así sea.
7. Motiva y vencerás. Los grupos serán más creativos si están motivados por lo que es necesario identificar cuáles son los reforzadores más eficaces para el equipo. Con carácter general y sin que sea excluyente de otros sistemas de refuerzo, lo más interesante es proveer de las condiciones necesarias para que la motivación intrínseca sea la que prevalezca. De entrada, para lograr este objetivo será esencial buscar un ajuste adecuado entre persona, puesto y actividad a desarrollar.
Como fomentar la cultura de la innovación en la organización
Innovación es Emoción, quizá porque ser la Emoción (entendida como pasión y entusiasmo) un ingrediente imprescindible para estimular la Innovación.
Sin embargo, la pasión y el entusiasmo por si solos no son suficientes.
En las organizaciones, la innovación no es un proceso que se alimente sólo de buenas intenciones, hace falta articular elementos que propicien y lleven a buen término iniciativas que conduzcan a la incorporación cambios sustanciales, de novedades, que incrementen la oferta de valor.
Para “cultivar la innovación” es necesario:
1. Establecer compromiso y confianza: Como digo, las buenas intenciones no bastan, la innovación debe ser un compromiso institucional, es necesario establecer políticas, pautas, facilitar espacios y dedicar recursos para que las personas puedan dedicar energía al esfuerzo creativo y transformador, con la confianza de que esos esfuerzos (los buenos) tendrán cabida en la agenda estratégica y productiva de la organización.
2. Definir un foco: los momentos eureka existen, desde luego, pero podemos y debemos hacer algo más. Es necesario, tomarse un tiempo (no mucho pero no menos del necesario) para identificar donde podemos / debemos innovar. Para ello es necesario identificar nuestras fortalezas, nuestro saber hacer, lo que más valoran de nosotros nuestros clientes, y cruzarlas con las oportunidades que el mercado nos presenta, y e identificar un foco (debemos reinventar nuestra oferta?, mejorar significativamente nuestros procesos? innovar en nuestra estrategia de posicionamiento?), no con ánimos de ponerle “límites” a la innovación, pero si con la intención de inyectar buena energía en el sitio donde ese “ejercicio educado” nos haya dicho que debemos actuar.
3. Generar capacidades y conocimiento: Pensar en innovar sin tener competencias, capacidades, conocimiento, es como soñar desde el sofá con ganar una maratón. Es por ello que es necesario fortalecer tanto las competencias propias para estimular la innovación (creatividad, emprendimiento, gestión de riesgos, etc.), como las específicas a nuestro dominio de conocimiento (nuestras competencias de base).
4. Establecer procesos y canales para identificar, evaluar y llevar adelante iniciativas innovadoras: No se trata sólo de abrir las puertas a las ideas, se trata de estimular la participación compartiendo los retos de la organización con todas las personas para
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