LA NECESIDAD DE UNA DIRECCIÓN DE PROYECTOS ADECUADA QUE PERMITA ENFOCAR LAS LAS BUENAS IDEAS Y LOS DE RECURSOS, PARA GARANTIZAR EL ÉXITO DE LOS PROYECTOS

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Para finales del 2015 exactamente para el mes de octubre después de tantos tropiezos, rueda el primer bus de Transcaribe por las calles de Cartagena, pero la ciudad no cuenta con señalización, ni los ciudadanos con las jornadas previas informativas, aunado al problema de dar inicio a la prestación del servicio educativo sin cumplir con la “chatarrización”, dando alcance a los acuerdos previos, adelantados con los propietarios de los antiguos buses, básicamente por incumplimientos por parte de los operadores.

¿Qué más nos muestra esté caso? Además de la falta de rigurosidad metodológica de su puesta en marcha; si nos trasladamos a sus inicios en el año 2006, encontramos situaciones de resistencia al cambio, amenaza que no fue debidamente gestionada como una potencial oportunidad. Como lo manifiesta la Doctora Estela, los factores humanos están presentes en todos los proyectos y dependiendo la tipología de manejo, es posible lograr importantes soluciones o caer en grandes aprietos.

En el caso específico de Transcaribe, la resistencia al cambio, fue evidente en los transportadores, los concejales, e incluso el mismo alcalde del momento, así como otras muchas personas, aun cuando serían beneficiarias del servicio. Así las cosas, en su mayoría los actores involucrados en el proyecto (stakeholders), se han encontrado inmersos en un proceso sumamente des organizado, que ha generado un pensamiento colectivo frente con esté servicio, en el cual se considera que, en vez de mejorar la calidad de vida de los cartageneros, se les ha complicado la movilidad e incluso la seguridad, dada la falta de señalización, que es un factor determinante en el aumento notable de los índices de accidentalidad. De otra parte, desde el comienzo, la población prefería seguir con el sistema de transporte antiguo pues que hace parte de sus costumbres, del que dependen muchas familias para su sustento y no genera los problemas de movilidad que ha generado Transcaribe.

¿Pero realmente, los elementos mencionados hacen imposible la puesta en marcha del servicio? Diríamos que no, pues llevar al éxito un proyecto así, como bien lo esgrime la Doctora Ríos es un riesgo, y la verdadera habilidad requerida, no es más que una gerencia apropiada y estratégica.

Finalmente, no podemos adelantarnos a lo que sucederá, es imposible adivinar los imprevistos que pueden cambiar el curso de lo planeado; sin ser óbice de lo anterior, lo que si posible hacer es gestionarlos una vez estén presentes, siendo resilientes y buscando la mejor forma de reducirlos.

- HORNE, Gregory. “Manual imprescindible de gestión de proyectos”. ISBN: 84-415-1917-X

- MARTINELL, Alfons. “Diseño y elaboración de proyectos de cooperación cultural”. Cuadernos de Ibero América. Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), 2001