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Metro Group.

Enviado por   •  3 de Enero de 2018  •  10.393 Palabras (42 Páginas)  •  639 Visitas

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RFID pertenecía a un grupo de tecnologías de identificación automáticas utilizadas para identificar personas u objetos. Otros ejemplos eran los códigos de barras y los lectores ópticos de caracteres. Las tecnologías de identificación automática aumentaban la eficiencia y reducían los errores de ingreso de datos y los tiempos laborales. En muchos de estos sistemas, una persona debía escanear manualmente una etiqueta de modo de leer la información incorporada en ella. RFID, sin embargo, utilizaba ondas de radio para identificar automáticamente a las personas u objetos siempre y cuando la etiqueta pasara dentro del alcance de un lector de RFID.

Un sistema de RFID se componía de un transponder y un lector vinculado a un sistema computarizado. Un transponder típico de RFID, la propia etiqueta RFID, consistía en un microchip con una antena de radio adjunta; el chip almacenaba información sobre un producto o embarque. (Ver en el Anexo 2 un ejemplo de una etiqueta RFID). La información almacenada en la etiqueta era detectada y grabada cuando ella pasaba cerca de un lector equipado con una antena, que registraba los movimientos de la etiqueta en tiempo real y comunicaba su identificación digital a un sistema computarizado. Los lectores podían ser emplazados en casi cualquier componente de la cadena de suministros, desde el área de producción hasta la superficie de ventas. En las

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RFID at the METRO Group 610-S05

tiendas minoristas, por ejemplo, los lectores se podían incorporar a los puntos de ingreso y salida de mercadería e incluso en “estantes inteligentes”, que podían sentir los ítems individuales.

El middleware, o software de integración, era otro componente crítico de un sistema de RFID. Filtraba la información del lector y la transmitía a las aplicaciones corporativas. Algunos middleware también manejaban los lectores: podían monitorear su desempeño, configurarlos o enviar actualizaciones de software. El middleware también podía adaptarse a medida para aplicaciones específicas; por ejemplo, para confirmar entregas y recepciones. Las computadoras donde este middleware corría eran llamadas servidores periféricos y habitualmente estaban localizados cerca de los lectores RFID.

Las etiquetas podían ser tanto activas como pasivas. Las pasivas derivaban su energía desde frecuencias de radio emitidas por los lectores. Las etiquetas activas poseían su propia fuente de energía desde baterías y podían emitir sus señales. Las etiquetas activas tenían un rango de lectura de unos 90 metros, diez veces más que las pasivas. Las etiquetas pasivas costaban desde US$0,20 hasta varios dólares. Las compañías preveían que el precio de las etiquetas más baratas eventualmente bajaría hasta US$0,06, aun cuando los analistas no esperaban alcanzar este nivel de precios hasta dentro de una década aproximadamente. Forrester Research pronosticó que los precios de RFID declinarían un promedio de 9% anual.2 Las etiquetas activas costaban desde US$10 a US$50. Las etiquetas podían operar en la frecuencia baja, alta o ultra-alta. Las ondas de radio se comportaban de forma diferente en cada uno de estos rangos de frecuencias y por tanto eran indicados para distintos tipos de aplicación. (Ver en el Anexo 3 más detalles sobre las frecuencias de radio. Ver en el Glosario los términos técnicos utilizados en RFID).

RFID en las Cadenas de suministros

La implementación de los sistemas de RFID permaneció limitada durante un largo plazo debido a los altos costos y la falta de estándares en la industria. Sin embargo, en 1999, los sistemas RFID recibieron un impulso cuando en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) se estableció el Auto-ID Center, para investigar sobre etiquetas RFID de bajo costo que pudieran utilizarse para rastrear productos a través de la cadena de suministros.3 Al paso de los años, el Auto-ID Center obtuvo el apoyo de más de 100 grandes compañías de consumo y de los proveedores clave de RFID. Para avanzar en el desarrollo de la tecnología, el Auto-ID Center abrió laboratorios de investigación en el Reino Unido, Australia, Japón, Suiza y China.4 Entre 1999 y 2003, había desarrollado el esquema de numeración EPC, Código de Producto Electrónico, el protocolo de interfase de transmisión radial por aire EPC, así como la arquitectura de red para buscar la información asociada con una etiqueta RFID en internet. El EPC incluía un identificador global de producto (GTIN – Global Trade Item Number), el cual contenía la misma información que un código de barras, más un número serial único que identificaba con precisión los ítems individuales. Mientras que un código de barras podía identificar, por ejemplo, una botella de kétchup, una etiqueta RFID identificaba una botella de kétchup específica, diferente de las otras botellas de kétchup del mismo tamaño, marca y tipo.

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- Charles Homs, “Exposing the Myth of the 5-Cent RFID tag”, febrero 2004, se ingresó desde Forrester Research en setiembre de 2005.

- El Auto-ID Center fue fundado por GS1 US (previamente Uniform Code Council), GS1 (previamente EAN International), Procter & Gamble y Gillete.

- Laboratorios de Auto-ID se abrieron en la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, la Universidad de Adelaida en Australia, la Universidad Keio en Japón, la Universidad de St. Gallen en Suiza y la Universidad Fudan en China.

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Las regulaciones específicas de cada país sobre frecuencias y energía complicaban, sin embargo, el desarrollo de una etiqueta estándar global. Independientemente del EPC, la International Organization for Standardization (ISO) trabajó en definir requerimientos comunes de formato y contenido para el seguimiento por RFID. Las series iniciales de los protocolos EPC, llamados Clase 1 y Clase 0, eran, por consiguiente, incompatibles con los estándares ISO existentes y no podían ser usadas globalmente. El Auto-ID Center arguyó que los protocolos ISO eran demasiado complejos y harían aumentar el costo de las etiquetas innecesariamente.

A fines de 2003, el Auto-ID Center concedió licencia

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