Misión de la Carrera de Ingeniería en Mantenimiento Industrial.
Enviado por Albert • 5 de Noviembre de 2018 • 2.186 Palabras (9 Páginas) • 407 Visitas
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Un profesional debe contar con suficiente aptitud para desempeñar su trabajo. Ser competitivo implica ser competente. Al volante deben estar los mejores, los más preparados, los más capaces. La aptitud es una cualidad objetiva y medible que debe ser retroalimentada mediante el aprendizaje y premiada. En un mercado altamente competitivo, la aptitud de los directivos en el desempeño de sus funciones determinará el futuro de toda su organización.
CULTURA DEL ESFUERZO
Contar con profesionales con gran capacidad de trabajo, esfuerzo y superación nos garantiza resultados a medio y largo plazo. Ahora bien, este no debe ser medido y retribuido en horas de estancia dentro de la empresa. Hemos de redefinir el sentido del esfuerzo y reorientarlo a la obtencion de calidad y resultados. El profesional debe cambiar su mentalidad y buscar cómo aportar más valor. Para que la cultura del esfuerzo penetre en todos los niveles de la organización, hemos de transmitirla con el ejemplo. Es necesario recurrir a la ejemplaridad para poder cambiar las cosas internamente y esta debe de comenzar desde la propia Dirección General.
COMPROMISO
Un profesional acude voluntariamente a su trabajo, es decir, acepta las normas, se compromete a ser leal desde el inicio y a tiempo completo, a compartir y difundir el conocimiento adquirido con el resto de la organización, evitando arrogarse como éxito personal el trabajo colectivo, sin incurrir en una gestión aislada de su función o departamento, a ser transparente y explicar el por qué de sus decisiones con visión de conjunto.
En ocasiones el compromiso conlleva a asumir riesgos en la toma de decisiones o a colisionar con otras visiones e incluso intereses particulares. El coraje del profesional fiel a unos principios debe ser puesto en valor en aquellas organizaciones basadas en retener a los mejores profesionales.
El compromiso de la empresa debe ser mantener en forma a su equipo, con un proceso definido y planificado a lo largo de la vida laboral, despejar el terreno de juego profesional a todos sus integrantes por igual, canalizar el talento adecuadamente y en la última etapa laboral el trabajador pueda seguir siendo útil transfiriendo su conocimiento al resto de la organización. Así un trabajador podrá representar 30 años en conocimiento y no 1 año repetido 30 veces.
ÉTICA
Todo no vale. La ética pertenece a los individuos, no a las empresas. Son las personas quienes representan a las empresas. La ética es la misma en el entorno familiar que en el laboral. La escala de valores no se aprende en las escuelas de negocios, viene con la persona, con su educación. Sin embargo, la cultura dentro de las organizaciones debe potenciar un comportamiento ejemplar de sus trabajadores, censurando comportamientos impropios. Un profesional no debe refugiarse en los intereses de su empresa para comportarse de manera poco ética, con el fin de lograr un objetivo, sea cual fuere. Un profesional debe ser honesto, cumplir con sus obligaciones, ser congruente entre cómo piensa y cómo actúa, y su labor al frente suponga un activo profesional y personal que permita abrir camino a la empresa para la cual trabaja.
EDUCACIÓN Y RESPETO
Cuidar las formas y respetar los códigos en nuestras relaciones con los demás sí es importante. Dentro y fuera de nuestra organización, especialmente con culturas distintas a la nuestra. Saber mantener un trato exquisito permitirá disponer de una mayor capacidad de interlocución y el reconocimiento de quienes te rodean. Cuidar la forma en cómo nos dirigimos, en el trato personal o por escrito, con especial mención en las relaciones entre trabajadores de distinta escala de responsabilidad. Ser puntual, abstenerse de comentarios personales inapropiados, cumplir con la confidencialidad de la información dentro y fuera de la empresa, aceptar los métodos de trabajo acordados y otras muchas normas de convivencia que nos capacitan para el desempeño del trabajo en equipo y marcan las diferencias entre las organizaciones.
ADAPTABILIDAD AL CAMBIO
Humildad, curiosidad, pasión, inconformismo. Todas ellas responden a una actitud que es propia de un agente del cambio. Un profesional que marca la diferencia en un equipo. Escucha y respeta a aquellos que piensan diferente. Es consciente del dinamismo del mercado, se muestra flexible, abierto, observador, en constante aprendizaje. Se cuestiona los viejos paradigmas que existen dentro de su organización, huyendo de la comodidad y esta preparado para los nuevos retos que le depare su organización.
LIDERAZGO
Poder y autoridad son cuestiones distintas. El cargo en la compañía otorga el poder, pero no reconoce a un líder. El directivo del siglo XXI debe ser ante todo un líder, basarse en los méritos e ir por delante sacrificando su confort. Ser líder no significa que siempre acierte. No debe tener miedo a confundirse e incluso al fracaso.
El líder debe ser un profesional con carisma, empático, tenaz, persuasivo y con gran sentido común. Siempre cuenta con su equipo para contrastar sus decisiones y acepta las críticas frente al pensamiento único. Su mejor aval es rodearse de los mejores, permitiéndoles desarrollar todo su potencial y visibilidad en la organización.
El líder es transparente, ejemplar, proactivo y siempre comparte su conocimiento con sus colaboradores y con otros departamentos de la empresa, sin racionar o sesgar la información.
El líder no se limita a cumplir con la labor que se espera de él, sino que se involucra ayudando a otros, aportando valor sin buscar protagonismo, sin esperar retorno, lo que le convierte en un emprendedor dentro de su empresa.
VISIÓN GLOBAL
Es necesario contar con profesionales con el conocimiento necesario para poder comprender la dimensión de la empresa y del entorno en su globalidad, anticipándose en la toma de decisiones y valorando los riesgos y oportunidades. Incertidumbre, complejidad, velocidad, multiculturalidad, globalización, visión local, intereses geopolíticos, económicos, etc. son factores externos que influyen en la estrategia de las organizaciones que a menudo focalizan su visión en el marco de su actividad.
Disponer del profesional con visión holística, más allá de la proyección aislada de su propio producto o servicio, mercado y network empresarial.
Poseer esta visión global responde a un perfil culto en historia de la Humanidad,
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