Una Mirada hacia los modelos de gestión de calidad

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Por último, el modelo iberoamericano enfoca su misión en un correcto liderazgo y un estilo de dirección y procesos adecuados. Para ello, su modelo se estructura dos categorías: los agentes facilitadores y los resultados. El primero hace referencia a aquello que la organización hace y la forma en que lo ejecuta, por lo que es importante evaluar criterios como el liderazgo, el estilo de gestión, los recursos, los clientes, la política y la estrategia. Cabe resaltar que estas categorías buscan la innovación y mejora continua. Finalmente, para realizar la autoevaluación del modelo, este propone abordar el enfoque, el desarrollo y la revisión de cada criterio mencionado antes, perteneciente a los agentes facilitadores, además de analizar los resultados obtenidos, para así definir la pertinencia de su aplicación. Adicional a esto, para realizar una medición cuantitativa, este modelo considera que los criterios correspondientes a los agentes facilitadores tienen mayor peso, evidenciando así que se le da mayor importancia a la forma en que se realizan las acciones, que a los resultados de las mismas.

Tras conocer un poco sobre estos modelos de gestión de calidad, es ahora relevante compararlos para evaluar su viabilidad. En cuanto a los criterios, los modelos EFQM e iberoamericano tienen prácticamente los mismos nueve criterios, a diferencia de Baldrige y el ciclo PHVA que tienen siete. Estos se relacionan entre sí en la importancia que se establece al liderazgo. Adicionalmente, el modelo Baldrige brinda importancia a tanto a los clientes como al mercado, así como a la política y las estrategias, mientras en el modelo Deming se hace referencia únicamente a la gestión de procesos.

A partir de lo expuesto anteriormente, se puede concluir que el modelo Malcolm Baldrige es el más completo de todos, pues incluye la mayoría de criterios que los demás poseen. Asimismo, el ciclo PHVA se puede considerar como el método más general, mientras que los otros tres modelos son más integrales y orientados hacia la dirección de la calidad global de las organizaciones. De igual manera, se puede evidenciar la gran similitud que tiene el modelo EFQM con el iberoamericano, pues el primero fue tomado como referencia para la estructuración del segundo. Lo importante a tener en cuenta es que, como se mencionó en un principio, todos los modelos son importantes para lograr la excelencia y el mejoramiento continuo, por lo que se basan en la organización como un conjunto de subsistemas relacionados y conectados entre sí. Como colofón, la implementación de estos modelos es muy pertinente, pues permite identificar fortalezas con el fin de mantenerlas y potenciarlas, esforzarse por reducir las debilidades y realizar planes de acción que les permita evolucionar para llegar al objetivo final de todas las empresas: la excelencia para satisfacer las necesidades de sus clientes.

Bibliografía:

Torres, K., Ruiz, T., Solís, L., & Martínez, F. (2013). Una mirada hacia los modelos de gestión de calidad. Investigium Ire , 4 (1), 216-233.